Números 5

Reglas para el campamento

1 Dios le dijo a Moisés:

2-3 «Diles a los israelitas que echen fuera del campamento a todo hombre o mujer que tenga estos problemas: alguna enfermedad sexual o de la piel, y a los que hayan tocado algún cadáver. De esa manera no contaminarán el campamento donde yo vivo».

4 Los israelitas obedecieron lo que Dios le había mandado a Moisés, y expulsaron del campamento a esas personas.

Otras reglas

5 Luego Dios le dijo a Moisés:

6 «Diles a los israelitas que si alguien roba o daña las pertenencias de otra persona, me lo está haciendo a mí. Es unpecado,

7 y debe corregirse así: se le devolverá a la persona todo lo que se le haya quitado, más una quinta parte.

8 Si la persona que dañaron ya murió, y no le pueden devolver sus pertenencias a alguno de sus parientes, entonces se las darán a Dios y las podrá usar elsacerdote. Además, la persona que robó o dañó esas pertenencias deberá llevarle al sacerdote un carnero para que losacrifique, y así Dios le perdonará su pecado.

9-10 »Todas estasofrendasque la gente lleve a Dios, serán para los sacerdotes».

Reglas en relación con los celos

11 Dios le dio otra ley a Moisés, y le dijo:

12-13 «Diles esto a los israelitas: puede ser que una mujer sea infiel a su esposo y tenga relaciones sexuales con otro hombre, sin que nadie se entere de lo que hizo, ni siquiera su esposo.

14 Pero también puede ser que el esposo sospeche de ella y se ponga celoso, y hasta puede suceder que alguno sospeche que su mujer lo engañó, aunque no sea cierto.

15 »Cuando esto pase, el esposo llevará a su mujer ante elsacerdote, y le dará a Dios unaofrendade dos kilos de harina de cebada. Como la ofrenda es de un esposo celoso que quiere descubrir si su esposa lo ha engañado, no se derramará aceite niinciensosobre la harina.

16 »El sacerdote le pedirá a la mujer que se acerque, y la presentará ante Dios.

17 Luego el sacerdote traerá aguaconsagradaa Dios y pondrá en ella un poco de tierra del santuario.

18 »Luego, en señal de dolor, le soltará el pelo a la mujer, y la presentará ante Dios. El sacerdote le dará la ofrenda a la mujer mientras él sostiene en sus manos el agua amarga que hace daño a quienes hanpecado.

19 Entonces el sacerdote la hará jurar y le dirá: “Si no has engañado a tu esposo ni has tenido relaciones con otro hombre, le pido a Dios que cuando bebas esta agua amarga no te pase nada malo.

20 Pero si le has sido infiel y lo has engañado con otro hombre,

21-22 le pido a Dios que te castigue de tal manera que, cuando tomes esta agua, el estómago se te hinche y no puedas tener hijos. Que esto les sirva de ejemplo a todos. Ése será tu castigo”.

»Y la mujer contestará: “Amén, amén”.

23 »Entonces el sacerdote escribirá esta maldición y la borrará con el agua amarga.

24 Después le dará el agua amarga a la mujer para que la beba,

25 y la mujer le dará al sacerdote la ofrenda para que la ponga sobre el altar y la presente a Dios.

26 El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de cereal y lo quemará sobre el altar para que Dios se acuerde de quién presenta la ofrenda.

»Luego la mujer beberá el agua amarga,

27 y si ella engañó a su esposo, el agua la hará sentirse tan mal que el estómago se le hinchará y no podrá tener hijos. Esto servirá de ejemplo a toda la gente.

28 »Pero si la mujer no engañó a su marido, no le pasará nada malo y podrá tener hijos.

29 »Esto es lo que se debe hacer cuando una mujer engañe a su esposo con otro hombre. Si el esposo se pone celoso,

30 tenga o no razón, debe llevarla ante Dios, y el sacerdote hará todo lo que ya te he dicho.

31 El esposo no será castigado. Pero si la mujer hizo algo malo, será castigada.»

Números 6

Leyes para los nazireos

1 Dios le habló a Moisés y le dijo:

2 «Diles a los israelitas que, cuando un hombre o una mujer prometaconsagrarsea mí como nazireo,

3 no podrá beber bebidas alcohólicas. Tampoco podrá comer uvas ni pasas.

4 Mientras dure su promesa no podrá comer nada que provenga de la vid.

5 Durante todo ese tiempo, tampoco se cortará el cabello, pues eso indicará que es una persona que vive sólo para servirme.

6 »Además, tampoco podrá acercarse a ningún cadáver,

7 aunque se trate de uno de sus padres o hermanos. Si lo hace, ya no tendrá lapurezaque deben tener los que viven sólo para servirme.

8 Mientras dure su promesa, deberá mantenerse puro.

9 »Si alguna persona muere a su lado, el nazireo volverá a quedar puro rapándose toda la cabeza una semana después.

