Josué 21

Las ciudades de los levitas

1-2 Los israelitas estaban acampando cerca de la ciudad de Siló, en la tierra de Canaán. Un día, los jefes de los grupos familiares de latribude Leví fueron a hablar con los jefes de las otras tribus, con Josué y con elsacerdoteEleazar. Les dijeron: «Por medio de Moisés, Dios ordenó que se nos dieran ciudades para que viviéramos en ellas, y también campos de pastoreo para nuestros ganados».

3 Así que, de acuerdo con ese mandato de Dios, los israelitas dieron a la tribu de Leví algunas de sus ciudades y campos de pastoreo.

4 Primero, se asignaron ciudades al grupo familiar de Quehat. A las familias quehatitas que descendían del sacerdote Aarón se les asignaron trece ciudades dentro de los territorios de Judá, Simeón y Benjamín.

5 Los otros quehatitas recibieron diez ciudades dentro de los territorios de Efraín, Dan y Manasés Occidental.

6 El grupo familiar de Guersón recibió trece ciudades de los territorios de Isacar, Aser, Neftalí y Manasés Oriental.

7 El grupo familiar de Merarí recibió doce ciudades de las pertenecientes a Rubén, a Gad y a Zabulón.

8 Los israelitas asignaron a los de la tribu de Leví estas ciudades y sus campos de pastoreo por medio de un sorteo, de acuerdo con el mandato que Dios le había dado a Moisés.

9-10 En el primer sorteo, algunas de las familias quehatitas recibieron ciudades en los territorios de las tribus de Judá y de Simeón:

11 En la región montañosa de Judá les dieron la ciudad de Arbá, que es Hebrón. Arbá era padre de Anac. También se les entregaron los campos de pastoreo alrededor de la ciudad,

12 pero no así las tierras y aldeas, porque ya se las habían dado a Caleb hijo de Jefuné.

13 Además de Hebrón, que era una de las ciudades de refugio para quienes mataran sin intención, losdescendientesde Leví recibieron las siguientes ciudades: Libná,

14 Jatir, Estemoa,

15 Holón, Debir,

16 Ain, Jutá y Bet-semes, junto con sus campos de pastoreo. Estas nueve ciudades quedaban dentro de los territorios de Judá y de Simeón.

17 En los territorios de Benjamín se les asignaron cuatro ciudades: Gabaón, Gueba,

18 Anatot y Almón, junto con sus campos de pastoreo.

19 En total, a los sacerdotes, descendientes de Aarón, se les entregaron trececiudades con sus campos de pastoreo.

20 A las otras familias quehatitas se les asignaron cuatro ciudades dentro del territorio de la tribu de Efraín.

21 Una de ellas, Siquem, estaba en las montañas y era una ciudad de refugio. Las otras tres eran: Guézer,

22 Quibsaim y Bet-horón.

23 De la tribu de Dan recibieron cuatro ciudades: Eltequé, Guibetón,

24 Aialón y Gat-rimón, cada una con sus campos de pastoreo.

25 Del territorio de Manasés Occidental recibieron dos ciudades: Taanac y Gat-rimón.

26 En total estas familias quehatitas recibieron diez ciudades, cada una con sus propios campos de pastoreo.

27 A las familias del grupo familiar de Guersón, descendiente de Leví, se les asignaron dos ciudades dentro del territorio de Manasés Oriental. En la región de Basán recibieron Beeterá y Golán, que era una ciudad de refugio.

28 Del territorio del grupo familiar de Isacar recibieron cuatro ciudades: Quisión, Daberat,

29 Jarmut y En-ganim.

30 Del territorio de la tribu de Aser recibieron otras cuatro ciudades: Misael, Abdón,

31 Helcat y Rehob.

32 Del territorio de la tribu de Neftalí recibieron tres ciudades: Hamot-dor, Cartán y Quedes, en la región de Galilea.

33 En total, las familias del grupo familiar de Guersón recibieron trece ciudades con sus correspondientes campos de pastoreo.

34 Al resto de los descendientes de Leví, es decir, al grupo familiar de Merarí, se les asignaron cuatro ciudades en el territorio de la tribu de Zabulón: Jocneam, Carta,

35 Dimná y Nahalal.

36 Del territorio de la tribu de Rubén se les asignaron otras cuatro ciudades: Béser, Jahas,

37 Cademot y Mefáat.

38-39 Del territorio de la tribu de Gad recibieron también cuatro ciudades: Mahanaim, Hesbón, Jazer y Ramot, en la región de Galaad, que era ciudad de refugio.

40 En total el grupo familiar de Merarí recibió doce ciudades con sus respectivos campos de pastoreo.

41 Dentro del territorio israelita, los de la tribu de Leví recibieron en total cuarenta y ocho ciudades con sus correspondientes campos de pastoreo.

42 Estos campos estaban ubicados alrededor de cada una de las ciudades.

Dios cumple sus promesas

43 Así fue como Dios entregó a los israelitas toda la tierra que bajo juramento ya había prometido darles. Ellos se instalaron y vivieron allí.

44 Dios también les había prometido que vivirían en paz, y lo cumplió. Les dio la victoria sobre todos sus enemigos, y ninguno pudo hacerles frente.

45 Dios cumplió con todas las promesas que les había hecho a los israelitas; no dejó de cumplir ninguna de ellas.

Josué 22

Las tribus que regresan a su territorio

1 Después que Josué repartió la tierra, mandó llamar a lastribusde Rubén, Gad y Manasés Oriental,

2 y les dijo:

«Ustedes obedecieron todas las órdenes que recibieron de Moisés, y también han obedecido las mías.

3 Han tenido mucho cuidado de obedecer todos losmandamientosde nuestro Dios, y siempre han estado al lado de sus hermanos israelitas para ayudarlos.

4 Ahora ellos tienen paz, tal como se lo prometió nuestro Dios. Pueden regresar a los territorios que conquistaron al este del río Jordán, a las tierras que Moisés les dio.

5 Pero no se olviden de cumplir sus órdenes. Amen a Dios y hagan lo que él quiere. Obedezcan todos sus mandatos y manténganse fieles a él. Sírvanle de todo corazón y con todas sus fuerzas.

