Números 15

Ofrendas y sacrificios

1 Dios le ordenó a Moisés:

2 «Diles esto a los israelitas: Cuando ya estén en el país que les voy a dar para que vivan en él, deben presentar susofrendasde la siguiente manera:

3 »Podrán llevar como ofrenda animales de sus ganados o rebaños parasacrificarlosy quemarlos en mi honor; también podrán presentar ofrendas voluntarias, o para cumplir alguna promesa, o de las que se dan en las fiestas. Así es como me agradan las ofrendas.

4-5 »Por cada cordero deben llevar un litro de vino y dos kilos de buena harina amasada con un litro de aceite de oliva.

6-7 Si sacrifican un carnero, deben llevar más de un litro de vino y cuatro kilos de harina amasada con más de un litro de aceite. Así es como me agradan las ofrendas.

8-10 »Cuando quemen un toro en mi honor, o presenten una ofrenda para hacer la paz conmigo, o quieran cumplir con una promesa, deben llevar dos litros de vino y seis kilos de buena harina amasada con dos litros de aceite. Así es como me agradan las ofrendas.

11-16 »De esta manera todos, incluso los extranjeros, me presentarán sus ofrendas, es decir, sus toros, carneros, corderos y cabritos. No hay diferencia. Esto será siempre así».

17 Luego Dios le ordenó a Moisés:

18 «Diles a los israelitas que cuando lleguen al país que les voy a dar,

19 y empiecen a cosechar el trigo y a comérselo, deben separar una parte para mí.

20-21 Siempre deberán darme el primer trigo que limpien y el primer pan que horneen.

Las ofrendas para el perdón de los pecados

22-23 »Si no hacen lo que desde el primer día les mandé por medio de Moisés, harán lo siguiente:

24-26 »Si todo el pueblo me desobedeció, pero no era esa su intención, debensacrificarun toro y quemarlo por completo. Deben ofrecérmelo con harina y vino. Además, ofrecerán un chivo como sacrificio para que les perdone supecado. Así es como me agradan lasofrendas. Elsacerdotepresentará las ofrendas para que yo perdone a todo el pueblo de Israel y también a los extranjeros que vivan con ustedes.

27 »Si sólo fue una persona la que sin querer desobedeció, entonces me ofrecerá una cabrita de un año.

28 El sacerdote hará la ceremonia y presentará la ofrenda de esa persona, y yo la perdonaré.

29 Ésta es una ley acerca de los que pecan sin querer, y vale tanto para los israelitas como para los extranjeros.

30-31 Pero si sabe lo que yo quiero y a propósito no lo hace, esa persona me ha ofendido y se le deberá eliminar de mi pueblo».

Desobediencia y castigo

32 Cuando los israelitas todavía vivían en el desierto, encontraron a un hombre juntando leña ensábado.

33 Entonces lo llevaron delante de Moisés y de Aarón y de todo el pueblo.

34 Como no sabían qué hacer con él, lo detuvieron esperando a que Dios les hablara.

35 Y Dios le ordenó a Moisés: «Saquen a ese hombre del campamento, y que todos lo apedreen hasta matarlo».

36 Y así lo hicieron los israelitas.

Cordones en la ropa

37 Después Dios le ordenó a Moisés:

38 «Diles a los israelitas que ellos y susdescendientesdeben poner siempre, en el borde de su ropa, cordones de color violeta.

39 Así, cada vez que vean los cordones, recordarán que deben obedecer todo lo que les he mandado. De esa manera no me desobedecerán ni seguirán sus propios deseos, ni los pensamientos que los llevan a alejarse de mí.

40 Recordarán que deben hacer todo lo que les digo, y vivirán sólo para obedecerme.

41 Yo soy su Dios, que los saqué de Egipto para que fueran mi pueblo. Sólo a mí me deben obedecer».

Números 16

La rebelión de Coré

1-2 Coré era un levita de la familia de Quehat, y su padre se llamaba Ishar. Coré tenía tres amigos de latribude Rubén: Datán y Abiram, que eran hijos de Eliab, y On, hijo de Pélet. Ninguno de ellos quería que Moisés fuera su jefe, y a ellos se les unieron doscientos cincuenta jefes israelitas que eran consejeros de la gente y muy respetados por todos.

3 Coré y su grupo fueron a decirles a Moisés y a Aarón:

—¡Ya estamos hartos de que ustedes se crean los jefes de todos nosotros! Dios está con todo el pueblo, y a todos nos ha elegido para servirle. ¿Por qué quieren hacerlo todo?

4 Cuando Moisés oyó esto, se tiró de cara al suelo,

5-7 y les dijo a Coré y a su grupo:

—¡Ustedes,descendientesde Leví, son los que me tienen harto! Vengan mañana temprano con su brasero para quemarinciensoy pónganlo delante de Dios. Entonces Dios elegirá a los que él quiera que le sirvan en el santuario, y sólo ellos podrán hacerlo.

8 Luego Moisés le dijo a Coré:

—¡Escúchame, tú y los descendientes de Leví que están contigo!

9 ¿Les parece poco que Dios los haya elegido de entre todos los israelitas para que le sirvan en su santuario?

10 Dios los eligió a ustedes para que estén cerca de él. ¿Por qué ahora quieren ser tambiénsacerdotes?

11 No se están quejando y rebelando contra Aarón sino contra Dios.

12 Luego Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, pero ellos le respondieron:

«No iremos.

13-14 Bastante daño nos has hecho con sacarnos de un país en donde siempre había abundancia de alimentos como lo era Egipto. Tú prometiste llevarnos a un territorio con muchos campos y muchas viñas, en donde siempre habría abundancia de alimentos. ¡Pero sólo nos trajiste a morir a un desierto donde no hay nada bueno! ¿Y aun así quieres que te obedezcamos y te sigamos? ¿Crees que estamos ciegos? ¡No queremos verte, ni hablarte!»