10 Al octavo día llevará dos tórtolas o dos pichones de paloma, y se los dará alsacerdotea la entrada del santuario.

11-12 »Para que yo, su Dios, perdone elpecadodel nazireo, el sacerdotesacrificaráprimero una de las aves, quemándola completamente. Luego sacrificará la otra junto con el cordero de un año que el nazireo presentará. De esa manera, yo le perdonaré el haber tocado un cadáver, y el nazireo podrá dedicarse otra vez a mi servicio.

»Por haberse contaminado, ya no se le tomará en cuenta al nazireo todo el tiempo que estuvo a mi servicio. Por eso, el día que haga susofrendas, empezará a contar de nuevo el tiempo de su promesa.

13 »Cuando el nazireo cumpla con el tiempo de servicio prometido, deberá pararse a la entrada del santuario

14 y presentarme las siguientes ofrendas: un cordero de un año que no tenga defectos, el cual presentará como una ofrenda que se quema por completo, una oveja de un año que no tenga ningún defecto, para perdón de su pecado, y por último, un carnero que no tenga ningún defecto, para que el nazireo vuelva a estar en paz conmigo.

15 »Además, el nazireo debe llevar al santuario una canasta con panes y tortillas sinlevadura, hechos con la mejor harina y amasados con aceite, y las demás ofrendas de cereal y de vino.

16-19 »El sacerdote me presentará la canasta con los panes, los cereales y el vino. Luego el nazireo se rapará la cabeza a la entrada del santuario, y el sacerdote quemará el cabello junto con el animal que se sacrifica para hacer las paces conmigo. Después de esto, el sacerdote le dará al nazireo la espaldilla del carnero ya cocida, junto con un pan y una tortilla sin levadura.

20 »Luego el sacerdote mecerá las costillas y el muslo del animal que se ofrecen en mi honor. Estas porciones sonsagradasy se le dan sólo al sacerdote. Después de hacer todo esto, el nazireo podrá beber vino.

21 »Esto es lo que debe hacer quien se haya consagrado a mi servicio como nazireo. Éstas son las ofrendas que debe presentarme, además de otras cosas que pueda y quiera ofrecerme. Lo que realmente importa es que cumpla con todo lo que ha prometido».

La bendición de los sacerdotes

22 Además Dios le dijo a Moisés:

23 «Diles a Aarón y a sus hijos, que así debenbendecira los israelitas:

24 “Que Dios te bendiga

y siempre te cuide;

25 que Dios te mire con agrado

y te muestre su bondad;

26 que Dios te mire con agrado

y te llene de paz”.

27 »Cuando lossacerdotespronuncien esta bendición, yo haré que se haga realidad».

Números 7

Ofrendas para la dedicación del santuario

1 Cuando Moisés ya había construido el santuario, lo roció con aceite para indicar que el santuario y todo lo que había en él estabaconsagradoparaadorara Dios.

2 Los jefes de lastribusde Israel, que ayudaron a contar y anotar todo, le presentaron a Dios comoofrenda

3 seis carretas y doce bueyes. Cada jefe le dio un buey, y entre dos jefes le dieron una carreta. Todo esto se lo ofrecieron en el santuario.

4 Y Dios le dijo a Moisés:

5 «Recibe las carretas y los bueyes, y dáselos a losdescendientesde Leví. Diles que los usen en su trabajo en el santuario, según lo que cada uno tenga que hacer».

6 Moisés recibió las carretas y los bueyes, y se los dio a los descendientes de Leví,

7-8 para que hicieran su trabajo. A los que pertenecían al grupo familiar de Guersón les dio dos carretas y cuatro bueyes, y a los del grupo familiar de Merarí les dio cuatro carretas y ocho bueyes. Su jefe era Itamar, el hijo delsacerdoteAarón.

9 A los del grupo familiar de Quehat no les dio nada, porque su trabajo era llevar sobre los hombros los objetossagrados.

10 El día en que se consagró el altar, los jefes de las tribus trajeron ofrendas y las pusieron frente al altar.

11 Entonces Dios le dijo a Moisés: «Haz que cada día un jefe distinto traiga su ofrenda para dedicar a Dios el altar».

12-83 Éstas son las ofrendas que los jefes de las doce tribus de Israel presentaron a Dios:

una bandeja de plata de un kilo y medio,

una jarra de plata de tres cuartos de kilo,

una gran cuchara de oro de ciento diez gramos, llena deincienso,

un ternero,

un carnero,

un cordero de un año para quemarlo completamente en honor a Dios,

un chivo parasacrificarlocomo pago por suspecados,

dos toros, como ofrenda para hacer la paz con Dios,

cinco carneros,

cinco chivos y

cinco corderos de un año.

