Hechos 4

Pedro y Juan hablan ante la Junta Suprema

1 Pedro y Juan estaban hablando todavía con la gente cuando se acercaron algunossacerdotesysaduceos, y el jefe de los guardias del templo.

2 Estaban muy enojados porque Pedro y Juan enseñaban que los muertos podíanresucitar, así como Jesús había sido resucitado.

3 Entonces apresaron a Pedro y a Juan; pero como ya estaba anocheciendo, los encerraron en la cárcel hasta el día siguiente.

4 Sin embargo, al escuchar el mensaje que daban losapóstoles, muchos creyeron en Jesús. Ese mismo día, el grupo de los seguidores de Jesús llegó como a cinco mil personas.

5 Al día siguiente, laJunta Supremase reunió en Jerusalén. En la Junta estaban loslíderesdel país, con sus consejeros y losmaestros de la Ley.

6 Allí estaba Anás, que era el jefe de los sacerdotes, junto con Caifás, Juan, Alejandro y los otros sacerdotes principales.

7 Pedro y Juan fueron llevados a la presencia de todos ellos, los cuales empezaron a preguntarles:

—¿Quién les ha dado permiso para enseñar a la gente? ¿Quién les dio poder para hacermilagros?

8 Entonces Pedro, lleno del poder del Espíritu Santo, les dijo a los líderes y a sus consejeros:

—Señores,

9 ustedes nos preguntan acerca del hombre que estaba enfermo, y que ahora está sano.

10 Ustedes y toda la gente de Israel deben saber que este hombre está aquí, completamente sano, gracias al poder de Jesús de Nazaret, elMesías. Ustedes ordenaron que a Jesús lo mataran en una cruz, pero Dios lo ha resucitado.

11 Ustedes han actuado como los constructores que rechazaron una piedra, y luego resultó que esa piedra llegó a ser la piedra principal que sostiene todo el edificio.

12 Sólo Jesús tiene poder parasalvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos.

13 Todos los de la Junta Suprema se sorprendieron de oír a Pedro y a Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación. Se dieron cuenta entonces de que ellos habían andado con Jesús.

14 Y no podían acusarlos de nada porque allí, de pie junto a ellos, estaba el hombre que había sido sanado.

15 Los de la Junta ordenaron sacar de la sala a los acusados, y se pusieron a discutir entre ellos.

16 «¿Qué vamos a hacer?», se decían. «No podemos acusarlos de mentirosos, pues lo que hicieron por ese hombre es realmente un milagro, y todos en Jerusalén lo saben.»

Otros decían:

17 «Debemos impedir que lo sepa más gente. Tenemos que amenazarlos para que dejen de hablar del poder de Jesús.»

18 Así que los llamaron y les ordenaron:

—No le digan a nadie lo que ha pasado, y dejen de enseñar a la gente acerca del poder de Jesús.

19 Pero Pedro y Juan les respondieron:

—Dígannos, entonces: ¿debemos obedecerlos a ustedes antes que a Dios?

20 ¡Nosotros no podemos dejar de hablar de todo lo que hemos visto y oído!

21-22 Los jefes de la Junta Suprema les advirtieron que tenían que dejar de hablar de Jesús. Luego los soltaron, porque no podían castigarlos, pues todo el pueblo alababa a Dios por haber sanado milagrosamente a ese hombre, que tenía más de cuarenta años de edad.

Los seguidores de Jesús oran a Dios

23 En cuanto Pedro y Juan fueron puestos en libertad, se reunieron con los otrosapóstolesy les contaron lo que habían dicho los de laJunta Suprema.

24 Luego de escucharlos, todos juntos oraron:

«Dios nuestro, tú hiciste el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que hay en ellos.

25-26 Tú, por medio del Espíritu Santo, le hablaste al rey David, nuestroantepasado. Por medio de David, que estaba a tu servicio, dijiste:

“¿Por qué se rebelan contra Dios

las naciones y los pueblos?

¿Por qué estudian la manera

de luchar contra Dios

y contra elMesíasque él escogió?

¡Inútiles son los planes

de los reyes de este mundo!”

27 »Es verdad que en esta ciudad se unieron Herodes Antipas, Poncio Pilato, el pueblo romano y el pueblo de Israel, para matar a Jesús, a quien tú elegiste para que fuera nuestro rey.

28 Pero ellos sólo estaban haciendo lo que tú, desde el principio, habías decidido hacer.

29 »Ahora, Dios nuestro, mira cómo nos han amenazado. Ayúdanos a no tener miedo de hablar de ti ante nadie.

30 Ayúdanos a sanar a los enfermos, y a hacermilagrosy señales maravillosas. Así harás que la gente vea el poder de tu siervo Jesús, a quien elegiste.»

31 Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos, y todos ellos quedaron llenos del Espíritu Santo. A partir de ese momento, todos hablaban sin temor acerca de Jesús.

La vida de los seguidores de Jesús

32 Todos los seguidores de Jesús tenían una misma manera de pensar y de sentir. Todo lo que tenían lo compartían entre ellos, y nadie se sentía dueño de nada.

33 Llenos de gran poder, losapóstolesenseñaban que Jesús habíaresucitado. Dios losbendecíamucho,

34 y no les hacía falta nada, porque los que tenían alguna casa o terreno lo vendían

35 y entregaban el dinero a los apóstoles. Entonces ellos lo repartían y le daban a cada uno lo que necesitaba.

36 Esto también lo hizo un hombre de latribude Leví, que había nacido en la isla de Chipre. Se llamaba José, pero los apóstoles le decían Bernabé, que significa «El que consuela a otros.»

37 Bernabé vendió un terreno suyo, y todo el dinero de la venta se lo entregó a los apóstoles.

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Hechos 5

Ananías y Safira

1 Algo muy diferente pasó con un hombre llamado Ananías. Este hombre y su esposa, que se llamaba Safira, se pusieron de acuerdo y vendieron un terreno,

2 pero se quedaron con parte del dinero de la venta. El resto se lo entregaron a losapóstoles.

3 Entonces Pedro le dijo a Ananías:

—¿Por qué le hiciste caso aSatanás? Creíste que podrías engañar al Espíritu Santo, y te quedaste con parte del dinero.

4 Antes de vender el terreno, era todo tuyo y de tu esposa. Y cuando lo vendiste, todo el dinero también era de ustedes. ¿Por qué lo hiciste? No nos has mentido a nosotros, sino a Dios.

5-6 Al oír esto, Ananías cayó muerto allí mismo. Entonces unos muchachos envolvieron el cuerpo de Ananías y lo llevaron a enterrar. Y todos los que estaban en ese lugar sintieron mucho miedo.

7 Como tres horas más tarde llegó Safira, sin saber lo que había pasado.

8 Entonces Pedro le preguntó:

—Dime, ¿vendieron ustedes el terreno en este precio?

—Así es —respondió ella—. Ése fue el precio.