6-9 »Ustedes regresan ahora con muchas riquezas. Les han quitado a sus enemigos vacas, ovejas, oro, plata, bronce, hierro y gran cantidad de ropa. Compartan todo eso con sus familiares.

»Le pido a Dios que losbendigay los trate bien. Pueden regresar a sus tierras».

Las tribus de Rubén y de Gad dejaron a los demás israelitas en Siló, en la región de Canaán, y regresaron a sus territorios. Se fueron a la región de Galaad, que habían conquistado por una orden de Dios recibida a través de Moisés. Moisés ya le había asignado tierras a media tribu de Manasés en Basán, al este del río Jordán.

Josué, por su parte, le asignó tierras a la otra mitad de Manasés, al oeste del Jordán, por lo que ellos se quedaron en Siló con el resto de los israelitas.

El altar al este del Jordán

10 Cuando lastribusde Rubén, Gad y Manasés Oriental llegaron a la región del Jordán, antes de cruzar el río levantaron un gran altar.

11 Los demás israelitas se enteraron de que esas tribus habían levantado un altar en territorio israelita, en la frontera de Canaán sobre la ribera oeste del río Jordán.

12 En cuanto lo supieron, todos los soldados en Siló se reunieron para ir a pelear contra las otras dos tribus y media.

13 Pero antes enviaron a Finees, hijo delsacerdoteEleazar, para hablar con las tribus de Rubén, Gad y Manasés Oriental, que estaban en Galaad.

14 Con él iban también diez jefes de grupos familiares, uno por cada tribu israelita.

15 Al llegar a la tierra de Galaad, en donde estaban las dos tribus y media,

16 hablaron con ellos de parte de todo el pueblo de Dios, y les dijeron:

—¿Por qué han traicionado al Dios de Israel? ¿Por qué han levantado este altar en rebeldía contra Dios?

17 ¿Se acuerdan delpecadoque cometimos en Peor, y de la terrible enfermedad con que Dios nos castigó? Todavía estamos sufriendo las consecuencias,

18 ¿y ahora van a dejar de obedecerle? ¿No se dan cuenta de que, si hoy se ponen ustedes rebeldes, mañana Dios castigará a todos los israelitas?

19 »Si les parece que en el territorio que les ha tocado no puedenadorara Dios, vengan al lugar que Dios ha elegido para adorarlo. Busquen un lugar en nuestro territorio donde puedan establecerse, pero no se rebelen contra Dios. Si se apartan de él, también nosotros resultaremos culpables. Así que no levanten otro altar aparte del altar de nuestro Dios.

20 No se olviden nunca del caso de Acán, hijo de Zérah, que se guardó algo que debía haber destruido, y todo el pueblo israelita fue castigado. ¡Acán no fue el único que murió por su pecado!

21 Entonces las dos tribus y media respondieron:

22-23 —¡Nuestro Dios es el más poderoso de todos los dioses! ¡Él sabe por qué hicimos esto, y queremos que ustedes lo sepan también! Si hemos levantado este altar por rebeldía, o para apartarnos de Dios, no nos perdonen la vida. Que Dios nos castigue si lo hemos construido para presentar nuestrasofrendas.

24 »Pero no es así. Lo construimos porque teníamos miedo de que algún día los hijos de ustedes les dijeran a los nuestros: “¡Ustedes no tienen nada que ver con el Dios de Israel!

25 Dios dispuso que el río Jordán sirviera como frontera entre ustedes y nosotros, los de Rubén y de Gad. Así que no tienen ustedes nada que ver con Dios”. Entonces los hijos de ustedes podrían obligar a los nuestros a dejar de adorar a Dios.

26 »Por eso levantamos un altar, no para presentar ofrendas,

27 sino como una señal para ustedes y para nosotros, para que nuestros hijos sepan que servimos a nuestro Dios, y que a él presentamos nuestras ofrendas. De esta forma los hijos de ustedes no podrán decirles a los nuestros: “Ustedes no tienen nada que ver con nuestro Dios”.

28 »Si esto ocurriera, pensamos que nuestros hijos podrían responder: “Nuestrosantepasadosconstruyeron un altar igual al de Siló para que se vea que nosotros también lo adoramos, y no para presentar ofrendas”.

29 Por cierto que no nos rebelamos contra Dios, ni hemos construido un altar en donde ofrecerlesacrificios, ni queremos reemplazar al que está en Siló.

30 Cuando el sacerdote Finees y los diez jefes escucharon la explicación, quedaron satisfechos.

31 Entonces Finees les dijo:

—Ahora entendemos que ustedes no se estaban rebelando. Dios ha estado actuando entre nosotros, y no nos va a castigar.

32 Después de esto, Finees y los que habían ido con él dejaron a las tribus de Rubén y Gad que estaban en Galaad, y regresaron a Canaán para hablar con los israelitas y darles un informe.

33 A los israelitas les pareció bien la explicación de las otras tribus, y alabaron a Dios. Ya no hablaron de salir a pelear contra las tribus de Rubén y de Gad, ni de destruir sus tierras.

34 Esas tribus le pusieron al altar el nombre de «Testimonio» porque, según dijeron, sería para todos un testimonio de que nuestro Dios es el único Dios.

Josué 23

Josué se despide de su pueblo

1 Hacía mucho tiempo que Dios les había dado paz a los israelitas. Para entonces, Josué ya era viejo,

2 y mandó llamar a todos loslíderesisraelitas. Y les dijo:

«Yo ya estoy muy viejo.

3 Ustedes han visto todo lo que nuestro Dios ha hecho en favor de ustedes con estas naciones. Dios mismo ha luchado por ustedes.

4 Les he dado a sustribustodo el territorio que va desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Esto es, la tierra de las naciones que ya hemos conquistado, y también la de las naciones que todavía falta conquistar.

5 Nuestro Dios nos prometió: “Yo haré retroceder a sus enemigos. A medida que ustedes avancen, echaré a sus enemigos y ustedes se apoderarán de esas tierras”. Y cumplirá su promesa: echará a las naciones que todavía están en la tierra.

6 Pero obedezcan fielmente todo lo que está escrito en el libro de laLeyde Moisés. No se olviden de nada.

7 »No se mezclen con la gente de aquí, que todavía vive entre ustedes. Noadorena sus dioses ni los obedezcan. No juren por esos dioses, y ni siquiera mencionen sus nombres.