Todo eso fue pesado según el peso aprobado en el santuario. La bandeja y la jarra estaban llenas de harina fina amasada con aceite, para preparar una ofrenda de cereales. Todas estas ofrendas las presentaron los doce jefes en el siguiente orden:

El primer día, Nahasón, de la tribu de Judá,

el segundo día, Natanael, de la tribu de Isacar,

el tercer día, Eliab, de la tribu de Zabulón,

el cuarto día, Elisur, de la tribu de Rubén,

el quinto día, Selumiel, de la tribu de Simeón,

el sexto día, Eliasaf hijo de Reuel, de la tribu de Gad,

el séptimo día, Elisamá, de la tribu de Efraín,

el octavo día, Gamaliel, de la tribu de Manasés,

el noveno día, Abidán, de la tribu de Benjamín,

el décimo día, Ahiézer, de la tribu de Dan,

el día once, Paguiel, de la tribu de Aser,

el día doce, Ahirá, de la tribu de Neftalí.

84-88 Los jefes de lastribusdieron todas estas ofrendas para dedicar el altar al servicio de Dios:

doce bandejas de plata, de un kilo cada una,

doce jarras de plata, de medio kilo cada una y

doce cucharas de oro, de cien gramos cada una.

El peso total de las bandejas y jarras fue de veintiséis kilos y medio, y el de las cucharas, de un kilo y trescientos veinte gramos, según el peso aprobado en el santuario.

El total de los animales que se quemaron completamente para volver a estar en paz con Dios fueron:

doce toros,

doce carneros y

doce corderos de un año.

89 Después de esto, Moisés entró en el santuario para hablar con Dios. Allí, desde la tapa delcofre del pacto, donde están los dosquerubines, Moisés oyó la voz de Dios.

Números 8

El candelabro de oro

1 Dios le dijo a Moisés:

2-3 «Dile a Aarón que cuando encienda las siete lámparas, debe colocarlas sobre el candelabro de manera que alumbren hacia adelante».

Y Aarón colocó el candelabro tal como Dios se lo había mandado por medio de Moisés.

4 El candelabro era de oro. De arriba abajo le habían dado forma de flor a golpes de martillo. Así le había dicho Dios a Moisés que lo hiciera.

Consagración de los descendientes de Leví

5 Luego Dios le dijo a Moisés:

6 «Separa a losdescendientesde Leví ypurifícalos.

7 Derrama agua sobre ellos como símbolo de esa purificación, y luego mándales que se afeiten todo el cuerpo y laven su ropa. Así quedarán purificados.

8 »Después deben tomar un toro y harina fina, amasada con aceite. Así presentarán suofrendade cereales, junto con el toro para elsacrificiopor el perdón de lospecados.

9 »Luego, haz que los descendientes de Leví y el resto del pueblo se acerquen al santuario.

10-18 Allí estarán Aarón y sus descendientes, como representantes del pueblo, y Aarón losconsagraráa mi servicio de la siguiente manera:

»Los israelitas pondrán sus manos sobre la cabeza de los descendientes de Leví. Luego, ellos pondrán sus manos sobre la cabeza de los dos novillos. Uno de ellos lo sacrificarás como ofrenda por el pecado, y el otro lo quemarás completamente en mi honor. Así purificarás a los descendientes de Leví. Con esto, quedarán listos para servirme en el santuario.

»Los de latribude Leví serán míos, porque los israelitas me los entregarán en lugar de sus primeros hijos. Cuando maté al hijo mayor de cada familia egipcia, decidí que todos los primeros hijos de los israelitas serían míos, incluyendo a las primeras crías de sus animales. A cambio de todos ellos acepté a la tribu de Leví.

»Así que, separarás a los descendientes de Leví de entre los demás israelitas, para que vivan siempre a mi servicio.

19 »Yo dejo a los descendientes de Leví en manos de Aarón y sus hijos, como si fueran una ofrenda de los israelitas, para que sirvan en el santuario. Ellos presentarán las ofrendas de los israelitas para que yo les perdone sus pecados. Así no les pasará nada malo a los que se acerquen demasiado al santuario».

20-22 Moisés y Aarón, y todos los israelitas, hicieron con los descendientes de Leví todo lo que Dios les había mandado. Los descendientes de Leví se purificaron, lavaron su ropa y luego Aarón mismo los presentó ante Dios como ofrenda. Después de eso, los descendientes de Leví empezaron a servir a Dios en el santuario, siempre bajo las órdenes de Aarón y sus descendientes.

23 Dios le dijo a Moisés:

24-26 «Los descendientes de Leví podrán iniciar su servicio en el santuario a los veinticinco años de edad, y dejarán de hacerlo a los cincuenta. A partir de esa edad podrán ayudar a lossacerdotesmás jóvenes en el cuidado del santuario, pero no hacer otro tipo de trabajo».

Números 9

La fiesta de la Pascua

1 Había pasado un año desde que los israelitas habían salido de Egipto cuando Dios le habló a Moisés en el desierto del Sinaí. Dios le dijo:

2-3 «Los israelitas deben celebrar lafiesta de la Pascuaen la tarde del día catorce del mes de Abib,tal y como yo les enseñé».