Entonces Pedro le dijo:

9 —¿Por qué se pusieron de acuerdo para engañar al Espíritu del Señor? Mira, ahí vienen los muchachos que acaban de enterrar a tu esposo, y ellos mismos te enterrarán a ti.

10 Al instante, Safira cayó muerta, así que los muchachos entraron y se la llevaron para enterrarla junto a su esposo.

11 Todos los que pertenecían a laiglesia, y todos los que se enteraron de lo sucedido, sintieron mucho miedo.

Dios hace cosas maravillosas

12 Por medio de losapóstoles, Dios seguía haciendomilagrosy señales maravillosas entre la gente. Todos los días, los seguidores de Jesús se reunían en el Portón de Salomón,

13 y aunque los que no eran del grupo no se atrevían a acercarse, todo el mundo los respetaba y hablaba bien de ellos.

14 Cada día se agregaban al grupo más hombres y mujeres que creían en Jesús.

15 La gente sacaba a los enfermos en camas y en camillas, y los ponía en las calles por donde Pedro iba a pasar, con la esperanza de que por lo menos su sombra cayera sobre alguno y lo sanara.

16 Mucha gente de los pueblos cercanos a Jerusalén también llevaba enfermos y gente con espíritus malos, y todos eran sanados.

Los apóstoles y la Junta Suprema

17 El jefe de lossacerdotesy todos lossaduceosque lo acompañaban sintieron mucha envidia de losapóstoles.

18 Por eso mandaron que los arrestaran y los pusieran en la cárcel de la ciudad.

19 Pero en la noche unángeldel Señor se les apareció, abrió las puertas de la cárcel, y los liberó. Luego les dijo:

20 «Vayan al templo y compartan con la gente el mensaje desalvación.»

21 Ya estaba por amanecer cuando los apóstoles llegaron frente al templo y empezaron a hablarle a la gente.

Mientras tanto, el jefe de los sacerdotes y sus ayudantes reunieron a toda laJunta Supremay a loslíderesdel pueblo. Después mandaron traer a los apóstoles,

22 pero los guardias llegaron a la cárcel y no los encontraron. Así que regresaron y dijeron:

23 «La cárcel estaba bien cerrada, y los soldados vigilaban las entradas, pero cuando abrimos la celda no encontramos a nadie.»

24 Cuando el jefe de los guardias del templo y los sacerdotes principales oyeron eso, no sabían qué pensar, y ni siquiera podían imaginarse lo que había sucedido.

25 De pronto, llegó alguien y dijo: «¡Los hombres que ustedes encerraron en la cárcel están frente al templo, hablándole a la gente!»

26 Entonces el jefe de los guardias y sus ayudantes fueron y arrestaron de nuevo a los apóstoles; pero no los maltrataron, porque tenían miedo de que la gente se enojara y los apedreara.

27 Cuando llegaron ante la Junta Suprema, el jefe de los sacerdotes les dijo:

28 —Ya les habíamos advertido que no enseñaran más acerca de ese hombre Jesús, pero no nos obedecieron. A todos en Jerusalén les han hablado de Jesús, y hasta nos acusan a nosotros de haberlo matado.

29 Pedro y los demás apóstoles respondieron:

—Nosotros primero obedecemos a Dios, y después a los humanos.

30 Ustedes mataron a Jesús en una cruz, pero el Dios a quienadoraronnuestrosantepasadosloresucitó.

31 Dios ha hecho que Jesús se siente a la derecha de su trono,y lo ha nombrado Jefe y Salvador, para que el pueblo de Israel deje depecary Dios le perdone sus pecados.

32 Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo. Porque Dios da su Espíritu Santo a todos los que lo obedecen.

Un buen consejo

33 LaJunta Supremalos escuchó, y sus miembros se enojaron tanto que querían matarlos.

34 Pero unfariseollamado Gamaliel ordenó que sacaran a losapóstolespor un momento. Gamaliel eramaestrode la Ley, y los judíos lo respetaban mucho,

35 así que les dijo a sus compañeros:

—Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con estos hombres.

36 Recuerden que hace algún tiempo apareció un hombre llamado Teudas, quien se creía muy importante, y como cuatrocientos hombres creyeron en él. Luego alguien lo mató, y todos sus seguidores huyeron, y no se volvió a hablar de él.

37 Después apareció un tal Judas, de la región de Galilea, y muchos le hicieron caso. Eso fue en los días en que se estaba haciendo la lista de todos los habitantes de Israel. A ése también lo mataron, y sus seguidores huyeron.

38 »En este caso, yo les aconsejo que dejen en libertad a estos hombres, y que no se preocupen. Si lo que están haciendo lo planearon ellos mismos, esto no durará mucho.

39 Pero si es un plan de Dios, nada ni nadie podrá detenerlos, y ustedes se encontrarán luchando contra Dios.»

A todos les pareció bueno el consejo,

40 así que enseguida mandaron traer a los apóstoles, y ordenaron que los azotaran en la espalda con un látigo. Luego les prohibieron hablar de Jesús, y los dejaron en libertad.

41 Y los apóstoles salieron de allí muy contentos, porque Dios les había permitido sufrir por obedecer a Jesús.

42 Los seguidores de Jesús iban al templo todos los días, y también se reunían en las casas. Los apóstoles, por su parte, no dejaban de enseñar y de anunciar la buena noticia acerca de Jesús, el rey elegido por Dios.

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Hechos 6

Los siete servidores

1 Cada vez había más y más seguidores de Jesús, y comenzó a haber problemas entre los seguidores judíos que hablaban griego y los que hablaban arameo. Y es que los que hablaban griego decían que las viudas de su grupo no recibían suficiente ayuda para sus necesidades de cada día.

2 Entonces losapóstolesllamaron a todos a una reunión, y allí dijeron:

—Nuestro deber principal es anunciar el mensaje de Dios, así que no está bien que nos dediquemos a repartir el dinero y la comida.

3 Elijan con cuidado a siete hombres, para que se encarguen de ese trabajo. Tienen que ser personas en las que todos ustedes confíen, que hagan lo bueno y sean muysabios, y que tengan el poder del Espíritu Santo.

4 Nosotros nos dedicaremos entonces a servir a Dios por medio de la oración, y a anunciar el mensaje desalvación.

5 A todo el grupo le pareció buena la idea, y eligieron a Esteban, un hombre que confiaba mucho en Dios y que tenía el poder del Espíritu Santo. También eligieron a otros seis: Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás. Este Nicolás era de la región de Antioquía, y antes se había convertido a la religión judía.

6 Luego los llevaron ante los apóstoles, y éstos pusieron sus manos sobre la cabeza de cada uno y oraron.

7 Los apóstoles siguieron anunciando el mensaje de Dios. Por eso, más y más personas se convirtieron en seguidores de Jesús, y muchossacerdotesjudíos también creyeron en él.

Arresto de Esteban

8 Dios le dio a un joven llamado Esteban un poder especial para hacermilagrosy señales maravillosas entre la gente.

9 Sin embargo, algunos judíos del pueblo de Cirene se pusieron a discutir con él, junto con otros judíos de la ciudad de Alejandría, que pertenecían a laSinagogade los Hombres Libres.También discutieron con Esteban otros que venían de la región de Cilicia y de la provincia de Asia,

10 pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque él hablaba con lasabiduríaque le daba el Espíritu Santo.