8 Al contrario, sigan fieles a Dios, como hasta ahora,

9 porque a medida que ustedes avanzaban él expulsó a naciones grandes y poderosas. Nadie ha podido hacerles frente.

10 Uno solo de ustedes puede hacer huir a mil enemigos, porque tal como lo prometió, nuestro Dios pelea por ustedes.

11 »Pero sólo a Dios deben amar, ¡sólo él es nuestro Dios!

12 Manténganse fieles a él. No se mezclen con las naciones que todavía viven allí, ni se casen con su gente.

13 De lo contrario, Dios no expulsará a estas naciones de delante de ustedes, sino que serán como una red o una trampa que los hará caer. Dios los usará como un látigo sobre las espaldas de ustedes, y como espinas en sus ojos. Y esto seguirá así, hasta que no quede ninguno de ustedes en esta tierra buena que nuestro Dios nos ha dado.

14 »Pronto moriré, como todo el mundo. Ustedes saben en su corazón que nuestro Dios no ha dejado de cumplir nada de todo lo bueno que nos prometió. Todo lo que prometió se ha hecho realidad.

15-16 Pero así como ha cumplido con todo lo bueno que les prometió, también cumplirá en castigarlos si lo desobedecen. Dios hizo un trato con ustedes, y espera que lo cumplan. Si ustedes no le son fieles, sino que adoran a otros dioses, él se enojará y los castigará hasta que no quede uno solo de ustedes en esta buena tierra que nuestro Dios nos ha dado».

Josué 24

Josué reúne al pueblo

1 Josué hizo reunir en Siquem a todas lastribusisraelitas. Llamó a todos loslíderesa reunirse frente al santuario.

2 Allí le dijo a todo el pueblo:

«Esto es lo que el Dios de Israel les dice:

“Hace mucho tiempo, susantepasadosvivían en Mesopotamia, yadorabana otros dioses. Uno de sus antepasados fue Térah, el padre de Abraham y Nahor.

3 Desde ese país conduje a Abraham por toda la tierra de Canaán, le di un hijo que se llamó Isaac, y de él nació una familia numerosa.

4 A Isaac le di dos hijos, que se llamaron Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa de Seír, pero Jacob se fue a Egipto con su familia.

5-6 ”Más tarde, envié a Moisés y a Aarón para liberar a los antepasados de ustedes, pero a los egipcios les causé grandes desastres. De allí hice salir a los antepasados de ustedes, y los guié hasta el Mar de los Juncos. Cuando los egipcios los persiguieron con carros de guerra y caballos,

7 me pidieron que los salvara. Entonces yo puse mucha oscuridad entre ellos y los egipcios, e hice que el mar se los tragara y se ahogaran. Ustedes saben bien todo lo que yo hice en Egipto. Después vivieron mucho tiempo en el desierto,

8 hasta que los traje a la tierra de los amorreos, al este del río Jordán. Los amorreos salieron a combatirlos, pero yo les di la victoria a ustedes, y así conquistaron ese territorio.

9 ”Después Balac, rey de los moabitas, se puso en contra de ustedes, y mandó llamar a Balaam. Le pidió que los maldijera,

10 pero yo no se lo permití y él tuvo quebendecirlos. Fue así como los salvé a ustedes.

11 Luego cruzaron el río Jordán y llegaron hasta Jericó. Los de Jericó pelearon contra ustedes, y también todos los pueblos de Canaán,pero yo hice que ustedes los vencieran.

12 No fueron ustedes los que derrotaron a los dos reyes amorreos, sino que ellos huyeron porque yo los hice temblar de miedo.

13 Yo les di a ustedes esas tierras, no tuvieron que trabajarlas ni edificar ciudades. Ahora viven allí, y comen uvas y aceitunas de huertos que jamás plantaron”».

El pueblo renueva su pacto con Dios

14 Luego Josué añadió:

—Respeten a Dios, obedézcanlo, y sean fieles y sinceros con él. Desháganse de los dioses que susantepasadosadorabanen Mesopotamia y en Egipto, y obedezcan sólo a Dios.

15 Si no quieren serle obedientes, decidan hoy a quién van a dedicar su vida. Tendrán que elegir entre los dioses a quienes sus antepasados adoraron en Mesopotamia, y los dioses de los amorreos en cuyo territorio ustedes viven ahora. Pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios.

16 El pueblo le respondió:

—¡Nunca abandonaremos a nuestro Dios! ¡Jamás seguiremos a otros dioses!

17 Dios puso en libertad a nuestros antepasados; nos libró de la esclavitud de Egipto. Sabemos de losmilagrosque él hizo, y de cómo nos ha protegido al pasar por muchas naciones hasta llegar aquí.

18 Dios expulsó a todos los pueblos que estaban en nuestro camino, y a los amorreos que aquí vivían. Por eso obedeceremos a nuestro Dios.

19 Josué les dijo:

—No es fácil vivir para Dios. Él no tolera elpecadoni acepta dioses rivales, y espera que se le obedezca en todo. Si le son infieles no los va a perdonar.

20 »Aunque siempre ha sido bueno con ustedes, se enojará si lo abandonan y adoran a otros dioses. ¡Los castigará y los destruirá por completo!

21 El pueblo le respondió a Josué:

—¡Jamás haremos tal cosa! ¡Hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios!

22 Josué les dijo entonces:

—Ustedes mismos son sus propios testigos de que han decidido vivir para Dios.

—¡Así es! —respondieron ellos.

23 Josué añadió:

—Entonces desháganse de esos dioses que todavía tienen, y prometan ser fieles al Dios de Israel.

24 Y el pueblo respondió:

—Nosotros viviremos para Dios, y sólo obedeceremos sus órdenes.

25 Así fue como aquel día Josué y el pueblo reafirmaron en Siquem supactocon Dios. En ese pacto se insistió una vez más en las leyes ymandamientosque el pueblo debía obedecer.

26 Josué los escribió en el libro de laLeyde Dios. Luego tomó una gran piedra y la colocó debajo del roble que está junto al santuario de Dios.

27 Le dijo a todo el pueblo:

—Esta piedra que ven aquí, es testigo de todo lo que nuestro Dios nos ha dicho. La pongo aquí para recordarles que deben ser fieles a nuestro Dios.

