Isaías 28

Anuncio de la destrucción de Samaria

1-3 Isaías anunció:

«¡Qué mal le va a ir a Samaria,

capital del reino del norte!

Para sus habitantes

esa ciudad es como una corona

que los llena de orgullo.

Pero es una ciudad de borrachos

y sus jefes son como flores

que se secan y se marchitan.

»Asiria es un pueblo poderoso;

Dios lo tiene preparado

como una tormenta de granizo,

como lluvia torrencial y destructora,

como una terrible inundación.

Con su poder y su fuerza,

Asiria echará por tierra

a la ciudad de Samaria,

4 ese adorno de flores marchitas.

¡La arrancará como a fruta madura!

5 »Ese día, el Dios todopoderoso

será una corona maravillosa

para la gente de su pueblo

que aún quede con vida.

6 Dios hará que sus jueces sean justos

y dará valor a los soldados

que defiendan la ciudad».

Amenaza y promesas a Jerusalén

7 Isaías también dijo:

«Losprofetasy lossacerdotes

se tambalean y tropiezan

por tanto licor que beben.

Están demasiado borrachos

para recibir palabra de Dios.

8 ¡Todas sus mesas

están llenas de vómitos!

¡No hay un solo lugar limpio!

9 Además, se burlan de mí y dicen:

“¡Cómo se atreve a darnos lecciones

y a enseñarnos lo que dice Dios!

¡Ni que fuéramos niños chiquitos

10 que estuviéramos aprendiendo a leer!”

11 »Pues bien, si ustedes no hacen caso,

Dios les hablará,

pero lo hará en un lenguaje extraño,

en un idioma que no podrán entender.

12 Ya Dios les había dicho:

“Aquí hay tranquilidad;

¡aquí pueden descansar!”

Pero ustedes no quisieron obedecerlo.

13 Por eso Dios les hablará

como si fueran unos niños chiquitos

que apenas saben leer.

Serán como niños que empiezan a caminar:

se caerán de espaldas, se lastimarán

y no podrán levantarse.

Amenazas a los gobernantes

14 »Hombres sinvergüenzas,

que gobiernan en Jerusalén:

¡escuchen bien a Dios!

15 »Ustedes se sienten muy seguros

por haber hecho un trato con Egipto;

pero es un trato de muerte,

es un trato engañoso.

16 »Por eso Dios dice:

“Yo seré para Jerusalén

una piedra valiosa y escogida.

Seré la piedra principal

y serviré de base al edificio.

El que se apoye en mí

podrá vivir tranquilo,

17 porque usaré como guías

la justicia y la rectitud”.

»Ustedes confían

en que Egipto los protegerá,

pero el poderoso ejército de Asiria

destruirá esa falsa protección.

18 Quedará anulado ese trato de muerte

que hicieron con Egipto;

cuando llegue el momento terrible,

una gran desgracia los aplastará.

19 El enemigo los arrastrará

cada vez que los ataque.

Vendrá día tras día;

vendrá de día y de noche.

Cuando oigan que viene el enemigo,

se pondrán a temblar de miedo.

20 Será como si se acostaran

en una cama demasiado chica;

será como si se abrigaran

con una manta demasiado corta.

21 »Dios está decidido a actuar

como actuó en el monte Perasim;

Dios va a manifestar su enojo

como en el valle de Gabaón.

Dios está a punto de actuar,

y lo hará de manera misteriosa.

22 Por eso, ¡dejen ya de burlarse,

no sea que les vaya peor!

He sabido que el Dios todopoderoso

ha resuelto destruir todo el país.

La parábola del agricultor

23 »¡Presten atención,

oigan mis palabras,

escúchenlas con cuidado!

24 Cuando el campesino va a sembrar,

no se pasa todo el tiempo

arando, abriendo surcos

y rastrillando el terreno.

25 Primero empareja la tierra,

luego arroja las semillas

de eneldo o de comino,

siembra el trigo en hileras,

y planta cebada y centeno

en los bordes de su campo.

26-28 Porque el eneldo no se trilla

ni se pasa sobre el comino

la rueda de una carreta;

el eneldo se sacude con un palo,

y el comino, con una vara.

El trigo no se trilla sin parar;

más bien, se le pasa una carreta

y el grano se separa,

pero sin molerlo.

»Todo esto se aprende de Dios.

29 Todo este conocimiento

proviene del Dios todopoderoso.

Dios hace planes admirables

y los realiza consabiduría».

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