15 Moisés se enojó muchísimo y le dijo a Dios: «No aceptes susofrendas, Dios mío. Yo nunca les he hecho ningún daño, y ellos jamás me han dado nada. ¿Cómo pueden decir que me aprovecho de ellos?»

16-17 Luego Moisés le recordó a Coré que debía venir al día siguiente con Aarón y los doscientos cincuenta descendientes de Leví, y traer sus braseros para quemar incienso delante de Dios.

Dios castiga a Coré y a sus compañeros

18-19 Al día siguiente, Coré reunió a todos sus compañeros frente al santuario para enfrentarse a Moisés y a Aarón. Cada uno llevaba su brasero encendido. Entonces Dios se presentó con toda sugloriadelante del pueblo,

20 y les dijo a Moisés y a Aarón:

21 —¡Aléjense de esta gente, porque ahora mismo los voy a destruir a todos!

22 Moisés y Aarón se tiraron de cara al suelo, y le dijeron a Dios:

—Dios mío, tú que nos das vida a todos, ¡no los mates! ¿Vas a destruirlos por culpa de un solo hombre?

23 Dios le respondió a Moisés:

24 —Diles a todos los israelitas que se alejen de las tiendas de campaña donde están Coré, Datán y Abiram.

25 Moisés se levantó y fue a donde estaban Datán y Abiram. Con él iban los ancianos que eran jefes del pueblo.

26 Y Moisés le dijo a todo el pueblo: «Aléjense de las tiendas de esos malvados, y ni siquiera toquen lo que les pertenece. No sea que por su culpa mueran también ustedes».

27 El pueblo se alejó de Datán, Abiram y Coré, que estaban a la entrada de sus tiendas, con sus mujeres y sus hijos.

28 Entonces Moisés dijo:

«Ahora verán que yo sólo sigo órdenes de Dios, y no actúo por mi propia cuenta.

29 Si esta gente muere normalmente, como cualquiera de nosotros, entonces significa que yo hago las cosas por mi cuenta.

30 Pero si Dios hace algo extraordinario, y se abre la tierra y se los traga vivos, no habrá duda de que ellos se rebelaron contra Dios».

31 En cuanto Moisés terminó de hablar, la tierra se abrió

32 y se tragó vivos a todos los que habían seguido a Coré, junto con sus familias y todas sus pertenencias.

33 Así fue como desapareció toda aquella gente.

34 Al ver esto, todo el pueblo salió corriendo y gritando: «¡Vámonos de aquí! ¡No sea que también a nosotros nos trague la tierra!»

35 Enseguida, Dios envió un fuego, y los doscientos cincuentadescendientesde Leví murieron quemados.

36 Luego Dios le dijo a Moisés:

37-38 «Dile a Eleazar que les quite los braseros a esos malvados y apague el fuego que todavía tienen. Yo hepurificadoya los braseros con fuego, y ahora los descendientes de Aarón los usarán para mi servicio. Hagan láminas con el metal de los braseros, y cubran con ellas el altar. Así todos los israelitas tendrán presente lo que pasó y quedarán advertidos».

39-40 Eleazar hizo todo tal y como Dios se lo había ordenado a Moisés, y los israelitas quedaron advertidos de que nadie podía acercarse al altar para quemarincienso, a menos que fuera descendiente de Aarón. De lo contrario podría perder la vida como Coré y sus compañeros.

El pueblo vuelve a rebelarse

41-43 Al día siguiente, todo el pueblo se reunió y empezó a acusar a Moisés y a Aarón. Querían hacerles daño y les decían: «¡Por culpa de ustedes se está muriendo el pueblo de Dios!»

Entonces ellos dos entraron en el santuario, y la nube los cubrió. Allí Dios se presentó con toda sugloria,

44 y le dijo a Moisés:

45 «Aléjense de esta gente, porque la voy a destruir ahora mismo».

Moisés y Aarón se tiraron de cara al suelo,

46 y Moisés le dijo a Aarón: «Dios está muy enojado, y está castigando a la gente. Así que toma el brasero, ponle carbones encendidos del altar, y échaleincienso; ve luego a donde están los israelitas, y pídele a Dios que los perdone».

47 Aarón hizo lo que Moisés le dijo, y fue a donde estaba el pueblo. Al ver que Dios los estaba castigando, empezó a quemar incienso y a pedirle a Dios que los perdonara.

48 Aarón, por su parte, se paró entre la gente que ya estaba muerta y la que todavía estaba viva, y así detuvo el castigo de Dios.

49 Ese día murieron catorce mil setecientas personas, sin contar a las que habían muerto junto con Coré.

50 Cuando dejó de morir la gente, Aarón regresó al santuario para reunirse con Moisés.

Números 17

La vara de Aarón

1 Dios le ordenó a Moisés:

2-3 «Dile a cada uno de los jefes detribuque te traiga una vara, con su nombre escrito en ella. En total, serán doce varas. En la vara de Leví escribirán el nombre de Aarón.

4 Lleva las varas al santuario, y ponlas delante delcofre del pacto.

5 »Yo voy a hacer que florezca una de las varas, y el dueño de la vara que florezca será mi elegido para guiar al pueblo. Así el pueblo dejará de hablar mal de ustedes».

6 Entonces Moisés les dijo a los israelitas que cada jefe de tribu debía llevarle una vara con su nombre escrito en ella. Las varas serían doce en total, entre las que estaría la de Aarón.