28 Luego Josué despidió al pueblo y cada uno se volvió a su propio territorio.

Entierro de Josué, Eleazar y José

29 Algún tiempo después murió Josué. En el momento de su muerte, este servidor de Dios tenía ciento diez años.

30 Lo enterraron en su propio territorio, en Timnat-sérah, que está en la región montañosa de latribude Efraín, al norte del monte Gaas.

31 Mientras vivió Josué, los israelitas obedecieron sólo al Dios de Israel, su Dios. Después de que murió Josué, el pueblo permaneció fiel a Dios. Pero sólo lo hizo mientras vivieron loslíderesque sabían todo lo que Dios había hecho a favor de ellos.

32 Cuando los israelitas salieron de Egipto, trajeron consigo los restos de José y los enterraron en un terreno de la ciudad de Siquem. Jacob había comprado ese terreno por cien monedas de plata a los hijos de Hamor, padre de Siquem. Así el terreno llegó a pertenecer a losdescendientesde José.

33 También murió Eleazar hijo de Aarón, y fue enterrado en un cerro, en la región montañosa de la tribu de Efraín. Ese cerro pertenecía a su hijo Finees.

Deuteronomio 1

Discurso de Moisés

1-5 Moisés habló con los israelitas cuando ellos se encontraban en Cadés-barnea, pueblo moabita que estaba en el desierto de Arabá, frente a Suf. Cerca de allí estaban los pueblos de Parán, Tófel, Labán, Haserot y Dizahab. Para llegar a Cadés-barnea había que caminar once días desde el monte Horeb, siguiendo el camino del monte Seír. Moisés les habló cuarenta años después de que salieron de Egipto. Era el día primero del mes de Sebatde ese año, cuando Moisés comunicó a los israelitas todas las leyes que Dios le había ordenado darles.

En el camino, Moisés había derrotado a varios reyes. En Hesbón derrotó a Sihón, rey de los amorreos, y en Astarot, que está en la región de Edrei, derrotó a Og, rey de Basán.

Moisés dirigió a los israelitas estas palabras mientras estaban al este del río Jordán:

6 «Cuando estábamos en el monte Horeb, nuestro Dios nos dijo lo siguiente: “Ustedes ya han pasado demasiado tiempo en este monte,

7 así que levanten el campamento y vayan hacia las montañas, que es donde viven los amorreos, y hacia las regiones de alrededor. Vayan al Arabá, a las montañas, a los valles y al desierto del sur, la costa, el territorio cananeo y el Líbano, hasta llegar al gran río Éufrates.

8 Vayan y conquisten ese territorio, pues yo les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob que se lo daría. También les prometí que se lo daría a ustedes, pues son susdescendientes”».

Los jefes de Israel

Moisés siguió diciendo:

9-12 «Para ese tiempo, Dios les había dado a ustedes tantosdescendientesque llegaron a ser un pueblo muy grande. Yo mismo le pedí a Dios que losbendijeray los hiciera mil veces más grandes de lo que ya eran. Entonces me di cuenta de que yo solo no podría encargarme de todos los problemas de ustedes.

13 Por eso les aconsejé elegir de entre todas lastribusa hombressabios, inteligentes y con experiencia, para que los pusieran como jefes del pueblo y así me ayudaran.

14 »Ustedes estuvieron de acuerdo con esta idea.

15 Por eso elegí a los hombres más sabios y de mayor experiencia, y los puse como jefes de ustedes. Unos tenían autoridad sobre mil hombres; otros, sobre cien; otros, sobre cincuenta; y otros, sobre diez. Hubo otros a quienes puse como jefes de toda una tribu.

16-18 »En ese momento les dije a ustedes todo lo que debían hacer. A los jueces les dije que fueran justos con todos por igual, sin importar que fueran pobres o ricos, israelitas o extranjeros, y sin tener miedo de nada ni de nadie, pues Dios respaldaría sus decisiones. También les dije que cuando algún caso les fuera muy difícil, me lo pasaran a mí, para que yo lo juzgara.

Los doce espías

19 »Luego de eso nuestro Dios nos ordenó partir del monte Horeb y trasladarnos a los montes donde vivían los amorreos. Con mucho miedo, atravesamos el gran desierto y llegamos a Cadés-barnea.

20-21 Allí les dije que nuestro Dios nos había dado la región montañosa de los amorreos; también los animé a conquistar ese territorio, tal y como Dios lo había ordenado.

22 Pero ustedes me pidieron que primero enviara espías, para que vieran cómo era el territorio, cuál era el mejor camino a seguir, y qué ciudades nos íbamos a encontrar.

23 »Yo estuve de acuerdo, y elegí a doce espías, uno por cadatribu.

24 Ellos fueron a explorar las montañas, y llegaron al valle de Escol.

25 Allí tomaron algunos de los frutos de esa región, y nos informaron que el territorio que nuestro Dios nos iba a dar era de lo mejor.

26 »Sin embargo, ustedes desobedecieron las órdenes de Dios y no quisieron ir.

27 Al contrario, regresaron a sus casas y se quejaron de Dios. Pensaron que Dios no los quería, y que los había sacado de Egipto sólo para que los amorreos los destruyeran.

28 Cuando supieron que en ese territorio vivía gente muy fuerte y de gran estatura, y que sus ciudades estaban rodeadas de grandes murallas, les dio mucho miedo. Y más se desanimaron cuando supieron que allí vivían también losdescendientesdel gigante Anac.

29 »Yo recuerdo que les dije: “¡Cálmense! ¡No tengan miedo!

30 Nuestro Dios nos guiará y luchará por nosotros, así como luchó por nosotros contra Egipto y nos guió por el desierto.

31 Él nos ha traído hasta aquí, como si nos llevara en brazos, y hasta ahora nada nos ha pasado. Ha sido un padre para nosotros”.

32 »A pesar de eso, ustedes no han querido confiar en él,

33 aun cuando él ya se ha adelantado a elegir el lugar que va a darles. Para llevarlos allá, ha venido guiándolos; de noche los ha alumbrado con fuego, y de día los ha protegido con una nube.

