Salmos 107

Dios es bueno con su pueblo

1 ¡Alabemos a nuestro Dios!

¡Démosle gracias, porque él es bueno!

¡Dios nunca deja de amarnos!

2 ¡Digámoslo nosotros,

pues él nos liberó

del poder de los egipcios!

3 Digámoslo nosotros,

que somos su pueblo,

pueblo que él reunió

de países del norte y del sur,

del este y del oeste.

4 Nuestros abuelos andaban sin rumbo

y por lugares desiertos;

no encontraban el camino

que los llevara a un lugar habitado.

5 Tenían hambre y sed,

y habían perdido la esperanza

de quedar con vida.

6 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los libró de su aflicción.

7 Los puso en el camino correcto

que los llevaría a un lugar habitado.

8 ¡Demos gracias a Dios por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

9 ¡Dios calma la sed del sediento,

y el hambre del hambriento!

10 Nuestros abuelos estaban afligidos,

vivían en la esclavitud

y no sabían qué hacer

ni a dónde ir,

11 pues no tomaron en cuenta

los consejos del Dios altísimo

y se rebelaron contra él.

12 Por eso Dios los castigó

con los trabajos más pesados;

tropezaban, y nadie los levantaba.

13 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los salvó de su aflicción,

14 les mostró el camino a seguir

y los libró de su esclavitud.

15 ¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

16 ¡Hizo pedazos las puertas de bronce

y las barras de hierro

que nos tenían prisioneros!

17 Nuestros abuelos fueron tan rebeldes

que se portaron como unos tontos;

sufrieron mucho por su maldad.

18 ¡Tan enfermos se pusieron

que al ver la comida vomitaban!

19 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los salvó de su aflicción;

20 con sólo una orden los sanó.

¡Así los salvó de la muerte!

21 ¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

22 ¡Démosle muestras de gratitud,

y presentémosleofrendas!

¡Anunciemos entre gritos de alegría

las maravillas que ha hecho!

23 Nuestros abuelos compraron barcos

y se ganaron la vida

comerciando en otros países.

24 En alta mar presenciaron

la acción maravillosa de nuestro Dios:

25 Dios dio una orden,

y vino un fuerte viento

que levantaba grandes olas.

26 Cuando se vieron en peligro,

los marineros perdieron el valor;

eran lanzados de arriba abajo,

27 y de nada les servía

ser marineros expertos,

pues se tropezaban y caían

como si estuvieran borrachos.

28 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los sacó de su aflicción;

29 calmó la furia de la tormenta,

y aplacó las olas del mar.

30 Cuando se calmó la tormenta,

ellos se pusieron muy contentos

y Dios los llevó a su destino.

31 ¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

32 ¡Que lo alaben todo el pueblo

y sus gobernantes!

33 Dios convirtió en desiertos

los ríos y los manantiales,

34 pero a la tierra fértil

la convirtió en tierra inútil,

porque los que allí vivían

eran gente muy malvada;

35 en cambio, al desierto

lo convirtió en tierra fértil,

rodeada de lagunas y manantiales.

36 Al pueblo que había pasado hambre,

lo dejó vivir allí,

y ellos construyeron grandes ciudades,

37 sembraron campos,

plantaron viñedos,

y tuvieron muy buenas cosechas.

38 Dios les dio subendición,

y ellos tuvieron muchos hijos

y sus ganados se multiplicaron.

39 Tiempo después,

los malvados los humillaron

y los hicieron sufrir,

hasta que sólo unos pocos

quedaron con vida.

40 Pero Dios castigó a esos malvados

y los hizo perderse

por desiertos sin caminos.

41 A la gente pobre

Dios la saca de su aflicción

y hace que sus familias

aumenten como sus rebaños.

42 Cuando la gente honrada ve esto,

se llena de alegría;

pero los malvados se quedan callados.

43 Tomen esto en cuenta lossabios,

y pónganse a meditar

en lo mucho que Dios nos ama.

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