¡Nadie controla el futuro!
1 No presumas hoy
de lo que piensas hacer mañana;
¡nadie sabe lo que traerá el futuro!
2 No presumas de ti mismo;
deja que te alaben los demás.
3 Las piedras son pesadas,
y la arena también,
pero aún más pesado
es el enojo del necio.
4 El enojo es cruel,
la ira es destructiva,
y la envidia es incontrolable.
5 Quien de veras te ama
te reprenderá abiertamente.
6 Más te quiere tu amigo cuando te hiere
que tu enemigo cuando te besa.
7 Cuando no se tiene hambre,
hasta la miel empalaga;
cuando se tiene hambre,
hasta lo amargo sabe dulce.
8 Estar lejos de la patria,
es andar como pájaro sin nido.
9 Con un buen perfume
se alegra el corazón;
con la dulzura de la amistad
se vuelve a la vida.
10 Nunca les falles a los amigos,
sean tuyos o de tu padre.
Nunca lleves tus problemas
a la casa de tu hermano.
Más vale amigo cercano
que pariente lejano.
11 Querido jovencito,
hazme feliz actuando consabiduría,
para taparles la boca
a los que quieran humillarme.
12 Prever el peligro y evitarlo
es actuar con inteligencia;
hay que ser muy tonto
para no preverlo ni evitarlo.
13 El que se comprometa a pagar
las deudas de un desconocido
y se enrede con una mujer infiel
perderá todo lo que tenga.
14 Hasta el mejor saludo
es un insulto grave,
si se hace a gritos
y en la madrugada.
15 Peor que gotera en día lluvioso,
es la persona que por todo pelea.
16 ¡Querer controlarla
es querer atajar el viento
o retener aceite en la mano!
17 Para afilar el hierro, la lima;
para ser mejor persona, el amigo.
18 Si quieres buena fruta,
cuida del árbol;
si quieres buen trato,
trata bien a tu jefe.
19 El espejo refleja el rostro;
y los ojos revelan la personalidad.
20 Hay tres cosas
que nunca están satisfechas:
la tumba, la muerte,
y la ambición humana.
21 Con el fuego se descubre
qué clase de metal tenemos;
con los elogios se descubre
qué clase de persona somos.
22 Si al trigo lo machacas,
puedes quitarle la cáscara,
pero al necio, aunque lo remuelas,
no se le quita lo necio.
23-25 Las riquezas no son eternas
ni el dinero dura para siempre.
Las cosechas se acaban,
y la hierba se seca.
Por eso, cuida bien tus rebaños.
26-27 Tus ovejas te darán su lana,
tus cabras te darán mucha leche,
y así podrán alimentarse
tú y tu familia
y hasta tus empleados.
Además podrás vender tus cabras
y con el dinero comprar un terreno.