Dios castiga a Israel

34-35 »Cuando Dios escuchó sus quejas, se enojó, pues ustedes son gente muy mala. Por eso juró que no disfrutarían de la tierra que había prometido a susantepasados.

36 Y como Caleb fue el único obediente, Dios dijo que él sería el único que disfrutaría de ella. Por eso también susdescendientesrecibirían toda la tierra que tocaran con la planta de sus pies.

37 »Por culpa de ustedes, Dios se enojó conmigo y me dijo: “Tampoco tú entrarás a esta tierra.

38 Será Josué quien guiará al pueblo y les entregará la tierra a los israelitas. Él es tu ayudante, así que anímalo”.

39 »Dios también me dijo: “Los israelitas pensaron que el enemigo les quitaría a sus niños y a sus esposas. Sin embargo, serán sus hijos los que entrarán a la tierra y se harán dueños de ella, aun cuando ahora son apenas unos niños. Diles eso a los israelitas,

40 y diles además que regresen al desierto, por el camino que lleva al Mar de los Juncos”.

41 »Yo les comuniqué todo esto, y ustedes reconocieron que habíanpecadocontra Dios. Entonces decidieron salir a conquistar la tierra, tal como Dios les había ordenado. Tomaron sus armas, confiados en que les sería fácil subir las montañas;

42 pero Dios me pidió advertirles que serían derrotados, pues él no les daría la victoria.

43-44 »Sin embargo, ustedes se sintieron muy valientes y no hicieron caso de la orden de Dios. Subieron a las montañas para pelear contra los amorreos, pero ellos les hicieron frente y los derrotaron. ¡Como si fueran avispas, los persiguieron por todo Seír y hasta Hormá!

45 Luego, al regresar, ustedes lloraron y se quejaron ante Dios, pero él no les hizo caso,

46 y ustedes tuvieron que quedarse a vivir en Cadés por mucho tiempo más.

Deuteronomio 2

Israel en el desierto

1 »Después de eso, Dios me mandó que los llevara al desierto por el camino que va al Mar de los Juncos. Pasamos largo tiempo viajando alrededor de las montañas de Seír,

2-12 pero a nuestro Dios le pareció que habíamos estado allí demasiado tiempo, y nos ordenó ir hacia el norte.

»Antes nos advirtió que, al pasar por la región de Seír, no atacáramos a losdescendientesde Esaú, pues esa región les pertenece. Allí habían vivido los horeos, pero los descendientes de Esaú los destruyeron y se quedaron con su tierra. Por eso Dios dijo que no nos daría ni un pedazo de ese territorio. Y aunque ellos nos tenían miedo, nos ordenó no hacerles daño, pues después de todo eran nuestros parientes. Sólo debíamos comprarles la comida y el agua que necesitáramos.

»Yo les hice recordar que Dios los habíabendecidoen todo lo que ustedes habían hecho durante esos cuarenta años. En verdad, Dios los ha protegido y cuidado en todo el viaje por el desierto, y nada les ha faltado.

»Luego nos alejamos por el camino del Arabá, que comienza en Elat y Esión-guéber, y pasamos por Seír. De allí nos desviamos por el camino del desierto que lleva a Moab. Fue entonces cuando Dios nos ordenó no atacar a los moabitas, que son descendientes de Lot. Nos dijo, además, que tampoco nos daría ni un pedazo de la región de Ar, pues ese territorio les pertenece. Antes, ese territorio era de los emitas, que eran un pueblo muy grande, con gente tan alta como los gigantes anaquitas. La mayoría de la gente los conocía con el nombre de refaítas, pero los moabitas fueron los primeros en llamarlos emitas.

13 »Dios nos ordenó seguir adelante y cruzar el arroyo Zéred.

14-16 Desde el día en que salimos de Cadés-barnea hasta el día en que cruzamos ese arroyo habían pasado treinta y ocho años. Para entonces ya habían muerto todos los israelitas que al salir de allá tenían dieciocho años. Dios había jurado que usaría todo su poder para acabar con ellos.

17-18 »Fue entonces cuando Dios ordenó que cruzáramos la frontera de Moab y fuéramos a la ciudad de Ar.

19 Pero antes nos dio instrucciones de no atacar a los amonitas, pues son también descendientes de Lot. De ese territorio no recibiríamos ni un pedazo, pues Dios ya se lo había dado a ellos.

20 »Los refaítas, a quienes los amonitas conocían con el nombre de zamzumitas, habían vivido allí antes. Por eso la región era considerada territorio refaíta.

21 Los zamzumitas eran un pueblo grande, con gente tan alta como los gigantes anaquitas. Dios acabó con ellos por medio de los amonitas, que se quedaron para siempre con su territorio.

22 Lo mismo habían hecho los descendientes de Esaú en la región de Seír.

23 También los filisteos, que habían venido de Creta, mataron a los heveos de las aldeas cercanas a Gaza, y se quedaron con el país.

24 »Después Dios nos ordenó seguir adelante, cruzar el río Arnón, y entrar en guerra con Sihón, el rey de Hesbón. Antes nos prometió que dominaríamos el país y nos quedaríamos con ese territorio.

25 También nos prometió que, a partir de entonces, todos los pueblos de la región nos tendrían miedo. ¡Con sólo oír hablar de nosotros se llenarían de espanto y angustia!

La derrota de Sihón

26 »Cuando estábamos en Cademot, le envié un mensaje amistoso a Sihón, rey de Hesbón, en el que le pedía

27-29 que nos dejara pasar por su territorio. Pasaríamos solamente por el camino principal y cruzaríamos el río Jordán, hasta llegar al territorio que nuestro Dios nos iba a dar. Le ofrecí pagarle por los alimentos y el agua que tomáramos, y le hice saber que losdescendientesde Esaú y los moabitas nos habían permitido pasar por Ar y Seír.

30-36 »Pero el rey Sihón no nos dejó pasar, pues nuestro Dios hizo que se negara. Dios me dijo entonces que a partir de ese momento dominaríamos a Sihón, y que de inmediato debíamos entrar en su territorio y conquistarlo.