4 Moisés mandó a los israelitas que celebraran la fiesta de la Pascua.

5 Y ellos la celebraron en el desierto de Sinaí ese día catorce al atardecer, tal y como Dios lo había mandado por medio de Moisés.

6 Sin embargo, algunos israelitas habían tocado un cadáver, y la ley no les permitía estar en la fiesta ese día. Entonces fueron a ver a Moisés y a Aarón,

7 y les dijeron:

—Nosotros tocamos un cadáver, y queremos saber si podemos presentar nuestraofrendaa Dios como los demás israelitas.

8 Moisés les contestó:

—Espérenme. Voy a preguntarle a Dios lo que deben hacer.

9 Y Dios le dijo a Moisés:

10 «Diles a los israelitas que todos deben celebrar la fiesta de la Pascua. Si alguien ha tocado un cadáver, o está de viaje,

11-12 debe celebrar la fiesta en la tarde del día catorce del mes de Ziv.Y la celebrará así: comerá el cordero con hierbas amargas y pan sinlevadura. No le quebrará ningún hueso al cordero, ni guardará nada de comida para el otro día.

13 »Pero la persona que sin razón alguna no celebre la fiesta de la Pascua ni presente su ofrenda en ese día, será castigada. No la dejarán vivir entre ustedes, sino que tendrán que eliminarla.

14 Si entre ustedes viven extranjeros, también ellos celebrarán la fiesta de la Pascua, tal y como a ustedes se les ha ordenado. La misma ley vale para todos».

Dios guía a su pueblo

15 El día que se armó el santuario delpacto, vino una nube y lo cubrió. Cuando cayó la noche, apareció sobre el santuario un fuego, pero al amanecer desapareció.

16 Y así sucedía siempre: durante el día lo cubría una nube, pero en la noche lo iluminaba una especie de fuego.

17-23 Dios les indicaba a los israelitas cuándo debían ponerse en marcha y cuándo debían acampar. Lo hacía de la siguiente manera: cuando la nube se elevaba y empezaba a moverse, los israelitas se levantaban y la seguían; cuando se detenía, también se detenían los israelitas. Plantaban su campamento y se quedaban allí todo el tiempo que la nube permanecía sobre el santuario.

A veces la nube se detenía sólo una noche; a veces unos días, a veces un mes, y en ocasiones hasta un año. Cuando la nube se detenía mucho tiempo, los israelitas obedecían y no se movían de allí. No importaba si era de día o de noche, cuando la nube se movía, los israelitas la seguían; cuando se detenía, el pueblo también se detenía y se ocupaba del culto a Dios.

Así era como Dios les daba órdenes a los israelitas por medio de Moisés, y ellos lo obedecían.

Números 10

Las trompetas de plata

1 Dios le dijo a Moisés:

2-8 «Toma un martillo y haz dos trompetas de plata, que sólo podrán tocar lossacerdotesdescendientesde Aarón. Enséñale al pueblo que yo he dado esta orden: Cuando los sacerdotes toquen las dos trompetas, toda la gente se debe reunir delante de ti a la entrada del santuario. Un solo toque de trompeta significa que sólo deben reunirse contigo los jefes de lastribus.

»Las trompetas también te servirán para darle al pueblo la señal de ponerse en marcha. El toque de dos trompetas acompañado de fuertes gritos querrá decir que deben ponerse en marcha todos los que estén al este del campamento. A un nuevo toque de trompeta, se pondrán en marcha los que estén acampados en el sur. Ésta será una ley permanente para ustedes.

9 »Cuando haya una guerra y ustedes tengan que salir a pelear, toquen las trompetas y griten con todas sus fuerzas. Entonces yo, su Dios, me acordaré de ustedes y los salvaré de sus enemigos.

10 »Toquen también las trompetas cuando sean días de fiesta, a principio de mes y al presentarmeofrendas. Cuando lo hagan, yo me acordaré de ustedes».

Los israelitas se van del Sinaí

11 La nube que estaba sobre el santuario delpactose levantó el día veinte del mes de Ziv,del segundo año.

12-13 Ese día, tal como Dios les había ordenado por medio de Moisés, los israelitas se levantaron y siguieron la nube desde el desierto de Sinaí hasta el desierto de Parán.

14-27 Lastribusde Israel, con sus respectivos jefes, marcharon en el siguiente orden:

La tribu de Judá, con su jefe Nahasón;

la tribu de Isacar, con su jefe Natanael;

la tribu de Zabulón, con su jefe Eliab;

la tribu de Rubén, con su jefe Elisur;

la tribu de Simeón, con su jefe Selumiel;

la tribu de Gad, con su jefe Eliasaf;

la tribu de Efraín, con su jefe Elisamá;

la tribu de Manasés, con su jefe Gamaliel;

la tribu de Benjamín, con su jefe Guidoní;

la tribu de Dan, con su jefe Ahiézer;

la tribu de Aser, con su jefe Paguiel y

la tribu de Neftalí, con su jefe Ahirá.