11 Entonces aquellos judíos les dieron dinero a otros para que mintieran. Tenían que decir: «Esteban ha insultado a Dios y a nuestroantepasadoMoisés. Nosotros mismos lo hemos oído.»

12 Fue así como alborotaron al pueblo, a loslíderesdel país y a losmaestros de la Ley. Luego apresaron a Esteban. Lo llevaron ante laJunta Suprema,

13 y llamaron a algunos hombres para que dijeran más mentiras. Uno de ellos dijo: «Este hombre anda diciendo cosas terribles contra el santo templo y contra laLeyde Moisés.

14 Lo hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá el templo, y que cambiará las costumbres que Moisés nos enseñó.»

15 Cuando todos los de la Junta Suprema se fijaron en Esteban, vieron que su cara parecía la de unángel.

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Hechos 7

Esteban ante la Junta Suprema

1 El jefe de lossacerdotesle preguntó a Esteban:

—¿Es verdad todo eso que dicen de ti?

2 Y Esteban respondió:

—Amigos israelitas ylíderesdel país, escúchenme: Nuestro poderoso Dios se le apareció a nuestroantepasadoAbraham en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir en el pueblo de Harán,

3 y le dijo: “Deja a tu pueblo y a tus familiares, y vete al lugar que te voy a mostrar.”

4 »Abraham salió del país de Caldea y se fue a vivir al pueblo de Harán. Tiempo después murió su padre, y Dios hizo que Abraham viniera a este lugar, donde ustedes viven ahora.

5 Aunque Abraham vivió aquí, Dios nunca le permitió ser dueño ni del pedazo de tierra que tenía bajo sus pies. Sin embargo, le prometió a Abraham que le daría este territorio a susdescendientesdespués de que él muriera.

»Cuando Dios le hizo esa promesa, Abraham no tenía hijos.

6 Dios le dijo: “Tus descendientes vivirán como extranjeros en otro país. Allí serán esclavos, y durante cuatrocientos años los tratarán muy mal.

7 Pero yo castigaré a los habitantes de ese país, y tus descendientes saldrán libres y meadoraránen este lugar.”

8 »Con esta promesa, Dios hizo unpactocon Abraham. Le ordenó que, a partir de ese día, todos los hombres israelitas debíancircuncidarsepara indicar que Dios los aceptaba como parte de su pueblo. Por eso, cuando nació su hijo Isaac, Abraham esperó ocho días y lo circuncidó. De la misma manera, Isaac circuncidó a su hijo Jacob, y Jacob a sus doce hijos.

9 »José fue uno de los doce hijos de Jacob. Como sus hermanos le tenían envidia, lo vendieron como esclavo a unos comerciantes, que lo llevaron a Egipto. Sin embargo, Dios amaba a José,

10 así que lo ayudó en todos sus problemas; le diosabiduríay lo hizo una persona muy agradable. Por eso el rey de Egipto lo tomó en cuenta, y lo nombró gobernador de todo Egipto y jefe de su palacio.

11 »Tiempo después, hubo pocas cosechas de trigo en toda la región de Egipto y de Canaán. Nuestros antepasados no tenían nada que comer, ni nada que comprar.

12 Pero Jacob se enteró de que en Egipto había bastante trigo, y envió a sus hijos para que compraran. Los hijos de Jacob fueron allá una primera vez.

13 Cuando fueron la segunda vez, José permitió que sus hermanos lo reconocieran. Así el rey de Egipto conoció más de cerca a la familia de José.

14 »Al final, José ordenó que vinieran a Egipto su padre Jacob y todos sus familiares. Eran en total setenta y cinco personas,

15 que vivieron en Egipto hasta que murieron.

16 Todos ellos fueron enterrados en Siquem, en la misma tumba que Abraham había comprado a los hijos de Hamor.

17 »Pasó el tiempo, y a Dios le pareció bien cumplir la promesa que le había hecho a Abraham. Mientras tanto, en Egipto, cada vez había más y más israelitas.

18 »En Egipto comenzó a gobernar un nuevo rey, que no había oído hablar de José.

19 Este rey fue muy malo con los israelitas y los engañó. Además, los obligó a abandonar a los niños recién nacidos, para que murieran.

20 »En ese tiempo nació Moisés. Era un niño muy hermoso, a quien sus padres cuidaron durante tres meses, sin que nadie se diera cuenta.

21 Luego tuvieron que abandonarlo, pero la hija del rey lo rescató y lo crió como si fuera su propio hijo.

22 Moisés recibió la mejor educación que se daba a los jóvenes egipcios, y llegó a ser un hombre muy importante por lo que decía y hacía.

23 »Cuando Moisés tenía cuarenta años, decidió ir a visitar a los israelitas, porque eran de su propia nación.

24 De pronto, vio que un egipcio maltrataba a un israelita. Sin pensarlo mucho, defendió al israelita y mató al egipcio.

25 »Moisés pensó que los israelitas entenderían que Dios los libraría de la esclavitud por medio de él. Pero ellos no pensaron lo mismo.

26 Al día siguiente, Moisés vio que dos israelitas se estaban peleando. Trató de calmarlos y les dijo: “Ustedes son de la misma nación. ¿Por qué se pelean?”

27 »Pero el que estaba maltratando al otro se dio vuelta, empujó a Moisés y le respondió: “¡Y a ti qué te importa! ¿Quién te ha dicho que tú eres nuestro jefe o nuestro juez?

28 ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?”

29 »Al oír eso, Moisés huyó de Egipto tan pronto como pudo, y se fue a vivir a Madián. En ese país vivió como extranjero, y allí nacieron dos de sus hijos.

30 »Pasaron cuarenta años. Pero un día en que Moisés estaba en el desierto, cerca del monte Sinaí, unángelse le apareció entre un arbusto que ardía en llamas.

31 Moisés tuvo mucho miedo, pero se acercó para ver mejor lo que pasaba. Entonces Dios, con voz muy fuerte le dijo:

32 “Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.”

»Moisés empezó a temblar, y ya no se atrevió a mirar más.

33 Pero Dios le dijo: “Quítate las sandalias, porque estás en mi presencia.

34 Yo sé muy bien que mi pueblo Israel sufre mucho, porque los egipcios lo han esclavizado. También he escuchado sus gritos pidiéndome ayuda. Por eso he venido a librarlos del poder egipcio. Así que prepárate, pues voy a mandarte a Egipto.”

35 »Los israelitas rechazaron a Moisés, y le dijeron: “¿Quién te ha dicho que tú eres nuestro jefe o nuestro juez?” Pero Dios mismo lo convirtió en jefe y libertador de su pueblo. Esto lo hizo por medio del ángel que se le apareció a Moisés en el arbusto.