7 Cuando le llevaron las varas, Moisés las puso delante del cofre del pacto.

8 Y al día siguiente, cuando Moisés entró en el santuario, vio que la vara de Aarón había retoñado y hasta tenía flores y almendras maduras.

9 Entonces Moisés sacó del santuario todas las varas y se las mostró a los israelitas. Luego que los jefes las examinaron, cada uno de ellos se llevó su propia vara.

10 Dios le dijo a Moisés: «Toma la vara de Aarón y ponla ante el cofre del pacto. Allí se quedará guardada, y les servirá de advertencia a los rebeldes para que dejen de protestar. Si me obedecen, no morirán».

11 Moisés hizo todo lo que Dios le mandó,

12-13 pero los israelitas le dijeron a Moisés: «Si acercarse al santuario de Dios significa morirse, ¡entonces todos vamos a morir!»

Números 18

El servicio de los sacerdotesy los descendientes de Leví

1 Dios le dijo a Aarón:

«Cuando los israelitas cometan algúnpecadocontra el santuario, tú y tusdescendientes, y los demás descendientes de Leví, pedirán perdón por ellos. Pero cuando tú y tus descendientes estén de servicio comosacerdotesy pequen, nadie podrá pedir perdón por ustedes, sino ustedes mismos.

2-7 »Para el servicio en el santuario delpacto, tú y tus descendientes podrán pedir la ayuda de sus hermanos de latribude Leví. Yo mismo los elegí de entre todas las tribus de Israel, y ahora se los entrego a ustedes para que los ayuden en su servicio en el santuario. Ellos podrán ayudarlos, aunque no podrán tocar los objetossagradosdel santuario ni del altar. Si lo hacen, tanto ellos como ustedes morirán.

»Sólo ustedes podrán trabajar como sacerdotes en el altar y en elLugar Santísimo. Sólo ustedes cuidarán del altar y de todos los objetos sagrados que hay en el santuario. Los demás descendientes de Leví podrán estar con ustedes, y ayudarlos en todo lo que hagan. Pero no permitirás que nadie más se acerque a ustedes. Cumplan con esto, y no volveré a enojarme con los israelitas, ni a castigarlos. Cualquiera que haga trabajos sacerdotales y no sea sacerdote, será condenado a muerte».

Las ofrendas para los sacerdotes

8 Además, Dios le dijo a Aarón:

«Tu trabajo sacerdotal consiste en presentarme lasofrendasde los israelitas. Todas esas ofrendas se las daré a ti y a tusdescendientes, por el servicio que me prestan. Ésta será una ley permanente.

9 »De las ofrendas que se queman, a ustedes les corresponden las ofrendas de cereales y las que traen los israelitas para pedir perdón por suspecados.

10 Cualquier varón de ustedes podrá comer de estas ofrendas, sólo que deberá hacerlo en el santuario, porque se trata de ofrendassantas.

11 »A ti y a tus descendientes, hombres y mujeres, les doy también todas las ofrendas especiales que me traen los israelitas. Podrá comer de ellas cualquier persona que haya cumplido con los requisitos para presentarse ante mí. Ésta será una ley permanente.

12-14 »También les doy a ustedes los primeros frutos de las cosechas que los israelitas deben traerme cada año. Para ustedes será lo mejor de su aceite, de su vino y de su trigo. Podrá comerlos cualquiera de ustedes que haya cumplido con los requisitos para presentarse ante mí.

15 »También serán para ustedes todos los primeros hijos de los israelitas y todas las primeras crías de sus animales, pero podrán darte a cambio una ofrenda por sus hijos y por los animales que esté prohibido comer osacrificar.

16 En tales casos, esperarán a que sus primeros hijos cumplan un mes de nacidos. Entonces te darán cinco monedas de plata, de las que se usan en el santuario. Esas monedas pesan once gramos cada una.

17-18 »Los animales que no pueden cambiarse por otra ofrenda son la vaca, la oveja y la cabra. Estos animales deben apartarse para mí. Tú podrás quedarte con la carne del pecho y del muslo derecho, pero derramarás su sangre alrededor del altar y quemarás su grasa. Así es como me agrada esta ofrenda.

19 »Todas las ofrendas y sacrificios que los israelitas me ofrezcan, serán para ti y para tus descendientes, hombres y mujeres. Ésta será una ley permanente. Yo te doy mi palabra. Te la cumpliré a ti, y también a tus descendientes».

Las ofrendas para los descendientes de Leví

20-24 Dios le dijo a Aarón:

«En Israel, todas lastribushan recibido como herencia su propio territorio. Pero a losdescendientesde Leví no les daré ningún territorio, pues yo seré su única herencia. Cuando los israelitas me entreguen la décima parte de sus productos, todo eso será para los descendientes de Leví, en pago por el servicio que prestan en el santuario. Ellos son los únicos que pueden acercarse al santuario. Si los israelitas se acercaran a él, morirían, pues ése es unpecadoque se castiga con la muerte.

»Ésta será para ustedes una ley permanente».

25 Además, Dios le ordenó a Moisés:

26 «Diles a los descendientes de Leví que cuando reciban la décima parte que deben entregarme los israelitas, también ellos deberán entregarme una décima parte de lo que reciban,

27 así como los israelitas me entregan la décima parte de su trigo y de su vino.

28 Esaofrendase la entregarán alsacerdoteAarón.

29 Y de todo lo que reciban, deben apartar siempre la mejor parte y dársela a Dios como ofrenda.

30-32 »Cuando ya me hayan dado la mejor parte, lo demás será para ellos. Se lo podrán comer donde quieran, junto con su familia. Ése será su pago por servirme en el santuario. Diles que me obedezcan y no me ofendan usando mal las ofrendas que los israelitas apartan para mí. De lo contrario, morirán».