Entre las tribus de Zabulón y de Rubén marchaban losdescendientesde Guersón y Merarí. Ellos eran los encargados de desarmar el santuario y de transportarlo por el camino, pues eran los únicos que podían hacerlo.

Entre las tribus de Gad y de Efraín marchaban los descendientes de Quehat. Ellos eran los encargados de llevar todos los utensilios del santuario. Como venían atrás, llegaban a donde iban a acampar y encontraban armado el santuario.

28 Siempre que los israelitas tenían que ponerse en marcha, iban en ese orden.

Moisés y Hobab

29 Moisés le dijo a su pariente Hobab hijo de Reuel, el madianita:

—Nosotros vamos al territorio que Dios nos va a dar. Ven con nosotros. Te trataremos bien, como Dios ha prometido tratarnos.

30 Pero Hobab le contestó:

—No, gracias. Prefiero regresar a la región en donde viven mis parientes.

31 Moisés le volvió a decir:

—No nos dejes. Tú conoces bien el desierto y sabes dónde podemos acampar.

32 Si vienes con nosotros y nos guías, te daremos una parte de todo lo que Dios nos dé.

33 Salieron del monte Sinaí, y caminaron durante tres días. En todo ese tiempo, los israelitas iban con elcofre del pacto, buscando un lugar donde acampar.

34 Por las mañanas, cuando estaban por iniciar la marcha, la nube de Dios se ponía encima de ellos

35 y Moisés decía:

«¡Dios mío, levántate!

»¡Haz que tus enemigos

huyan espantados!

¡Haz que los que te odian

se alejen de nosotros!»

36 Y cuando el cofre se detenía, Moisés decía:

«¡Dios mío,

no abandones a Israel,

tu pueblo numeroso!»

Números 11

Los israelitas se quejan contra Dios

1 Los israelitas siempre se quejaban con Dios por los problemas que tenían. Cuando Dios oyó sus quejas, se enojó mucho y prendió un fuego alrededor del campamento.

2 La gente empezó a gritar y a pedirle ayuda a Moisés. Entonces Moisés rogó a Dios por ellos, y el fuego se apagó.

3 Por eso llamaron a ese lugar Taberá, que quiere decir «incendio». Lo llamaron así para recordar que Dios se había enojado allí contra ellos.

4-9 Cada noche el maná y el rocío del campo caían juntos. El maná era pequeño como la semilla del cilantro, y amarillo como la resina. Por la mañana la gente salía al campo a recogerlo, luego lo molía, lo cocinaba y hacía panes con él. El maná tenía un sabor parecido al del pan de harina con aceite.

Sin embargo, entre los israelitas había gente de otros pueblos que sólo se preocupaba por comer. Los israelitas se dejaron llevar por ellos, y empezaron a llorar y a decir:

«¡Ojalá pudiéramos comer carne! ¿Se acuerdan del pescado que comíamos gratis en Egipto? ¡Y qué sabrosos eran los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que allá comíamos! En cambio, ahora nos estamos muriendo de hambre, ¡y lo único que vemos es maná!»

10 Moisés se dio cuenta de que todos los israelitas lloraban a la entrada de sus tiendas, y se molestó porque sabía que esto haría enojar mucho a Dios.

11 Por eso le preguntó a Dios:

—Yo soy tu servidor. ¿Por qué me tratas mal y me obligas a soportar a este pueblo?

12 ¡Yo no soy su padre ni su madre! ¡No tengo por qué cargar con ellos y llevarlos al territorio que tú les vas a dar!

13 Ellos vienen a mí llorando, y me piden carne. ¿De dónde voy a sacar tanta carne para que coma todo este pueblo?

14 »Por mis propias fuerzas, yo solo no puedo llevar a este pueblo; ¡es demasiado trabajo para mí!

15 Si vas a seguir tratándome así, mejor quítame la vida. ¡Me harías un gran favor! ¡Ya tengo suficientes problemas con esta gente!

16 Dios le respondió a Moisés:

—Reúne de entre el pueblo a setenta ancianos que seanlíderes. Llévalos al santuario, y que esperen allí.

17 Yo bajaré entonces y te hablaré. Pondré en los ancianos una parte del espíritu que está en ti, para que te ayuden a dirigir al pueblo; así no tendrás que hacerlo todo.

18 Luego Dios le dijo a Moisés:

—Dile al pueblo que mañana comerán carne, pero primero debenpurificarse. Diles que ya escuché su llanto y sus quejas, y que andan diciendo: “¡Queremos comer carne! ¡Estábamos mejor en Egipto!”

»Yo les voy a dar carne.