36 »Conmilagrosy señales maravillosas, Moisés sacó de Egipto a su pueblo. Lo llevó a través del Mar de los Juncos, y durante cuarenta años lo guió por el desierto.

37 Y fue Moisés mismo quien les anunció a los israelitas: “Dios elegirá a uno de nuestro pueblo, para que sea unprofetacomo yo.”

38 »Moisés estuvo con nuestros antepasados en el desierto, y les comunicó todos los mensajes que el ángel de Dios le dio en el monte Sinaí. Esos mensajes son palabras que dan vida.

39 »Pero los israelitas fueron rebeldes. No quisieron obedecer a Moisés y, en cambio, deseaban volver a Egipto.

40 »Un día, los israelitas le dijeron a Aarón, el hermano de Moisés: “Moisés nos sacó de Egipto, pero ahora no sabemos qué le sucedió. Es mejor que nos hagas un dios, para que sea nuestro guía y protector.”

41 »Hicieron entonces una estatua con forma de toro, y sacrificaron animales paraadorarla. Luego hicieron una gran fiesta en honor de la estatua, y estaban muy orgullosos de lo que habían hecho.

42 Por eso Dios decidió olvidarse de ellos, pues se pusieron a adorar a las estrellas del cielo.

»En el libro del profeta Amós dice: “Pueblo de Israel, durante los cuarenta años que anduvieron por el desierto, ustedes nunca me presentaronofrendaspara adorarme.

43 En cambio, llevaron en sus hombros la tienda con el altar del dios Moloc y la imagen de la estrella del dios Refán. Ustedes se hicieron esosídolosy los adoraron. Por eso, yo haré que a ustedes se los lleven lejos, más allá de Babilonia.”

44 »Allí, en el desierto, nuestrosantepasadostenían el santuario del pacto, que Moisés construyó según el modelo que Dios le había mostrado.

45 El santuario pasó de padres a hijos, hasta el tiempo en que Josué llegó a ser el nuevo jefe de Israel. Entonces los israelitas llevaron consigo el santuario para ocupar el territorio que Dios estaba quitándoles a otros pueblos. Y el santuario estuvo allí hasta el tiempo del rey David.

46 »Como Dios quería mucho a David, éste le pidió permiso para construirle un templo donde el pueblo de Israel pudiera adorarlo.

47 Sin embargo, fue su hijo Salomón quien se lo construyó.

48 »Pero como el Dios todopoderoso no vive en lugares hechos por seres humanos, dijo por medio de un profeta:

49 “El cielo es mi trono;

sobre la tierra apoyo mis pies.

Nadie puede hacerme una casa

donde pueda descansar.

50 Yo hice todo lo que existe.”»

51 Antes de terminar su discurso, Esteban les dijo a los de laJunta Suprema:

—¡Ustedes son muy tercos! ¡No entienden el mensaje de Dios! Son igual que sus antepasados. Siempre han desobedecido al Espíritu Santo.

52 Ellos trataron mal a todos los profetas, y mataron a los que habían anunciado la venida de Jesús, elMesías, al que ustedes traicionaron y mataron.

53 Por medio de los ángeles, todos ustedes recibieron laLeyde Dios, pero no la han obedecido.

Esteban muere apedreado

54 Al escuchar esto, los de laJunta Supremase enfurecieron mucho contra Esteban.

55 Pero como Esteban tenía el poder del Espíritu Santo, miró al cielo y vio a Dios en todo su poder. Al lado derecho de Dios estaba Jesús, de pie.

56 Entonces Esteban dijo: «Veo el cielo abierto. Y veo también a Jesús, elHijo del hombre, de pie en el lugar de honor.»

57 Los de la Junta Suprema se taparon los oídos y gritaron. Luego todos juntos atacaron a Esteban,

58 lo arrastraron fuera de la ciudad, y empezaron a apedrearlo. Los que lo habían acusado falsamente se quitaron sus mantos, y los dejaron a los pies de un joven llamado Saulo.

59 Mientras le tiraban piedras, Esteban oraba así: «Señor Jesús, recíbeme en el cielo.»

60 Luego cayó de rodillas y gritó con todas sus fuerzas: «Señor, no los castigues por estepecadoque cometen conmigo.»

Y con estas palabras en sus labios, murió.

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Hechos 8

1-2 Saulo vio cómo mataban a Esteban, y le pareció muy bien.

Más tarde, unos hombres que amaban mucho al Señor recogieron el cuerpo de Esteban, lo enterraron, y durante varios días lloraron su muerte.

La iglesia empieza a sufrir

A partir de ese día, mucha gente comenzó a maltratar a los seguidores de Jesús que vivían en Jerusalén. Por eso todos tuvieron que separarse y huir a las regiones de Judea y de Samaria. Solamente losapóstolesse quedaron en Jerusalén.

3 Mientras tanto, Saulo seguía maltratando a los miembros de laiglesia. Entraba en las casas, sacaba por la fuerza a hombres y a mujeres, y los encerraba en la cárcel.

Felipe en Samaria

4 Sin embargo, los que habían huido de la ciudad de Jerusalén seguían anunciando lasbuenas noticiasdesalvaciónen los lugares por donde pasaban.

5 Felipe fue a la ciudad de Samaria, y allí se puso a hablar acerca de Jesús, elMesías. Felipe era uno de los siete ayudantes de laiglesia.

6 Toda la gente se reunía para escucharlo con atención y para ver losmilagrosque hacía.

7 Muchos de los que fueron a verlo tenían espíritusimpuros, pero Felipe los expulsaba, y los espíritus salían dando gritos. Además, muchos cojos y paralíticos volvían a caminar.

8 Y todos en la ciudad estaban muy alegres.

9 Desde hacía algún tiempo, un hombre llamado Simón andaba por ahí. Este Simón asombraba a la gente de Samaria con sus trucos de magia, y se hacía pasar por gente importante.

10 Ricos y pobres le prestaban atención, y decían: «Este hombre tiene lo que se llama el gran poder de Dios.»

11 Toda la gente prestaba mucha atención a los trucos mágicos que realizaba.

12 Pero llegó Felipe y les anunció las buenas noticias delreino de Dios. Les habló acerca de Jesús, el Mesías, y todos en Samaria le creyeron. Y así Felipebautizóa muchos hombres y mujeres.

13 También Simón creyó en el mensaje de Felipe, y Felipe lo bautizó. Y Simón estaba tan asombrado de los milagros y las maravillas que Felipe hacía, que no se apartaba de él.

Pedro y Juan viajan a Samaria

14 Losapóstolesestaban en Jerusalén. En cuanto supieron que la gente de Samaria había aceptado el mensaje de Dios, mandaron allá a Pedro y a Juan.

15 Cuando éstos llegaron, oraron para que los nuevos seguidores recibieran el Espíritu Santo,

16 porque todavía no lo habían recibido. Y es que sólo habían sidobautizadosen el nombre de Jesús.

