Joel 1

El ataque de los saltamontes

1 Dios le dio un mensaje a Joel hijo de Petuel, y Joel se lo comunicó al pueblo de Israel:

2-4 «¡Pongan mucha atención

ustedes, jefes del pueblo,

y todos los que viven en este país!

¡Cuatroplagasde saltamontes

han venido sobre nuestra tierra

y han acabado con nuestras siembras!

¿Cuándo han visto ustedes algo así?

¡Ni siquiera losantepasadosde ustedes

vieron en su vida algo parecido!

»¡Cuéntenselo a sus hijos,

para que ellos, a su vez,

se lo cuenten a sus nietos,

bisnietos y tataranietos!

5 »¡Vamos, borrachos, levántense!

¡Despierten y pónganse a llorar,

pues ya no van a tener vino!

6 Una plaga de saltamontes

ha invadido nuestro país,

como si fuera un gran ejército.

Sus dientes tienen tanto filo

que hasta parecen leones furiosos.

7 Destruyeron nuestras viñas

y despedazaron nuestras higueras;

¡pelaron las ramas por completo!

8 »La gente llora desconsolada,

como la novia que llora de tristeza

porque se ha muerto su novio.

9 También lloran lossacerdotes

que están al servicio de Dios,

pues ya nadie lleva al templo

ofrendasde vino y de cereales.

10 »Ya no hay trigo,

ya no hay vino ni aceite,

pues los campos se secaron

y quedaron hechos un desierto.

11 »Ustedes, los campesinos,

y ustedes, los agricultores:

¡lloren de tristeza!

Ya se han perdido las cosechas

de trigo y de cebada;

12 ya se han secado los viñedos,

las higueras, los granados,

las palmeras, los manzanos

y todos los árboles del campo;

¡la gente misma ha perdido la alegría!

13 »Ustedes, los sacerdotes,

que sirven a Dios en el altar,

pónganse ropa de luto

y pasen la noche llorando,

pues ya nadie trae al templo

ofrendas de vino y de cereales.

14 Reúnan en el templo

a los israelitas y a sus jefes,

para queayuneny oren a Dios.

15 ¡Nuestro Dios viene!

¡Ya está cerca el día!

¡Será un día de destrucción

por parte del Todopoderoso!

16 »En nuestra propia cara

nos quitaron la comida;

nos quitaron la alegría de estar

en el templo de nuestro Dios.

17 La siembra de trigo se secó,

por eso están vacíos

todos nuestros graneros.

18 ¡Mugen nuestras vacas

y balan nuestras ovejas!

¡Los ganados se mueren de hambre

porque ya no encuentran pastos!

19 »Dios nuestro,

¡en ti buscamos ayuda

porque el fuego ha quemado

nuestros campos y nuestros bosques!

20 ¡También te piden ayuda

los animales del campo,

pues los arroyos están secos

y el fuego ha acabado con los pastos!

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