Números 19

Reglas para la purificación

1 Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

2 «Díganles a los israelitas que esto es lo que yo ordeno: traigan una vaca de pelo rojo que no tenga ningún defecto, y a la que nunca hayan hecho trabajar en el campo.

3 Ustedes denle la vaca alsacerdoteEleazar para que la lleve fuera del campamento, y mátenla allí, delante de él.

4 Entonces Eleazar mojará un dedo en la sangre y rociará con ella siete veces la tienda del encuentro con Dios.

5 »Luego quemarán toda la vaca delante de Eleazar: quemarán el cuero, la carne, la sangre y el estiércol.

6 El sacerdote tomará entonces ramas de cedro, hisopo y tela roja, y echará todo eso al fuego donde se está quemando la vaca.

7-8 »Como el sacerdote se habrá contaminado, tendrá que lavar su ropa y bañarse, y no podrá entrar en el campamento hasta la tarde. Después de esa hora podrá regresar, y lo mismo hará el hombre que quemó la vaca.

9 Después de eso, alguien que no se haya contaminado recogerá la ceniza de la vaca y la pondrá en un lugarpuro, fuera del campamento. El pueblo usará esta ceniza para preparar el agua con la que se lavarán y quitarán suspecados.

10 El hombre que recogió las cenizas de la vaca también tendrá que lavar su ropa, y no podrá entrar en el campamento hasta la tarde.

»Ésta es una ley que siempre deberán obedecer los israelitas y los extranjeros que vivan con ustedes.

Reglas para presentarse ante Dios

11-22 »Cuando alguien muera dentro de su tienda de campaña, se deberá hacer lo siguiente: Durante siete días, no podrán presentarse ante Dios las siguientes personas:

»Las que hayan tocado el cadáver.

»Las que hayan estado dentro de la tienda, en el momento en que esa persona moría.

»Las que hayan entrado en esa tienda.

»Además, todas las ollas destapadas o mal tapadas en esa tienda quedarán contaminadas.

»Tampoco podrán presentarse ante Dios las siguientes personas:

»Las que toquen una tumba.

»Las que toquen huesos de muerto.

»Las que toquen algún cadáver en el campo, ya sea que a esa persona la hayan matado o se haya muerto allí.

»Para poder presentarse ante Dios, todas estas personas tendrán que lavarse el tercer día y el séptimo, con el agua que tiene las cenizas de la vaca. Si no se lavan en esos dos días, no podrán presentarse ante Dios.

»Además, alguien que no haya tocado a ningún muerto tomará las cenizas de la vaca de pelo rojizo y las mezclará con agua de manantial. Tomará luego unas ramas de hisopo, las mojará en el agua con ceniza, y rociará la tienda, las vasijas, y a quienes hayan tocado algún cadáver, o huesos, o tumba.

»Pasados los siete días, todas estas personas deberán lavarse la ropa y bañarse, y esa noche podrán ya presentarse ante Dios.

»Si alguien toca algún cadáver y no es rociado con el agua que tiene las cenizas de la vaca de pelo rojizo, no podrá presentarse ante Dios. Tampoco podrá vivir entre los israelitas, porque contaminaría el santuario de Dios.

»Si alguien se acerca al santuario de Dios sin haberse lavado, contaminará el santuario y ya no podrá ser parte del pueblo de Israel.

»Si alguien toca a otra persona que haya tenido contacto con algún cadáver, no podrá presentarse ante Dios hasta el anochecer.

»Todo lo que toque quien haya tenido contacto con un cadáver, también quedará contaminado hasta el anochecer.

»La persona que rocíe el agua con las cenizas, o que toque esta agua, también deberá lavarse la ropa, y no podrá presentarse ante Dios hasta el anochecer.

»Ésta será una ley permanente».

Números 20

Los israelitas protestan contra Dios

1 Era el mes de Abibcuando el pueblo de Israel llegó a Cadés, en el desierto de Sin. Allí se quedaron por algún tiempo, y allí murió María y fue enterrada.

2 Como en ese lugar no había agua, el pueblo se reunió para hablar mal de Moisés y de Aarón.

3 A Moisés le reclamaban:

«¡Mejor nos hubiéramos muerto cuando Dios castigó a nuestros parientes!

4-5 ¡Nos trajiste de Egipto, a nosotros y a nuestros ganados, tan sólo para hacernos morir en este desierto! ¿Para qué nos trajiste a este lugar tan horrible? ¡Aquí no podemos sembrar higos, ni viñas, ni granadas! ¡Ni siquiera tenemos agua para beber!»

6 Moisés y Aarón se apartaron de la gente y se fueron al santuario. Allí, en la entrada, se inclinaron hasta tocar el suelo con la cara, y Dios se presentó con toda sugloria.

7 Le dijo a Moisés:

8 «Toma tu vara, y pídele a tu hermano Aarón que te ayude a reunir a todo el pueblo. Luego, en presencia de todos, ordénale a la roca que les dé agua. Y sacarás agua de la roca, y beberá todo el pueblo y su ganado».

9 Moisés hizo lo que Dios le mandó, y tomó la vara que estaba en presencia de Dios.

10 Luego Moisés y Aarón reunieron delante de la roca a toda la gente, y Moisés les dijo: «¡Óiganme bien, rebeldes! ¿Acaso quieren que saquemos agua de esta roca para que ustedes beban?»

11 Mientras decía esto, Moisés golpeó dos veces la roca con la vara, ¡y empezó a salir tanta agua que toda la gente y su ganado bebieron!

12 Pero Dios les dijo a Moisés y a Aarón: «Ustedes no creyeron en mí, ni me honraron delante de los israelitas. Por eso, no entrarán con ellos al territorio que les voy a dar».