»Sihón salió con su ejército para luchar contra nosotros en Jahas, pero Dios nos dio la victoria. Conquistamos todas sus ciudades y las destruimos por completo, acabamos con todos sus habitantes, y sólo nos quedamos con el ganado y los objetos de valor. Ninguna de sus ciudades resistió nuestro ataque; a todas ellas las destruimos, comenzando por la ciudad de Aroer, que está en ambos lados del río Arnón, y terminando por la ciudad de Galaad. Hasta la fecha seguimos dominándolos.

37 Los únicos territorios que no atacamos fueron el de los amonitas, que está en la región del río Jaboc, el de las ciudades de la montaña, y todos los que Dios nos ordenó no atacar.

Deuteronomio 3

La derrota de Og

1-7 »Después de esto, nos dirigimos a Basán, pero tomamos otro camino. Cuando llegamos a Edrei, Og, que era rey de Basán, salió con su ejército para atacarnos. Dios me dijo que no le tuviéramos miedo, pues él nos daría la victoria.

»Atacamos a Og, y Dios nos permitió vencerlo; de su ejército no dejamos a nadie con vida. En la región de Argob destruimos las sesenta ciudades de su reino. Todas ellas estaban bien protegidas con muros muy altos y con portones cerrados con barras de hierro. También destruimos los pueblos menos protegidos, y nos quedamos con sus animales y objetos de valor.

8 »Así fue como en esos días nos apoderamos de los territorios de los dos reyes amorreos, los cuales reinaban al este del río Jordán, desde el río Arnón hasta el monte Hermón.

9 Los sidonios conocían este monte con el nombre de monte Sirión, pero los amorreos lo llamaban Senir.

10 »Nos apoderamos de todas las ciudades de Og que estaban en la meseta, y de todo Galaad y Basán, hasta Salcá y Edrei.

11 Og era el único rey de los refaítas que aún vivía; dormía en una cama de hierro que medía cuatro metros de largo y dos de ancho. Esta cama podía verse en la ciudad amonita de Rabá.

Las tribus al este del río Jordán

12 »De todo ese territorio que conquistamos, entregué a lastribusde Rubén y de Gad la región que comienza cerca del río Arnón, con todas sus ciudades. Esta región comienza en Aroer, y llega a la mitad de la región montañosa de Galaad.

13 »A la media tribu de Manasés le di el resto de la región de Galaad y toda la región de Argob, más la región de Basán, que antes fue del rey Og. Esa región era considerada territorio refaíta.

14 Fue precisamente Jaír,descendientede Manasés, quien conquistó la región de Argob, hasta la frontera con Guesur y Maacá. Jaír le cambió el nombre a Basán, y le puso Havot-jaír, que es el nombre que hasta ahora tiene.

15 »A Maquir le tocó la región de Galaad.

16 »A las tribus de Rubén y de Gad les tocó la región que está entre Galaad y el río Arnón, hasta llegar a la mitad del valle y el río Jaboc. Sus vecinos fueron los amonitas.

17 También les entregué la región del Arabá, que está en la parte este del monte Pisgá. Ese territorio tiene como límite el río Jordán, y va del lago Quinéret hasta el Mar Muerto.

18 »En esa ocasión les ordené a todos los soldados tomar sus armas. Debían marchar al frente de las tribus que aún no tenían su propio territorio, pues Dios les daría uno.

19 A las mujeres y a los niños les pedí que se quedaran en las ciudades que ya les había dado, junto con el ganado que tenían, pues era mucho.

20 Ninguno de los hombres debía volver hasta que el resto de las tribus tuviera su territorio. Así también ellas podrían vivir con tranquilidad en el territorio que Dios les daría al otro lado del río Jordán.

21-22 »A Josué le dije que no tuviera miedo, pues había sido testigo de cómo Dios venció a aquellos dos reyes. También le dije que Dios lo haría vencer a todos los reinos por los que tuviera que pasar, porque Dios mismo pelearía por los israelitas.

Dios no permite a Moisés entrar a Canaán

23 »Entonces le rogué a Dios:

24 “He visto tu grandeza y tu poder.

Ni en el cielo ni en la tierra

hay otro Dios como tú,

que pueda hacer tantas maravillas.

25 Permíteme cruzar el río Jordán.

Déjame ver las hermosas montañas,

¡déjame contemplar el Líbano!”

26-27 »Pero por culpa de ustedes Dios se enojó conmigo, y no me dejó cruzar el río. Al contrario, me prohibió seguir insistiendo. Sólo me permitió subir a lo alto del monte Pisgá, para ver desde allí todo ese territorio.

28 Luego me pidió que instruyera y animara a Josué, porque él guiaría a Israel en la conquista de todo aquel territorio.

29 »Después de esto, nos quedamos en el valle de Bet-peor».

Deuteronomio 4

Consejos de Moisés para el pueblo

1 Moisés siguió diciendo:

«Israelitas, sigan todas las enseñanzas que les he dado, para que vivan y ocupen el territorio que va a darles el Dios de nuestrosantepasados.

2 No cambien ninguno de losmandamientosque yo les he dado de parte de Dios; más bien, obedézcanlos.

3 Ustedes han visto cómo Dios acabó con todos los queadoraronal dios de Baal-peor.

4 También han visto que sólo sobrevivieron los que fueron fieles a Dios.

5-6 »Nuestro Dios me ha ordenado enseñarles todos sus mandamientos, para que ustedes los obedezcan en el territorio que van a ocupar. Así, cuando los demás pueblos oigan hablar de ellos, dirán que ustedes son un gran pueblo,sabioy entendido, pues tienen buenas enseñanzas y saben obedecerlas.

7 No hay ningún otro pueblo que tenga tan cerca a su Dios, como lo tenemos nosotros cuando le pedimos ayuda.

8 Ni hay tampoco un pueblo que tenga mandamientos tan justos como los que ustedes han recibido.

9 Por eso, jamás olviden todo lo que les ha pasado; al contrario, deben contárselo a sus hijos y nietos.

Fieles a Dios

10 »Cuando ustedes estaban en el monte Horeb, Dios me dijo que los reuniera delante de él, pues quería hablarles y enseñarles a obedecerlo todo el tiempo, para que del mismo modo ustedes enseñaran a sus hijos.

11 »Ustedes se reunieron al pie del monte, y vieron las llamas de fuego que de él salían y se elevaban a gran altura. El humo formaba una gran nube,

12 y desde las llamas de fuego Dios les habló. Ustedes no vieron figura alguna, sino que solamente oyeron la voz de Dios.