17 Entonces Pedro y Juan pusieron sus manos sobre la cabeza de cada uno, y todos ellos recibieron el Espíritu Santo.

18 Al ver Simón que la gente recibía el Espíritu Santo cuando los apóstoles les ponían las manos sobre la cabeza, les ofreció dinero a los apóstoles y les dijo:

19 —Denme ese mismo poder que tienen ustedes. Así yo también podré darle el Espíritu Santo a quien le imponga las manos.

20 Pero Pedro le respondió:

—¡Vete alinfiernocon todo y tu dinero! ¡Lo que Dios da como regalo, no se compra con dinero!

21 Tú no tienes parte con nosotros, pues bien sabe Dios que tus intenciones no son buenas.

22-23 Claramente veo que tienes envidia, y que no puedes dejar de hacer lo malo. Tienes que dejar de hacerlo. Si le pides perdón a Dios por tus malas intenciones, tal vez te perdone.

24 Simón les suplicó:

—¡Por favor, pídanle a Dios que me perdone, para que no me vaya al infierno!

25 Antes de volver a Samaria, Pedro y Juan compartieron con la gente el mensaje del Señor. Después regresaron a la ciudad de Jerusalén, pero en el camino fueron anunciando a los samaritanos lasbuenas noticiasdelreino de Dios.

Felipe y un oficial etíope

26 Unángeldel Señor se le apareció a Felipe y le dijo: «Prepárate para cruzar el desierto, y dirígete al sur por el camino que va de la ciudad de Jerusalén a la ciudad de Gaza.»

27-28 Felipe obedeció. En el camino se encontró con un hombre muy importante, pues era oficial y tesorero de la reina de Etiopía. Ese oficial había ido a Jerusalén paraadorara Dios, y ahora volvía a su país.

El oficial iba sentado en su carruaje, leyendo el libro delprofetaIsaías.

29 Entonces el Espíritu de Dios le dijo a Felipe: «Acércate al carruaje, y camina junto a él.»

30 Felipe corrió para alcanzar el carruaje. Cuando ya estuvo cerca, escuchó que el oficial leía el libro del profeta Isaías. Entonces le preguntó:

—¿Entiende usted lo que está leyendo?

31 Y el oficial de Etiopía le respondió:

—¿Y cómo voy a entenderlo, si no hay quien me lo explique?

Dicho esto, el oficial invitó a Felipe a que subiera a su carruaje y se sentara a su lado.

32-33 En ese momento el oficial leía el pasaje que dice:

«Fue llevado al matadero,

como se lleva a las ovejas

para cortarles la lana.

Como si fuera un cordero,

él ni siquiera abrió su boca.

Fue maltratado y humillado,

pero nunca se quejó.

»No lo trataron con justicia;

# no llegó a tener hijos

porque le quitaron la vida.»

34 El oficial le preguntó a Felipe:

—Dígame usted, por favor: ¿está hablando el profeta de él mismo, o de otra persona?

35 Entonces Felipe, partiendo de ese pasaje de Isaías, le explicó lasbuenas noticiasacerca de Jesús.

36-37 En el camino pasaron por un lugar donde había agua. Entonces el oficial dijo: «¡Allí hay agua! ¿No podría ustedbautizarmeahora?»

38 Enseguida el oficial mandó parar el carruaje, bajó con Felipe al agua, y Felipe lo bautizó.

39 Pero cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe; y aunque el oficial no volvió a verlo, siguió su viaje muy contento.

40 Más tarde, Felipe apareció en la ciudad de Azoto y se dirigió a la ciudad de Cesarea. Y en todos los pueblos por donde pasaba, anunciaba las buenas noticias acerca de Jesús.

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Hechos 9

Saulo, seguidor de Jesús

1-2 Sauloestaba furioso y amenazaba con matar a todos los seguidores del Señor Jesús. Por eso fue a pedirle al jefe de lossacerdotesunas cartas con un permiso especial. Quería ir a la ciudad de Damasco y sacar de lassinagogasa todos los que siguieran las enseñanzas de Jesús, para llevarlos presos a la cárcel de Jerusalén.

3 Ya estaba Saulo por llegar a Damasco cuando, de pronto, desde el cielo lo rodeó un gran resplandor, como de un rayo.

4 Saulo cayó al suelo, y una voz le dijo:

—¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues?

5 —¿Quién eres, Señor? —preguntó Saulo.

—Yo soy Jesús —respondió la voz—. Es a mí a quien estás persiguiendo.

6 Pero levántate y entra en la ciudad, que allí sabrás lo que tienes que hacer.

7 Los hombres que iban con Saulo se quedaron muy asustados, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie.

8 Por fin, Saulo se puso de pie pero, aunque tenía los ojos abiertos, no podía ver nada. Entonces lo tomaron de la mano y lo llevaron a la ciudad de Damasco.

9 Allí Saulo estuvo ciego durante tres días, y no quiso comer ni beber nada.

10 En Damasco vivía un seguidor de Jesús llamado Ananías. En unavisiónque tuvo, oyó que el Señor Jesús lo llamaba:

—¡Ananías! ¡Ananías!

—Señor, aquí estoy —respondió.

Y el Señor le dijo:

11 —Levántate y ve a la Calle Recta. En la casa de Judas, busca a un hombre de la ciudad de Tarso. Se llama Saulo, y está orando allí.

12 Yo le he mostrado que un hombre, llamado Ananías, llegará a poner sus manos sobre él, para que pueda ver de nuevo.

13 —Señor —respondió Ananías—, me han contado que en Jerusalén este hombre ha hecho muchas cosas terribles contra tus seguidores.

14 ¡Hasta el jefe de los sacerdotes le ha dado permiso para que atrape aquí, en Damasco, a todos los que teadoran!

15 Sin embargo, el Señor Jesús le dijo:

—Ve, porque yo he elegido a ese hombre para que me sirva. Él hablará de mí ante reyes y gente que no me conoce, y ante el pueblo de Israel.

16 Yo le voy a mostrar lo mucho que va a sufrir por mí.

17 Ananías fue y entró en la casa donde estaba Saulo. Al llegar, le puso las manos sobre la cabeza y le dijo: «Amigo Saulo, el Señor Jesús se te apareció cuando venías hacia Damasco. Él mismo me mandó que viniera aquí, para que puedas ver de nuevo y para que recibas el Espíritu Santo.»

18 Al instante, algo duro, parecido a las escamas de pescado, cayó de los ojos de Saulo, y éste pudo volver a ver. Entonces se puso de pie y fuebautizado.

19 Después de eso, comió y tuvo nuevas fuerzas.

Saulo huye de Damasco

Saulo pasó algunos días allí en Damasco, con los seguidores de Jesús,

20 y muy pronto empezó a ir a lassinagogaspara anunciar a los judíos que Jesús era el Hijo de Dios.

21 Todos los que lo oían, decían asombrados: «Pero si es el mismo que allá, en Jerusalén, perseguía y maltrataba a los seguidores de Jesús. Precisamente vino a Damasco a buscar más seguidores, para llevarlos atados ante lossacerdotesprincipales.»