13 Esto sucedió en Meribá, que significa «queja». Y es que allí los israelitas se quejaron contra Dios, y él les mostró que es un Diossanto.

El rey de Edom

14 Cuando el pueblo de Israel estaba en Cadés, Moisés envió al rey de Edom este mensaje:

—Los israelitas somos parientes tuyos. Tú bien sabes que hemos tenido muchos problemas.

15 Hace mucho tiempo, nuestros familiares se fueron a vivir a Egipto. Pero los egipcios los trataron muy mal, lo mismo que a nosotros.

16 Entonces le pedimos ayuda a Dios, y él nos escuchó y mandó a unángelpara que nos sacara de Egipto. Y aquí nos tienes ahora. Estamos en la ciudad de Cadés, en la frontera misma de tu país.

17 »Un favor te pedimos. Déjanos pasar por tu territorio. Te prometemos no pasar por los campos sembrados, ni por los viñedos, ni tomar agua de tus pozos. Seguiremos derecho, sin apartarnos del camino principal, hasta que hayamos salido de tu territorio.

18 Pero el rey de Edom les contestó:

—¡Ni se atrevan a entrar en mi país! Si lo hacen, le ordenaré a mi ejército que los ataque.

19 Los israelitas insistieron:

—Te prometemos no apartarnos del camino principal. Y en caso de que alguno de nosotros, o nuestro ganado, llegue a beber agua de tus pozos, te la pagaremos. Lo único que queremos es pasar por tu territorio.

Pero el rey de Edom les respondió:

20 —¡Ya les dije que no los voy a dejar pasar!

Y salió el rey con un ejército muy bien armado, y se plantó frente a los israelitas

21 para no dejarlos pasar por su territorio. Y no le quedó al pueblo de Israel más remedio que buscar otro camino.

Aarón muere en el monte Hor

22 Los israelitas salieron de Cadés y se fueron hacia el monte Hor,

23 a un lado del país de Edom. Estando allí, Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

24 «Aarón ya está por morirse, y no va a entrar en el país que les di a los israelitas, ya que en Meribá ustedes no confiaron en mí, sino que me desobedecieron.

25 Tú, Moisés, toma a Aarón y a su hijo Eleazar, y llévalos a la parte más alta del monte Hor.

26 Allí morirá Aarón. Cuando haya muerto, le quitarás su ropa desacerdotey se la pondrás a Eleazar».

27 Y Moisés hizo lo que Dios le mandó. Todo el pueblo los vio subir al monte Hor.

28 Y cuando Aarón murió, Moisés le quitó su ropa de sacerdote y se la puso a su hijo Eleazar. Después de eso, Moisés y Eleazar bajaron del monte.

29 Cuando el pueblo se enteró de que Aarón había muerto, lloró por él durante treinta días.

Números 21

Israel conquista y destruye Hormá

1 Había en el desierto del sur un rey cananeo que vivía en la ciudad de Arad. Cuando este rey supo que los israelitas venían por el camino de Atarim, los atacó y se llevó presos a algunos de ellos.

2 Entonces los israelitas oraron a Dios y le hicieron esta promesa: «Si nos ayudas a vencer a ese rey y a su pueblo, nosotros destruiremos por completo todas sus ciudades».

3 Dios les concedió lo que pidieron, y los ayudó a vencer a sus enemigos. Así fue como los israelitas mataron a los cananeos y destruyeron todas sus ciudades. Por eso llamaron a ese lugar Hormá.

La serpiente de bronce

4 Del monte Hor los israelitas se fueron hacia el Mar de los Juncos, pero evitaron pasar por el territorio de Edom. En el camino, la gente se desesperó

5 y comenzó a protestar contra Dios. Le decían a Moisés: «¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Sólo para darnos muerte en el desierto? ¡No tenemos pan ni agua, y ya estamos cansados de esa comida tan desabrida!»

6 Entonces Dios les mandó serpientes venenosas, para que los mordieran. La gente que era mordida se moría, y fueron muchos los que murieron.

7 Por eso fueron a decirle a Moisés: «Reconocemos que no hemos hecho bien al protestar contra Dios y contra ti. ¡Por favor, pídele a Dios que se lleve de aquí las serpientes!»

Moisés le pidió a Dios que perdonara a los israelitas,

8 y Dios le contestó: «Haz una serpiente de bronce y ponla en un asta. Si alguna serpiente los muerde, diles que miren a la serpiente de bronce y sanarán».

9 Y así sucedió. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Y cuando alguna serpiente mordía a alguien, esa persona miraba a la serpiente de bronce y así no le pasaba nada.

Los israelitas siguen su camino

10 Los israelitas siguieron su camino, y llegaron a Obot.

11 De allí se fueron al este del territorio de Moab y acamparon en un lugar llamado Iié-abarim, que está en el desierto.

12 Más tarde acamparon en el arroyo Zéred,

13 y de allí se fueron al otro lado del río Arnón. Ese río separa el territorio de Moab del territorio de los amorreos, y está en pleno desierto.

14 Acerca de esto, en el Libro de las Guerras de Dios hay un texto que dice:

«Viajamos por Vaheb,

en el territorio de Sufá,

y por los arroyos del río Arnón.

15 También bordeamos los arroyos

que llegan hasta el territorio de Ar

y que están en la frontera de Moab».

16 Del río Arnón, los israelitas se fueron a un lugar llamado Pozo. Allí está el pozo donde, por órdenes de Dios, Moisés reunió a los israelitas y les dio a beber agua.

17 Ese día los israelitas cantaron:

«¡Que brote agua del pozo!

¡Nosotros le cantaremos canciones!

18 Ese pozo lo hicieron los príncipes,

con sus varas y sus bastones».