13 Fue así como él les dio a conocer los diezmandamientosdelpactoque hizo con ustedes, y los escribió en dos tablas de piedra para que los obedecieran.

14 Luego me ordenó que yo les enseñara los mandamientos que ustedes debían cumplir en la tierra que estaban por ocupar.

15-18 »El día en que Dios les habló en Horeb, en medio del fuego, ustedes no vieron ninguna figura. Por lo tanto, no vayan a hacerseídoloscon forma de hombre o de mujer, ni de animales o aves, ni de reptiles o peces.

19 Noadorenal sol ni a la luna, ni a las estrellas ni a los astros. Esos astros, que brillan para todas las naciones, los creó Dios.

20 »Cuando Dios los rescató a ustedes de Egipto, lo hizo para convertirlos en su propio pueblo.

21 Sin embargo, por culpa de ustedes, Dios se enojó conmigo y juró que no me permitiría cruzar el río Jordán. Por eso yo no voy a entrar en esa tierra tan buena que él va a darles.

22 Al contrario, moriré de este lado del río.

»Ustedes sí lo cruzarán, y conquistarán esa tierra.

23 Pero tengan cuidado y no se olviden del pacto que Dios ha hecho con ustedes. Cumplan las órdenes de Dios y no adoren ningún ídolo,

24 pues Dios es muy celoso y, en castigo, podría destruirlos con fuego.

25 »Cuando ustedes hayan ocupado esa tierra, y tengan hijos y nietos, no se hagan ningún ídolo, ni mucho menos vayan a adorarlo. Estarían cometiendo un terriblepecado, y harían que Dios se enojara.

26 El cielo y la tierra son testigos de que, si no obedecen, no vivirán mucho tiempo en esa tierra que está al otro lado del río Jordán, sino que muy pronto morirán.

27 »Sólo a unos cuantos Dios les permitirá vivir en otros países.

28 Allí adorarán ídolos de madera y de piedra, estatuas que no pueden ver ni oír, ni comer o respirar, porque el hombre mismo los ha hecho.

29 Sin embargo, si ustedes son sinceros, y de corazón le piden a Dios que los perdone, aun en esos países Dios los perdonará.

30 Si en medio de su angustia y sufrimiento ustedes vuelven a obedecer a Dios,

31 él no los abandonará ni los destruirá, porque los ama mucho. Dios jamás se olvidará del pacto que hizo con losantepasadosde ustedes, pues se comprometió a cumplirlo.

32-38 »Dios sacó de Egipto a los antepasados de ustedes, y así les demostró su gran amor y su gran poder. Por luchar en favor de ustedes, hizo grandesmilagrosy sembró el pánico entre los demás países.

»Si Dios los rescató, fue para que ustedes llegaran a ser su propio pueblo. Ningún otro pueblo ha oído la voz de Dios, y mucho menos ha vivido para contarlo. Sin embargo, Dios les habló desde el cielo, para ponerlos en el camino correcto. Aquí en la tierra, les habló desde el fuego, y ustedes siguieron con vida. Y cuando se pusieron en marcha, Dios les abrió paso; hizo a un lado a países más grandes y poderosos que ustedes, para entregarles la tierra que ahora están por recibir.

»Si ustedes estudian la historia, verán que nunca antes sucedió algo parecido a lo que ahora sucede con ustedes. Pero todo esto es para que se den cuenta de que su Dios es verdadero, y es el único Dios.

39 »Por eso, nunca olviden que nuestro Dios es el único dueño y señor del cielo y de la tierra.

40 Hoy les entrego las leyes de Dios. Obedézcanlas, y vivirán mucho tiempo en la tierra que Dios les va a dar para siempre».

Ciudades de refugio

41 Dicho esto, Moisés eligió tres ciudades al este del río Jordán.

42 En estas ciudades podría pedir protección todo el que matara a otra persona, siempre y cuando la muerte no fuera intencional ni se tratara de un pleito entre enemigos. De este modo, el que matara estaría a salvo de los parientes que quisieran vengar la muerte del difunto.

43 Una de las tres ciudades elegidas fue Béser, que estaba en la meseta del desierto; allí podrían refugiarse los de latribude Rubén. Otra de las ciudades elegidas fue Ramot, que estaba en Galaad; allí podrían refugiarse los de la tribu de Gad. La tercera ciudad fue Golán, que estaba en Basán, y allí podrían refugiarse los de la media tribu de Manasés.

Los diez mandamientos

44-47 Cuando Moisés y los israelitas salieron de Egipto, llegaron al valle que está frente a Bet-peor, al este del río Jordán. Ese territorio era de los amorreos. Sihón era rey de la región de Hesbón, y Og era rey de la región de Basán. Sin embargo, Moisés y los israelitas derrotaron a estos dos reyes.

48-49 Ese territorio comenzaba en el monte Sirión, que también era conocido como monte Hermón. Bajaba hacia el sur hasta Aroer, cerca del río Arnón, y de allí seguía bajando hasta el monte Pisgá. Pasaba por el Mar Muerto, y se extendía por toda la región del Arabá. Fue allí, al este del río Jordán, donde Moisés les entregó a los israelitas losmandamientosde Dios.

Deuteronomio 5

1 Moisés se reunió con todo el pueblo de Israel, y le dijo:

«Pongan atención, porque voy a darles losmandamientosque deben aprender y obedecer.

2 Nuestro Dios hizo unpactocon nosotros en el monte Horeb.

3 No fue un pacto sólo para nuestrosantepasados, sino también para nosotros.

4 En ese monte Dios nos habló cara a cara desde el fuego.

5 Yo serví de intermediario entre Dios y ustedes para comunicarles el mensaje de Dios, pues todos tenían miedo del fuego. Por eso no subieron al monte. Allí Dios dijo:

6 »Yo soy el Dios de Israel. Yo los saqué de Egipto, donde eran esclavos.

7 No tengan otros dioses aparte de mí.

8 No haganídolosni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.

9 No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso. Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian,

10 pero trato con bondad a todos losdescendientesde los que me aman y cumplen mis mandamientos.

11 »No usen mi nombre sin el respeto que se merece. Si lo hacen, los castigaré.