19 Y no sólo un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte.

20 Voy a darles carne todo un mes, hasta que se cansen de comerla, ¡hasta que les dé asco y se les salga por las narices!

»Ése será su castigo por haberme rechazado y no reconocer mi presencia entre ustedes. Eso les pasará por haberse quejado y por decir: “¡Mejor nos hubiéramos quedado en Egipto!”

21 Y Moisés respondió:

—Dios mío, ¿de dónde vas a sacar tanta carne para darles de comer todo un mes? Son como seiscientos mil hombres, sin contar a las mujeres.

22 Aun si matáramos todas las vacas y ovejas que traemos, o les diéramos todos los peces del mar, no habría bastante para todos.

23 Pero Dios le dijo a Moisés:

—¿Tú crees que no puedo hacerlo? Pues ahora verás si cumplo o no con mi palabra.

24 Moisés fue a comunicarle al pueblo lo que Dios le había dicho. Luego reunió a setenta líderes y los puso alrededor del santuario.

25 Dios bajó en la nube y habló con Moisés; luego hizo lo que había prometido: puso en los líderes el espíritu que había en Moisés, y ellos empezaron a comunicar mensajes de parte de Dios. Esto sucedió una sola vez.

Eldad y Medad

26 Había dos hombres del grupo de los setenta, llamados Eldad y Medad, que se habían quedado en el campamento. Y aunque estaban allí, el espíritu también vino sobre ellos y empezaron aprofetizar.

27 Un muchacho fue corriendo a contárselo a Moisés.

28 Josué, que desde joven era ayudante de Moisés, estaba allí. Al oír al muchacho, dijo:

—Moisés, mi señor, ¡no los deje usted profetizar!

29 Pero él le respondió:

—No seas celoso ni envidioso. Ya quisiera yo que todo el pueblo de Dios recibiera su espíritu y profetizara.

30 Después de eso, Moisés y loslíderesregresaron al campamento.

Las codornices

31 Dios hizo que desde el mar soplara un viento muy fuerte. Ese viento trajo muchísimas codornices y las lanzó sobre el campamento de los israelitas. Eran tantas que se podía caminar todo un día por el campo y encontrarlas amontonadas a casi un metro de altura.

32 La gente se la pasó juntando codornices todo ese día, y toda la noche y el día siguiente. El que menos codornices juntó, hizo diez montones, y algunos hasta pusieron a secar codornices alrededor del campamento.

33 Todavía no acababa la gente de comer codornices cuando Dios se enojó contra ellos. Los castigó tan duramente que muchos murieron.

34 Por eso llamaron a ese lugar Quibrot-hataavá, nombre que significa «tumbas del apetito», porque allí el pueblo enterró a los que sólo pensaban en comer.

35 De allí el pueblo se fue a Haserot, en donde se quedó por algún tiempo.

Números 12

María y Aarón critican a su hermano Moisés

1 María y Aarón hablaban mal de su hermano Moisés porque se había casado con una mujer que no era hebrea sino etíope.

2 Y dijeron: «¿Acaso Dios le ha hablado sólo a Moisés? También nos ha hablado a nosotros».

Dios oyó lo que habían dicho,

3 y se molestó al oírlo porque Moisés era la persona más humilde del mundo.

4 Entonces Dios llamó a Moisés, a Aarón y a María y les dijo: «Vayan los tres al santuario».

Cuando fueron los tres,

5 Dios bajó en la columna de nube y se puso a la entrada del santuario; llamó entonces a Aarón y a María, y cuando ellos se acercaron

6-8 les dijo:

«Óiganme bien. ¿Por qué se atreven a hablar mal de Moisés? Ustedes saben que cuando yo quiero decirles algo por medio de unprofeta, le hablo a éste por medio devisionesy de sueños. Pero con Moisés, que es el más fiel de todos mis servidores, hablo cara a cara. A él le digo las cosas claramente, y dejo que me vea».

9 Y Dios se alejó de ellos porque estaba muy enojado.

10 Y resulta que cuando la nube se apartó del santuario, a María le diolepra. ¡La piel se le puso blanca como la nieve!

Cuando Aarón vio a María,

11 le dijo a Moisés:

«Perdónanos, por favor, y no nos castigues por estepecado. Lo que hicimos fue una tontería.

12 La piel de María está deshecha, como la de los bebés que mueren antes de nacer. ¡Por favor, pídele a Dios que no la deje así!»

13 Entonces Moisés le pidió a Dios que sanara a María,

14 y Dios le contestó:

—Si su padre le hubiera escupido en la cara, sería tal su vergüenza que ella tendría que quedarse siete días fuera del campamento. Pues bien, ése será su castigo.

15 Así que María estuvo fuera del campamento siete días, y en todo ese tiempo el campamento no se movió de su lugar.

16 Luego se fueron de Haserot, y no se detuvieron hasta llegar al desierto de Parán.

Números 13

Moisés envía espías a Canaán

1 Dios le dijo a Moisés:

2 «Envía algunos hombres a Canaán para que exploren el territorio que les voy a dar. Que vaya un jefe de cadatribu».