22 Y cada día Saulo hablaba con más poder del Espíritu Santo, y les probaba que Jesús era elMesías. Sin embargo, los judíos que vivían en Damasco lo escuchaban, pero no entendían nada.

23 Tiempo después, se pusieron de acuerdo para matarlo;

24 pero Saulo se dio cuenta de ese plan. Supo que la entrada de la ciudad era vigilada de día y de noche, y que habían puesto hombres para matarlo.

25 Así que, una noche, los seguidores de Jesús lo escondieron dentro de un canasto y lo bajaron por la muralla de la ciudad.

Saulo en Jerusalén

26 Saulo se fue a la ciudad de Jerusalén, y allí trató de unirse a los seguidores de Jesús. Pero éstos tenían miedo de Saulo, pues no estaban seguros de que en verdad él creyera en Jesús.

27 Bernabé sí lo ayudó, y lo llevó ante losapóstoles. Allí Bernabé les contó cómo Saulo se había encontrado con el Señor Jesús en el camino a Damasco, y cómo le había hablado. También les contó que allí, en Damasco, Saulo había anunciado sin miedo la buena noticia acerca de Jesús.

28 Desde entonces Saulo andaba con los demás seguidores de Jesús en toda la ciudad de Jerusalén, y hablaba sin miedo acerca del Señor Jesús.

29 También trataba de convencer a los judíos de habla griega, pero ellos empezaron a hacer planes para matarlo.

30 Cuando los seguidores de Jesús se enteraron, llevaron a Saulo hasta la ciudad de Cesarea, y de allí lo enviaron a la ciudad de Tarso.

31 En las regiones de Judea, Galilea y Samaria, los miembros de laiglesiavivían sin miedo de ser maltratados. Seguíanadorandoal Señor, y cada día confiaban más en él. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez se unían más y más personas al grupo de seguidores del Señor Jesús.

Pedro sana a Eneas

32 Pedro viajaba por muchos lugares, para visitar a los seguidores del Señor Jesús. En cierta ocasión, pasó a la ciudad de Lida, para visitar a los miembros de laiglesiaen ese lugar.

33 Allí conoció a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba enfermo y no podía levantarse de su cama.

34 Pedro le dijo: «Eneas, Jesús elMesíaste ha sanado. Levántate y arregla tu cama.»

Al instante, Eneas se levantó.

35 Al ver esemilagro, todos los que vivían en Lida y en la región de Sarón creyeron en el Señor Jesús.

Tabitá vuelve a vivir

36 En el puerto de Jope vivía una seguidora de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela». Tabitá siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres.

37 Por esos días Tabitá se enfermó y murió. Entonces, de acuerdo con la costumbre, lavaron su cuerpo y lo pusieron en un cuarto del piso superior de la casa.

38 Pedro estaba en Lida, ciudad cercana al puerto de Jope. Cuando los seguidores de Jesús que vivían en Jope lo supieron, enseguida enviaron a dos hombres con este mensaje urgente: «Por favor, venga usted tan pronto como pueda.»

39 De inmediato, Pedro se fue a Jope con ellos. Al llegar, lo llevaron a donde estaba el cuerpo de Tabitá. Muchas viudas se acercaron llorosas a Pedro, y todas le mostraban los vestidos y los mantos que Tabitá les había hecho cuando aún vivía.

40 Pedro mandó que toda la gente saliera del lugar. Luego se arrodilló y oró al Señor. Después de eso, se dio vuelta hacia donde estaba el cuerpo de Tabitá y le ordenó: «¡Tabitá, levántate!»

Ella abrió los ojos, miró a Pedro y se sentó.

41 Pedro le dio la mano para ayudarla a ponerse de pie; luego llamó a los seguidores de Jesús y a las viudas, y les presentó a Tabitá viva.

42 Todos los que vivían en Jope se enteraron de esto, y muchos creyeron en el Señor Jesús.

43 Por un tiempo Pedro se quedó en Jope, en la casa de un hombre llamado Simón, que se dedicaba a curtir pieles.

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Hechos 10

Cornelio recibe un mensaje especial

1 En la ciudad de Cesarea vivía un hombre llamado Cornelio. Era capitán de un grupo de cien soldados romanos, al que se conocía como Regimiento Italiano.

2 Cornelio y todos los de su casa amaban yadorabana Dios. Además, Cornelio ayudaba mucho a los judíos pobres, y siempre oraba a Dios.

3 Un día, a eso de las tres de la tarde, Cornelio tuvo unavisión, en la que claramente veía que unángelde Dios llegaba a donde él estaba y lo llamaba por su nombre.

4 Cornelio sintió miedo, pero miró fijamente al ángel y le respondió: «¿Qué desea mi Señor?»

El ángel le dijo:

«Dios ha escuchado tus oraciones, y está contento con todo lo que haces para ayudar a los pobres.

5 Envía ahora mismo dos hombres al puerto de Jope. Diles que busquen allí a un hombre llamado Pedro,

6 que está viviendo en casa de un curtidor de pieles llamado Simón. La casa está junto al mar.»

7 Tan pronto como el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes. Llamó también a un soldado de su confianza que amaba a Dios,

8 y luego de contarles todo lo que le había pasado, los envió a Jope.

Pedro recibe un mensaje especial

9 Al día siguiente, mientras el soldado y los sirvientes se acercaban al puerto de Jope, Pedro subió a la azotea de la casa para orar. Era como el mediodía.

10 De pronto, sintió hambre y quiso comer algo.

Mientras le preparaban la comida, Pedro tuvo unavisión.

11 Vio que el cielo se abría, y que bajaba a la tierra algo como un gran manto, colgado de las cuatro puntas.

12 En el manto había toda clase de animales, y hasta reptiles y aves.

13 Pedro oyó la voz de Dios, que le decía: «¡Pedro, mata y come de estos animales!»

14 Pedro respondió: «¡No, Señor, de ninguna manera! Nuestra ley no nos permite comer carne de esos animales, y yo jamás he comido nada que esté prohibido.»

15 Dios le dijo: «Pedro, si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas tú que son malos.»

16 Esto ocurrió tres veces. Luego, Dios retiró el manto y lo subió al cielo.

17 Mientras tanto, Pedro se quedó admirado, pensando en el significado de esa visión.

En eso, los hombres que Cornelio había enviado llegaron a la casa de Simón

18 y preguntaron: «¿Es aquí donde vive un hombre llamado Pedro?»

19 Pedro seguía pensando en lo que había visto, pero el Espíritu del Señor le dijo: «Mira, unos hombres te buscan.

20 Baja y vete con ellos. No te preocupes, porque yo los he enviado.»

21 Entonces Pedro bajó y les dijo a los hombres:

—Yo soy Pedro. ¿Para qué me buscan?

22 Ellos respondieron:

—Nos envía el capitán Cornelio, que es un hombre bueno y obedece a Dios. Todos los judíos lo respetan mucho. Unángeldel Señor se le apareció y le dijo: “Haz que Pedro venga a tu casa, y escucha bien lo que va a decirte.”