12 »Recuerden que el sábado es un día especial, dedicado a mí.

13 Durante los primeros seis días de la semana podrán hacer todo el trabajo que quieran,

14 pero el sábado será un día de descanso, un día dedicado a mí. Ese día nadie deberá hacer ningún tipo de trabajo: ni ustedes, ni sus hijos ni sus hijas, ni sus esclavos ni sus esclavas, ni su buey, ni su burro, ni ninguno de sus animales y ni siquiera los extranjeros que trabajen para ustedes.

15 Así que deben recordar que ustedes también fueron esclavos en Egipto, y que yo los saqué de allí haciendo uso de mi gran poder. Por eso les ordeno tomar el día séptimo como día de descanso.

16 »Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así les irá bien, y podrán vivir muchos años en el país que les voy a dar.

17 »No maten,

18 ni sean infieles en su matrimonio,

19 ni roben,

20 ni hablen mal de otra persona, ni digan mentiras en su contra,

21 ni se dejen dominar por el deseo de tener lo que otros tienen, ya sea su esposa, su esclavo, su esclava, su buey, su burro, o cualquiera de sus pertenencias.

Invitación a la obediencia

22 »Éstos fueron losmandamientosque Dios les comunicó en voz alta cuando ustedes estaban al pie del monte. Su voz salía desde las llamas de fuego y desde una nube muy espesa. Dios escribió los mandamientos en dos tablas de piedra, y me los entregó, sin añadir nada más.

23 »Cuando ustedes oyeron la voz de Dios, que salía de la oscuridad, y vieron que del monte salían llamas de fuego, tuvieron miedo. Entonces los jefes de lastribusy las autoridades del pueblo vinieron a hablar conmigo,

24 y me dijeron: “No hay duda de que nuestro Dios nos ha dejado ver su poder y su grandeza. Hemos oído su voz, que salía de las llamas de fuego. Hoy hemos visto que Dios nos habló, y no morimos.

25 Sin embargo, ¿para qué correr el riesgo de morir quemados por este fuego tan terrible? ¡Si volvemos a oír la voz de nuestro Dios, sin duda moriremos!

26 Todo el mundo sabe que no es posible escuchar la voz de Dios, como la hemos oído nosotros, y seguir con vida.

27 Es mejor que tú vayas y escuches todo lo que nuestro Dios tenga que decirnos, y luego nos lo comuniques. Nosotros, por nuestra parte, obedeceremos todo lo que él nos mande”.

28 »Dios escuchó lo que ustedes me pidieron, y entonces me dijo: “Está muy bien lo que piensan.

29 Espero que nunca cambien de opinión, y que siempre meadoreny obedezcan mis mandamientos. Así, tanto a ellos como a susdescendientesles irá bien.

30 Ve ahora a decirles que regresen a sus casas,

31 pero vuelve luego y quédate conmigo. Voy a entregarte los mandamientos que deberás enseñarles, para que todos ellos los obedezcan en la tierra que voy a darles”.

32 »Por eso, israelitas, no dejen de obedecer ni uno solo de los mandamientos de su Dios.

33 Sigan cada uno de sus consejos, y les irá bien y vivirán muchos años en la tierra que él va a darles.

Deuteronomio 6

1 Éstas son las leyes que nuestro Dios me ordenó enseñarles, para que las cumplan en la tierra que están por ocupar.

2-3 Si obedecen a Dios y loadorantal como les he enseñado, llegarán a ser un pueblo muy grande. Disfrutarán de esta tierra, tal como nuestro Dios se lo prometió a nuestrosantepasados. ¡Es tan fértil que siempre hay abundancia de alimentos!

El mandamiento más importante

4 »¡Escucha, pueblo de Israel! Nuestro único Dios es el Dios de Israel.

5 Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y con todo lo que vales.

6 Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado,

7 y repítelas a tus hijos a todas horas y en todo lugar: cuando estés en tu casa o en el camino, y cuando te levantes o cuando te acuestes.

8 Escríbelas en tiras de cuero y átalas a tu brazo, y cuélgalas en tu frente.

9 Escríbelas en la puerta de tu casa y en los portones de tu ciudad.

La fidelidad a Dios

10 »Dios les juró a Abraham, a Isaac y a Jacob, que les daría a ustedes esta tierra, porque sondescendientesde ellos. Así que ustedes vivirán en ciudades grandes y hermosas que no edificaron,

11 habitarán casas llenas de riquezas que no ganaron, beberán agua de pozos que no cavaron, y comerán uvas y aceitunas que no plantaron.

12 Pero no olviden que fue Dios quien los sacó de Egipto y los libró de la esclavitud.

13 Por lo tanto,adorena Dios y obedézcanlo sólo a él. Si tienen que hacer algún juramento, juren sólo en el nombre de Dios.

14 »Nunca abandonen a su Dios por adorar a los dioses de los países vecinos.

15-16 Nuestro Dios es el Dios de Israel, y siempre los acompañará. Pero no traten de ponerlo a prueba, como lo hicieron en Masá. Nuestro Dios es un Dios celoso y, si ustedes adoran a otros dioses, se enojará tanto que los destruirá por completo.

17 »Obedezcan siempre losmandamientosque nuestro Dios les ha dado.

18 Si hacen lo que es bueno y justo, agradarán a Dios. Así, él hará que les vaya bien cuando vivan en la buena tierra que prometió a susantepasados.

19 Además, hará que sus enemigos huyan ante ustedes, pues así lo ha prometido.

20 »El día de mañana, cuando sus hijos les pregunten qué significan todas estas enseñanzas que nuestro Dios nos ha dado,

21 ustedes responderán: “Hubo un tiempo en que fuimos esclavos del rey de Egipto, pero nuestro Dios usó su gran poder y nos sacó de allí.

22 Nosotros vimos los terribles castigos que Dios envió contra el rey de Egipto y su familia.

23 A nosotros, en cambio, nos sacó de ese país y nos trajo a la tierra que había prometido a nuestros antepasados.

24-25 Entonces nos ordenó respetarlo siempre y obedecer sus enseñanzas. Si somos obedientes a Dios y a sus mandamientos él nos hará prosperar y nos mantendrá con vida, como hasta ahora”».