3 Así que Moisés envió desde el desierto de Parán a doce jefes de los israelitas, tal como Dios se lo había mandado.

4 Los jefes enviados fueron:

Samúa, de la tribu de Rubén

5 Safat, de la tribu de Simeón

6 Caleb, de la tribu de Judá

7 Igal, de la tribu de Isacar

8 Oseas, de la tribu de Efraín

9 Paltí, de la tribu de Benjamín

10 Gadiel, de la tribu de Zabulón

11 Gadí, de la tribu de Manasés

12 Amiel, de la tribu de Dan

13 Setur, de la tribu de Aser

14 Nahbí, de la tribu de Neftalí, y

15 Gueuel, de la tribu de Gad.

16-17 A Oseas hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Josué. Luego Moisés envió a los jefes israelitas a explorar el territorio de Canaán. Les dijo:

«Vayan por el desierto hasta llegar a las montañas.

18 Fíjense en el país y en la gente que allí vive, si es gente fuerte o débil, y si son muchos o pocos.

19-20 Fíjense también cómo han construido sus ciudades, y si son fuertes o frágiles como tiendas de campaña. Vean si su territorio tiene árboles, si es bueno y da muchos frutos, o si es malo y sin frutos. No sean miedosos, y traigan de allá algo de lo que la tierra produce».

Los espías recorren el territorio prometido

Comenzaba la cosecha de las primeras uvas

21 cuando los jefes israelitas fueron a explorar la región. Empezaron por el sur, por el desierto de Sin, y de allí se fueron hasta Rehob, que está cerca de Hamat.

22 Entraron por el desierto y llegaron hasta Hebrón. Esta ciudad había sido construida siete años antes que la ciudad egipcia de Soan.

Los espías vieron que en Hebrón vivían Ahimán, Sesai y Talmai, que erandescendientesdel gigante Anac.

23-24 Cuando llegaron a un arroyo, cortaron un racimo de uvas tan grande y pesado que tuvieron que cargarlo entre dos. Los otros llevaron granadas e higos. El racimo que allí cortaron los israelitas era tan grande que a ese arroyo le pusieron por nombre Escol, que significa «racimo».

Los espías presentan su informe

25 Después de andar por el territorio durante cuarenta días, los espías regresaron

26 a Cadés, en el desierto de Parán. Allí les contaron a Moisés, a Aarón y a todos los israelitas lo que habían visto, y les mostraron los frutos que habían traído de ese territorio.

27 Y le dijeron a Moisés:

—Fuimos al territorio adonde nos enviaste. Es un territorio muy fértil; ¡allí siempre habrá abundancia de alimentos! Mira, éstos son los frutos que se dan allá.

28 »Lo malo es que la gente que vive allá es muy fuerte, y han hecho ciudades grandes y bien protegidas. ¡Hasta vimos a losdescendientesdel gigante Anac!

29 En el desierto viven los amalecitas, en las montañas viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y entre el mar y el río Jordán viven los cananeos.

30 La gente comenzó a murmurar, pero Caleb les ordenó callarse y les dijo:

—¡Vamos a conquistar ese territorio! ¡Podemos hacerlo!

31-33 Pero los otros que habían ido con él empezaron a desanimar a los israelitas diciéndoles que el territorio era malo.

—¡No lo hagan! —les decían—. ¡No podremos vencer a gente tan poderosa! ¡Los que viven allí son gigantes, como Anac! ¡Ante ellos nos veíamos tan pequeños como grillos! Además, es un lugar en donde no se puede vivir. Es tan malo que la gente se muere como si se los tragara la tierra.

Números 14

Quejas de los israelitas contra Dios

1 Aquella noche todos los israelitas empezaron a gritar y a llorar.

2 Se quejaban contra Moisés y Aarón, y decían:

«¡Ojalá nos hubiéramos muerto en Egipto, o en este desierto!

3 ¿Para qué nos trajo Dios a este territorio? ¿Sólo para que nos maten a todos, y se lleven como esclavos a nuestras mujeres e hijos? ¡Mejor regresemos a Egipto!»

4 Y se decían unos a otros: «¡Vamos a elegir a un jefe que nos lleve de vuelta a Egipto!»

5 Entonces Moisés y Aarón se tiraron de cara al suelo delante de los israelitas.

6 También se rasgaron la ropa en señal de dolor Josué y Caleb, que eran dos de los que habían ido a explorar el país.

7 Les dijeron a todos los israelitas:

«El territorio que vimos es bastante bueno;

8 allí siempre habrá abundancia de alimentos. Dios nos ama; nos ayudará a entrar en él y nos lo dará.