23 Pedro les dijo:

—Entren en la casa, y pasen aquí la noche.

Al amanecer, Pedro y aquellos hombres se prepararon y salieron hacia la ciudad de Cesarea. Con ellos fueron algunos miembros de laiglesiadel puerto de Jope.

Pedro habla en la casa de Cornelio

24 Un día después llegaron a Cesarea. Cornelio estaba esperándolos, junto con sus familiares y un grupo de sus mejores amigos, a quienes él había invitado.

25 Cuando Pedro estuvo frente a la casa, Cornelio salió a recibirlo, y con mucho respeto se arrodilló ante él.

26 Pedro le dijo: «Levántate Cornelio, pues, como tú, no soy más que un hombre común y corriente.»

27 Luego se pusieron a conversar, y entraron juntos en la casa. Allí Pedro encontró a toda la gente que se había reunido para recibirlo,

28 y les dijo:

—Ustedes deben saber que a nosotros, los judíos, la ley no nos permite visitar a personas de otra raza ni estar con ellas. Pero Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie.

29 Por eso he aceptado venir a esta casa. Díganme, ¿para qué me han hecho venir?

30 Cornelio le respondió:

—Hace cuatro días, como a las tres de la tarde, yo estaba aquí en mi casa, orando. De pronto se me apareció un hombre con ropa muy brillante,

31 y me dijo: “Cornelio, Dios ha escuchado tus oraciones, y ha tomado en cuenta todo lo que has hecho para ayudar a los pobres.

32 Envía a Jope unos mensajeros, para que busquen a un hombre llamado Pedro, que está viviendo en casa de un curtidor de pieles llamado Simón. La casa está junto al mar.”

33 »Enseguida envié a mis mensajeros, y tú has aceptado muy amablemente mi invitación. Todos estamos aquí, listos para oír lo que Dios te ha ordenado que nos digas, y estamos seguros de que él nos está viendo en este momento.

34 Entonces Pedro comenzó a decirles:

—Ahora comprendo que para Dios todos somos iguales.

35 Dios ama a todos los que lo obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean.

36 Éste es el mismo mensaje que Dios enseñó a los israelitas por medio de Jesús, elMesíasy Señor que manda sobre todos; para que por medio de él todos vivan en paz con Dios.

37 »Ustedes ya saben lo que ha pasado en toda la región de Judea. Todo comenzó en Galilea, después de que Juanbautizóa

38 Jesús de Nazaret y Dios le dio el poder del Espíritu Santo. Como Dios estaba con él, Jesús hizo siempre lo bueno y sanó a todos los que vivían bajo el poder del diablo.

39 Nosotros vimos todas las cosas que Jesús hizo en la ciudad de Jerusalén y en todo el territorio judío. Y también vimos cuando lo mataron clavándolo en una cruz.

40 Pero tres días después Dios loresucitóy nos permitió verlo de nuevo,

41 y comer y beber con él. Dios no permitió que todos lo vieran. Sólo nos lo permitió a nosotros, porque ya nos había elegido para anunciar que Jesús vive.

42 »Jesús nos ha encargado anunciar que Dios lo ha nombrado juez de todo el mundo, y que él juzgará a los que aún viven y a los que ya han muerto.

43 »Losprofetashablaron acerca de Jesús, y dijeron que Dios perdonará a todos los que confíen en él. Sólo por medio de él podemos alcanzar el perdón de Dios.»

44 Todavía estaba hablando Pedro con ellos cuando, de repente, el Espíritu Santo vino sobre todos los que estaban escuchando el mensaje.

45 Los que habían venido de Jope con Pedro se quedaron sorprendidos al ver que el Espíritu Santo había venido también sobre los que no eran judíos.

46 Y los oían hablar y alabar a Dios en idiomas desconocidos.

47 Pedro les dijo a sus compañeros: «Dios ha enviado el Espíritu Santo para dirigir la vida de gente de otros países, así como nos lo envió a nosotros, los judíos. Ahora nadie puede impedir que también los bauticemos.»

48 Habiendo dicho esto, Pedro ordenó que todos fueran bautizados en el nombre de Jesús, el Mesías. Luego, ellos le rogaron a Pedro que se quedara en su casa algunos días más.

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Hechos 11

Pedro regresa a Jerusalén

1-2 En toda la región de Judea se supo que también los que no eran judíos habían recibido el mensaje de Dios. Así que, cuando Pedro regresó a Jerusalén, losapóstolesy los seguidores judíos se pusieron a discutir con él.

3 Y le reclamaron:

—¡Tú entraste en la casa de gente que no es judía, y hasta comiste con ellos!

4 Pedro empezó a explicarles todo lo que había pasado:

5 —Un día, yo estaba orando en el puerto de Jope. De pronto, tuve unavisión: Vi que del cielo bajaba algo como un gran manto, colgado de las cuatro puntas.

6 Miré con atención, y en el manto había toda clase de animales domésticos y salvajes, y también serpientes y aves.

7 Luego oí la voz de Dios, que me dijo: “Pedro, levántate; mata y come de estos animales.”

8 »Yo le respondí: “¡No, Señor, de ninguna manera! Nuestra ley no nos permite comer carne de esos animales. Yo jamás he comido alimentos prohibidos.”

9 »Pero Dios me dijo: “Si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas que eso es malo.”

10 »Esto ocurrió tres veces. Luego Dios retiró el manto y lo devolvió al cielo.

11 Poco después llegaron tres hombres, que fueron a buscarme desde Cesarea.

12 El Espíritu Santo me dijo que fuera con ellos y que no tuviera miedo. Seis miembros de laiglesiade Jope fueron conmigo.

»Al llegar a Cesarea, entramos en la casa de Cornelio.

13 Él nos contó que unángeldel Señor se le había aparecido y le había dicho: “Envía unos mensajeros a Jope, para que hagan venir a un hombre llamado Pedro.

14 El mensaje que él te va a dar hará que sesalventú y toda tu familia.”

15 »Yo empecé a hablarles, y de pronto el Espíritu Santo vino sobre todos ellos, así como nos ocurrió a nosotros al principio.

16 Y me acordé de que el Señor Jesús nos había dicho: “Juanbautizócon agua, pero a ustedes Dios los va a bautizar con el Espíritu Santo.”

17 »Entonces pensé: “Dios le ha dado a esta gente el mismo regalo que nos dio a nosotros los judíos, porque creímos en Jesús, elMesíasy Señor.” Y yo no soy más poderoso que Dios para ponerme en contra de lo que él ha decidido hacer.»

18 Cuando loshermanosjudíos oyeron esto, dejaron de discutir y se pusieron a alabar a Dios. Y decían muy admirados: «¡Así que también a los que no son judíos Dios les ha permitido arrepentirse y tener vida eterna!»

La buena noticia llega a Antioquía

19 Después de la muerte de Esteban, los seguidores de Jesús fueron perseguidos y maltratados. Por eso muchos de ellos huyeron a la región de Fenicia y a la isla de Chipre, y hasta el puerto de Antioquía. En todos esos lugares, ellos anunciaban lasbuenas noticiasde Jesús solamente a la gente judía.