Cuando se fueron del desierto, los israelitas pasaron por Mataná,

19 Nahaliel, Bamot

20 y por el valle que está en el territorio de Moab. Finalmente, llegaron a la cumbre del monte Pisgá, desde donde se ve el desierto.

Los israelitas vencen al rey Sihón

21 Los israelitas le enviaron este mensaje a Sihón, que era rey de los amorreos:

22 «Por favor, déjenos usted pasar por su territorio. Le prometemos no meternos en sus campos sembrados ni en sus viñedos, ni beber agua de sus pozos. Nos mantendremos en el camino principal hasta salir de su país».

23 Pero el rey Sihón, en vez de darles permiso de cruzar su país, reunió a su ejército y atacó a los israelitas en el desierto, cerca del pueblo llamado Jahas.

24-25 Pero los israelitas lo vencieron y se adueñaron de todo el país.

Así fue como los israelitas se quedaron a vivir en todas las ciudades amorreas, es decir, en Hesbón y en todas las ciudades que hay entre el río Arnón y el río Jaboc. En este río empieza el país de los amonitas, que está bien vigilado por su ejército.

26 En Hesbón vivía el rey Sihón, que había estado en guerra con el anterior rey de Moab y le había quitado todo ese territorio, hasta el río Arnón.

27 Como dice la canción:

«¡Reconstruyan y arreglen Hesbón,

la ciudad capital del rey Sihón!

28 »Desde Hesbón salió un fuego

y quemó todo el territorio;

desde Ar, en el territorio de Moab,

hasta las alturas del Arnón.

29 »¡Pobre de ti, Moab!

¡Qué mal te fue,

pueblo del dios Quemós!

Ese dios dejó que el rey Sihón

se llevara presos a tus hijos

y también a tus hijas.

30 »Todo Hesbón quedó destruido;

de Dibón a Nófah,

todo quedó en ruinas.

¡Hasta Medebá llegó el fuego!»

31 Así fue como los israelitas se quedaron a vivir en el territorio de los amorreos.

Israel vence al rey de Basán

32 Moisés envió espías a la ciudad de Jazer. Y los israelitas conquistaron esa ciudad y todos los pueblos cercanos, y echaron fuera a todos los amorreos que allí vivían.

33 Después se fueron al territorio de Basán, pero el rey Og fue a Edrei con todo su ejército para pelear contra ellos.

34 Entonces Dios le dijo a Moisés:

«No le tengas miedo a Og. Con mi ayuda, lo vas a vencer a él y a todo su ejército. Pero quiero que hagas con él lo mismo que hiciste con Sihón, el rey amorreo».

35 Así fue como los israelitas mataron a Og, a su ejército y a toda su gente, y se quedaron a vivir en su país.

Números 22

La historia de Balac y Balaam

1 Los israelitas continuaron su viaje y pusieron su campamento en el valle de Moab, que está al este del río Jordán, frente a Jericó.

2-4 Balac hijo de Sipor, era el rey de Moab.

Cuando Balac supo todo lo que los israelitas les habían hecho a los amorreos, él y todo el pueblo de Moab se llenaron de miedo, pues los israelitas eran muchísimos. Entonces, la gente de Moab mandó a llamar a los jefes madianitas, y les dijeron: «Los israelitas van a acabar con todo lo que tenemos, como las vacas acaban con el pasto del campo».

5 En aquel tiempo, Balaam hijo de Beor vivía con su familia en Petor, ciudad que estaba junto al río Éufrates. Balac envió a los jefes de su país con este mensaje para Balaam:

«Un pueblo enorme que huyó de Egipto ha acampado frente a nuestro territorio,

6 y es demasiado poderoso para nosotros. ¿Podrías venir para echarles una maldición? Yo sé que cuando túbendicesa alguien, le va bien, y que cuando lo maldices, le va mal en todo. Por favor, ven y maldice al pueblo de Israel. Tal vez yo pueda vencerlo y expulsarlo de este territorio».

7 Loslíderesde Moab y de Madián le llevaron el mensaje a Balaam. También le llevaron dinero para que maldijera a los israelitas.

8 Y Balaam les dijo: «Quédense aquí esta noche. Mañana les diré lo que Dios quiere que yo haga».

Así lo hicieron.

9 Esa noche Dios se le apareció a Balaam y le preguntó:

—¿Quiénes son esos hombres que están contigo?

10 Balaam contestó:

—Vienen de Moab; son mensajeros del rey Balac.

11 El rey los ha mandado aquí para que yo eche una maldición sobre un pueblo que se escapó de Egipto. Puesto que acamparon frente al territorio de Moab, el rey quiere expulsarlos de allá.

12 Entonces Dios le ordenó a Balaam:

—No vayas con esos hombres, ni le eches la maldición a ese pueblo, pues yo haré que le vaya bien en todo.

13 Al día siguiente, Balaam se levantó y les dio a aquellos hombres el mensaje que Dios le había dado: «Regresen a su país, porque Dios no me deja ir con ustedes».

14 Los jefes de Moab regresaron y le dijeron a Balac que Balaam no había querido venir con ellos.

15 Entonces Balac envió a un grupo grande de los jefes más importantes de Moab.

16 Cuando llegaron a donde estaba Balaam, le dieron el mensaje del rey: «Ven de inmediato; no te resistas.

17 Si maldices a ese pueblo, te pagaré todo el dinero que quieras y te haré muy importante».

18 Pero a pesar de eso, Balaam dijo:

«Aunque Balac me ofrezca su palacio repleto de oro y de plata, no haré lo que me pide. ¡No puedo desobedecer al Dios de Israel!