9 Lo importante es que no se rebelen contra Dios ni tengan miedo de la gente que vive en ese territorio. Será muy fácil vencerlos, porque ellos no tienen quién los cuide. Nosotros, en cambio, contamos con la ayuda de nuestro Dios. ¡No tengan miedo!»

10 Pero la gente no les hizo caso; por el contrario, querían apedrearlos.

Dios castiga a los israelitas

Entonces Dios se apareció con toda sugloriaen el santuario, delante de todos los israelitas,

11 y le dijo a Moisés:

—¿Hasta cuándo este pueblo seguirá creyendo que yo no soy importante ni tengo poder? Ya he hecho tantosmilagrosdelante de ellos, ¿y todavía no creen en mí?

12 Les voy a enviar una enfermedad que acabe con ellos. Pero de ti haré un pueblo más grande y numeroso.

13-16 Pero Moisés contestó:

—Si matas a este pueblo de una sola vez, lo van a saber los egipcios, que te vieron sacar de su país a los israelitas. Luego los egipcios se lo contarán a las otras naciones, y ellas van a decir: “Dios no pudo llevar a su pueblo al territorio que les prometió. Por eso los dejó morir en el desierto”.

»Todos saben que tú cuidas a este pueblo. Saben que tu nube está sobre ellos y los guía, de día con una columna de nube y de noche con una columna de fuego; también saben que tu pueblo puede verte cara a cara.

17 »Por eso te pido que muestres tu gran poder. Tú mismo has dicho

18 que tienes mucho amor y paciencia, y que por eso perdonas alpecador. Tú has dicho que castigas a los hijos, a los nietos y a los bisnietos, por la maldad de sus padres.

19 Dios mío, si desde Egipto has aguantado a este pueblo, y si realmente es tan grande tu amor, perdónale este pecado.

20 Dios le respondió a Moisés:

—Está bien, si así lo quieres, voy a perdonarlos.

21-23 Yo soy Dios, y mi fama es conocida en toda la tierra. Una cosa te juro: Ninguno de los que vieron los milagros que hice en Egipto y en este desierto, verá el territorio que les prometí. Ellos hablaron mal de mí, me pusieron a prueba muchísimas veces, y no me obedecen.

24-25 »Pero Caleb, mi servidor, no fue como los demás, sino que creyó en mi promesa. Por eso entrará junto con sus hijos en el territorio prometido, donde ahora viven los amalecitas y los cananeos. Ustedes, por su parte, irán mañana al desierto, en dirección al Mar de los Juncos.

26 Dios volvió a decirles a Moisés y a Aarón:

27 —Ya oí que los israelitas andan hablando mal de mí. ¿Hasta cuándo voy a soportar las quejas de este pueblo malvado?

28 Ya que andan diciendo que los he castigado, los voy a castigar. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que lo haré.

29 Todos los que tengan más de veinte años, y que hayan hablado mal de mí, morirán en este desierto.

30 Sólo Josué y Caleb entrarán en el territorio que les prometí, y nadie más.

31-32 »Ustedes caerán muertos en este desierto, y allí quedarán tirados. Pero sus hijos, que ustedes pensaron que serían esclavos, sí entrarán en el territorio que ustedes despreciaron.

33 Como ustedes no confiaron en mí, sus hijos andarán por el desierto cuidando ovejas durante cuarenta años; tendrán que esperar hasta que todos ustedes hayan muerto en el desierto.

34-35 »Para que aprendan lo terrible que es desobedecerme, los castigaré duramente. Les juro que lo haré. Ustedes exploraron el territorio durante cuarenta días, así que yo los castigaré un año por cada día. Cuarenta años andarán vagando por el desierto, hasta que se cansen y mueran.

36-37 Así fue como Dios castigó con la muerte a los que Moisés había enviado a explorar el territorio prometido, los cuales habían hecho que todos los israelitas se rebelaran contra Dios.

38 De los doce exploradores, sólo Josué y Caleb quedaron con vida.

39 Cuando Moisés les comunicó todo esto, los israelitas se pusieron muy tristes.

Derrota de los israelitas

40 Al día siguiente, los israelitas se levantaron muy temprano y se fueron a la parte más alta de un monte. Allí le dijeron a Moisés:

—Aunque reconocemos nuestropecado, de todos modos entraremos al territorio que Dios nos prometió.

41 Pero Moisés les contestó:

—¿Por qué desobedecen a Dios?

42 No vayan a ese territorio, pues Dios no irá con ustedes y sus enemigos los van a derrotar.

43 Ustedes se apartaron de Dios, y por eso él los ha abandonado. Si van a ese territorio, sus habitantes les saldrán al encuentro y los matarán.

44 A pesar de esta advertencia, los israelitas subieron al monte, pero Moisés y elcofre del pactose quedaron en el campamento.

45 Entonces los habitantes del país bajaron del monte y pelearon contra los israelitas. Los persiguieron hasta Hormá y los derrotaron por completo.