19 Quédense aquí esta noche, y veremos qué me pide hacer Dios».

20 Esa noche Dios le dijo a Balaam: «Si esos hombres quieren que vayas con ellos, ve; pero sólo harás lo que yo te diga».

21 Balaam se levantó muy temprano, ensilló su burra y se fue con los jefes de Moab.

22 Pero Dios se enojó mucho con Balaam por haberse ido con ellos. Por eso, elángelde Dios se puso en medio del camino para no dejarlo pasar.

Balaam iba montado en su burra, y sus dos ayudantes iban con él.

23 Cuando la burra vio al ángel de Dios, parado en el camino y listo para atacar a Balaam con una espada, se salió del camino. Sin pensarlo más, Balaam le pegó a la burra para que regresara al camino.

24 Entonces el ángel de Dios se puso en un camino muy angosto, en medio de los muros de piedra de dos viñedos.

25 Cuando la burra vio al ángel, se hizo a un lado y le aplastó a Balaam el pie contra el muro. Entonces Balaam volvió a pegarle.

26 Luego el ángel se adelantó y se plantó en un lugar tan angosto que nadie podía moverse ni a un lado ni al otro.

27 Cuando la burra vio al ángel, se echó al suelo y ya no quiso dar ni un paso más. Balaam se enojó muchísimo y golpeó a la burra con un palo.

28 En ese momento, Dios hizo que la burra hablara y le dijera a Balaam:

—¿Qué te he hecho? ¿Por qué me golpeaste tres veces?

Balaam respondió:

29 —¡Te burlaste de mí! ¡Si tuviera una espada en la mano, te mataría ahora mismo!

30 La burra replicó:

—¡Yo soy tu burra! ¡Toda la vida te he llevado por todos lados, y nunca te he tratado mal, como hoy lo has hecho conmigo!

—Tienes razón —contestó Balaam.

31 En ese mismo instante, Dios permitió que Balaam viera al ángel, parado en el camino y listo para atacarlo con su espada. Balaam, entonces, se arrodilló hasta tocar el suelo con su frente,

32 y el ángel de Dios le dijo:

—¿Por qué golpeaste a tu burra tres veces? Yo fui quien te cerró el camino, porque no me parece que debas ir a Moab.

33 Si tu burra no me hubiera visto ni se hubiera parado tres veces, ya te habría matado, y a ella la habría dejado con vida.

34 Balaam respondió:

—Perdóneme, Señor. Me he portado muy mal. Yo no sabía que usted intentaba detenerme en el camino. Si usted no quiere que vaya a Moab, ahora mismo regresaré a mi casa.

35 Y el ángel de Dios le contestó:

—Ve con ellos, pero sólo vas a decir lo que yo te diga.

Balaam se fue entonces con los jefes que había enviado Balac.

36 Cuando Balac supo que Balaam se acercaba, salió a recibirlo a un pueblo en la frontera norte del país.

37 Allí Balac le dijo a Balaam:

—¿Por qué no viniste cuando te llamé? ¿Creíste que no te daría lo que te ofrecí?

38 Y Balaam contestó:

—Aquí me tienes, pero sólo diré lo que Dios me ordene.

39 Y Balaam fue con Balac a Quiriat-husot.

40 Allí Balac presentó bueyes y ovejas comoofrendaa Dios, e hizo un banquete para Balaam y los mensajeros.

41 Al otro día, Balac llevó a Balaam a Bamot-baal. Desde allí se podía ver parte del campamento de los israelitas.

Números 23

Balaam bendice a los israelitas

1 Entonces Balaam le dijo a Balac: «Levanta aquí siete altares para que yo presente siete toros y siete carneros comoofrendaa Dios».

2 Balac hizo lo que Balaam le pidió. Luego los dos mataron a los toros y a los carneros, y colocaron un toro y un carnero en cada altar.

3 Entonces Balaam le dijo a Balac: «Quédate aquí. Yo debo esperar a que Dios venga y me diga lo que debo hacer».

Balaam se fue a un lugar alto y solitario.

4 Mientras él estaba allí, Dios se le apareció. Entonces Balaam le dijo:

—He presentado como ofrenda en tu honor siete toros y siete carneros en siete altares que mandé a construir.

5 Dios, entonces, le dio a Balaam este mensaje:

—Regresa a donde está Balac y repite el mensaje que te he dado.

6 Balaam regresó a donde estaban los altares y se encontró con Balac y todos los jefes de Moab.

7 Allí Balaam se puso a cantar:

«Balac, rey de Moab,

me trajo de los cerros de Arabia,

para maldecir a los israelitas

y para condenarlos.

8 »Pero no puedo oponerme

a lo que Dios me dijo:

“No maldigas a mi pueblo

ni lo condenes”.

9 »Desde lo más alto de las montañas

contemplo a ese pueblo especial.

Sí, desde las alturas

contemplo a ese pueblo obediente.

10 »¡Los israelitas son gente buena!

No hay quien pueda contarlos.

¡Los israelitas son gente de paz!

¡Ojalá llegue a ser como ellos!»

11 Al oír esto, Balac se quejó con Balaam:

—¿Qué te pasa? ¡Te traje para que maldigas a mis enemigos, y has hecho todo lo contrario!

Pero Balaam contestó:

12 —Yo sólo puedo decir lo que Dios me manda.

Segunda bendición de Balaam

13 Entonces Balac le dijo:

—Ven conmigo, te llevaré a otro lugar. Quizá te animes a maldecir a ese pueblo si sólo ves a un grupo pequeño.

14 Balac lo llevó al campo de Sofim, a la parte más alta del monte Pisgá. Allí construyó siete altares, y en cada uno de ellossacrificóun toro y un carnero.

15 Luego Balaam le dijo a Balac: «Espérame aquí, junto a los altares, mientras yo voy a encontrarme con Dios».

16 Dios se le apareció a Balaam, y le dio este mensaje: «Regresa a donde está Balac, y repite el mensaje que te he dado».

17 Balaam regresó y encontró a Balac y a los jefes de Moab junto a los altares. Entonces Balac le preguntó:

—¿Qué te dijo Dios?

18 Y Balaam se puso a cantar:

«Balac hijo de Sipor,

¡levántate y óyeme bien!

19 »¡Dios no es como nosotros!

No dice mentira alguna

ni cambia de parecer.

Dios cumple lo que promete.

20 »Dios me ordenó

bendecir a su pueblo.

Él así lo mandó,

y no puedo evitarlo.

21 »Dios es el rey de Israel.

Él vive en medio de su pueblo.

Dios no les desea el mal

ni quiere causarles daño.

22 »Con una fuerza mayor

que la del búfalo,

Dios liberó de Egipto

a su pueblo.

23 »No hay brujería que funcione

contra el pueblo de Dios.

¡Miren todo lo bueno

que Dios ha hecho por él!

24 »Es como una manada de leones,

lista para atacar a su presa.

Israel no descansará

hasta ver vencido a su enemigo».

25 Entonces Balac le dijo a Balaam:

—¡Si no puedes maldecir a este pueblo, por lo menos no le desees que le vaya bien!

26 Pero Balaam le respondió:

—¡Ya te dije que no puedo desobedecer a Dios!

Tercera bendición de Balaam

27 Balac le volvió a decir:

—Ven. Te voy a llevar a otro lado. A lo mejor desde allí Dios te permite maldecir a los israelitas.

28 Y Balac llevó a Balaam a la parte más alta del monte Peor. Desde allí se puede ver todo el desierto.

29 Balaam le dijo a Balac:

—Construye siete altares para ofrecerle a Dios siete toros y siete carneros.

30 Cuando Balac terminó de construir los altares, Balaam presentó comoofrendaun toro y un carnero en cada altar.

Números 24

1 Como Balaam ya sabía lo que Dios quería, no hizo nada para que se le apareciera. Más bien se quedó mirando hacia el desierto.

2 Y cuando vio a todo el pueblo de Israel en sus tiendas de campaña, el espíritu de Dios tomó control de él,

3 y Balaam se puso a cantar:

«Soy Balaam hijo de Beor,

y sé muy bien lo que Dios quiere.

¡Escuchen mi mensaje!

4 »Hablo en nombre de Dios,

el Todopoderoso.

Yo sé lo que él quiere,

pues estuve frente a él.

5 »¡Qué bonitas tiendas de campaña

tienen ustedes, los israelitas!

¡Qué hermoso es tu campamento,

pueblo de Israel!

6 »Pareces una fila de palmeras;

un jardín a orillas de un río.

Eres como flores que Dios plantó;

como árboles junto al manantial.

7 »Tú y tusdescendientes

serán como huerta junto al agua.

Tu rey será más poderoso que Agag,

y tu reino, más grande y más famoso.

8 »Dios te sacó de Egipto, Israel.

Te sacó con una fuerza increíble,

como la fuerza del búfalo.

Ahora, destruirás a tus enemigos,

los herirás con flechas

y les romperás los huesos.

9 »Como un león que descansa

después de atacar.

Así eres tú, Israel.

¡Nadie se atreverá

a molestarte!

A los que te hagan bien,

bien les irá.

Pero a los que te hagan mal,

mal les irá».

10 Al oír esto, Balac cerró el puño y con furia golpeó la palma de su otra mano. Y le dijo a Balaam:

—Te mandé llamar para que maldijeras a mis enemigos, y ya van tres veces que losbendices.

11 ¡Vete ahora mismo a tu casa! Yo había prometido hacerte rico, pero Dios no te lo ha permitido; ¡no te daré nada!

12 Balaam le respondió:

—Yo les advertí a tus mensajeros que,

13 aunque me dieras tu palacio repleto de oro y plata, no podría desobedecer a Dios. ¡Sólo puedo decir lo que él me manda!

14 Ya me voy, pero antes te voy a anunciar lo que el pueblo de Israel le hará a tu pueblo en el futuro.

15 Yo soy Balaam hijo de Beor, y ésta es mi canción:

»He escuchado

este mensaje con claridad;

16 sí, he escuchado

la palabra de Dios.

Mi conocimiento

viene del Dios altísimo,

y mivisiónla he recibido

del Dios todopoderoso.

17 »Lo que Dios me mostró no ha sucedido;

todavía está en el futuro.

Se levantará en Israel un rey

que brillará como una estrella.

Derrotará al pueblo de Moab;

destruirá a los que han hecho

del desierto su hogar.

18 Conquistará al país de Edom

y vencerá a todos sus enemigos.

19 »Del pueblo de Jacob

saldrá un conquistador.

Él destruirá hasta los pocos

que queden en las ciudades.

20 Dicho esto, Balaam miró hacia donde estaba el pueblo de Amalec y se puso a cantar:

«Amalec era nación poderosa;

más poderosa que todas.

Pero pronto será destruida».

21 Luego miró Balaam hacia donde estaban los quenitas, y cantó lo siguiente:

«Descendientes de Caín,

sus casas son muy fuertes

y sus refugios como una roca.

22 Pero al fin, todo será destruido

y los asirios los harán esclavos».

23 Para terminar, Balaam volvió a cantar:

«¡Pobres de los que estén vivos

cuando Dios haga todo esto.

24 Vendrán los barcos de Chipre

y destruirán a todas las ciudades

de Asiria y de Éber!»

25 Luego Balaam regresó a su casa, y Balac se fue a su país.