20 Sin embargo, algunos de Chipre y otros de Cirene fueron a Antioquía y anunciaron el mensaje del Señor Jesús también a los que no eran judíos.

21 Y Dios les dio poder y los ayudó para que muchos aceptaran el mensaje y creyeran en Jesús.

22 Los de laiglesiade Jerusalén supieron lo que estaba pasando en Antioquía, y enseguida mandaron para allá a Bernabé.

23-24 Bernabé era un hombre bueno, que tenía el poder del Espíritu Santo y confiaba solamente en el Señor. Cuando Bernabé llegó y vio que Dios habíabendecidoa toda esa gente, se alegró mucho y los animó para que siguieran siendo fieles y obedientes al Señor. Y fueron muchos los que escucharon a Bernabé y obedecieron el mensaje de Dios.

25 De allí, Bernabé se fue a la ciudad de Tarso, para buscar a Saulo.

26 Cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron un año con toda la gente de la iglesia, y enseñaron a muchas personas. Fue allí, en Antioquía, donde por primera vez la gente comenzó a llamar cristianos a los seguidores de Jesús.

27 En ese tiempo, unosprofetasfueron de Jerusalén a Antioquía.

28 Uno de ellos, llamado Agabo, recibió la ayuda del Espíritu Santo y anunció que mucha gente en el mundo no tendría nada para comer. Y esto ocurrió, en verdad, cuando el emperador Claudiogobernaba en Roma.

29 Los seguidores de Jesús en Antioquía se pusieron de acuerdo para ayudar a los cristianos en la región de Judea, y cada uno dio todo lo que pudo dar.

30 Entonces Bernabé y Saulo llevaron el dinero a Jerusalén, y lo entregaron a loslíderesde la iglesia.

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Hechos 12

Matan a Santiago y encarcelan a Pedro

1 En aquel tiempo Herodes Agripagobernaba a los judíos, y empezó a maltratar a algunos miembros de laiglesia.

2 Además, mandó que mataran a Santiago, el hermano de Juan.

3-4 Y como vio que esto les agradó a los judíos, mandó que apresaran a Pedro, que lo encerraran hasta que pasara lafiesta de la Pascua, y que cuatro grupos de soldados vigilaran la cárcel.

Herodes planeaba acusar a Pedro delante del pueblo judío y ordenar que lo mataran, pero no quería hacerlo en esos días, porque los judíos estaban celebrando la fiesta de lospanes sin levadura.

El Señor libera a Pedro

5 Mientras Pedro estaba en la cárcel, los miembros de laiglesiaoraban a Dios por él en todo momento.

6 Una noche, Pedro estaba durmiendo en medio de dos soldados y atado con dos cadenas. Afuera, los demás soldados seguían vigilando la entrada de la cárcel. Era un día antes de que Herodes Agripa presentara a Pedro ante el pueblo.

7 De repente, unángelde Dios se le apareció, y una luz brilló en la cárcel. El ángel tocó a Pedro para despertarlo, y le dijo: «Levántate, date prisa.»

En ese momento las cadenas se cayeron de las manos de Pedro,

8 y el ángel le ordenó: «Ponte el cinturón y ajústate las sandalias.»

Pedro obedeció. Luego el ángel le dijo: «Cúbrete con tu manto, y sígueme.»

9 Pedro siguió al ángel, sin saber si todo eso realmente estaba sucediendo, o si era sólo un sueño.

10 Pasaron frente a los soldados y, cuando llegaron a la salida principal, el gran portón de hierro se abrió solo. Caminaron juntos por una calle y, de pronto, el ángel desapareció.

11 Pedro entendió entonces lo que le había pasado, y dijo: «Esto es verdad. Dios envió a un ángel para librarme de todo lo malo que Herodes Agripa y los judíos querían hacerme.»

12 Enseguida Pedro se fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos, pues muchos de los seguidores de Jesús estaban orando allí.

13 Pedro llegó a la entrada de la casa y llamó a la puerta. Una sirvienta llamada Rode salió a ver quién llamaba.

14 Al reconocer la voz de Pedro, fue tanta su alegría que, en vez de abrir la puerta, se fue corriendo a avisarles a los demás.

15 Todos le decían que estaba loca, pero como ella insistía en que Pedro estaba a la puerta, pensaron entonces que tal vez había visto a un ángel.

16 Mientras tanto, Pedro seguía llamando a la puerta. Cuando finalmente le abrieron, todos se quedaron sorprendidos de verlo allí.

17 Pedro les hizo señas para que se callaran, y empezó a contarles cómo Dios lo había sacado de la cárcel. También les dijo: «Vayan y cuenten esto a Jacobo y a los demás seguidores de Jesús.» Luego se despidió de todos, y se fue a otro pueblo.

18 Al amanecer, hubo un gran alboroto entre los soldados. Ninguno sabía lo que había pasado, pero todos preguntaban: «¿Dónde está Pedro?»

19 El rey Herodes Agripa ordenó a sus soldados que buscaran a Pedro, pero ellos no pudieron encontrarlo. Entonces Herodes les echó la culpa y mandó que los mataran.

Después de esto, Herodes salió de Judea y se fue a vivir por un tiempo en Cesarea.

Dios castiga a Herodes Agripa

20 Herodes Agripa estaba muy enojado con la gente de los puertos de Tiro y de Sidón. Por eso un grupo de gente de esos puertos fue a ver a Blasto, un asistente muy importante en el palacio de Herodes Agripa, y le dijeron: «Nosotros no queremos pelear con Herodes, porque nuestra gente recibe alimentos a través de su país.»

Entonces Blasto convenció a Herodes para que los recibiera.

21 El día en que iba a recibirlos, Herodes se vistió con sus ropas de rey y se sentó en su trono. Luego, lleno de orgullo, les habló.

22 Entonces la gente empezó a gritar: «¡Herodes Agripa, tú no hablas como un hombre, sino como un dios!»

23 En ese momento, un ángel de Dios hizo que Herodes se pusiera muy enfermo, porque Herodes se había creído Dios. Más tarde murió, y los gusanos se lo comieron.

24 Los cristianos siguieron anunciando el mensaje de Dios.

25 Bernabé y Sauloterminaron su trabajo en Jerusalén y regresaron a Antioquía. Con ellos se llevaron a Juan Marcos.

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Hechos 13

Una misión especial

1 En laiglesiade Antioquía estaban Bernabé, Simeón «el Negro», Lucio el del pueblo de Cirene, Menahem y Saulo. Menahem había crecido con el rey Herodes Antipas. Todos ellos eranprofetasy maestros.

2 Un día, mientras ellos estabanadorandoal Señor yayunando, el Espíritu Santo les dijo: «Prepárenme a Bernabé y a Saulo. Yo los he elegido para una misión especial.»

3 Todos siguieron orando y ayunando; después oraron por Bernabé y Saulo, les pusieron las manos sobre la cabeza, y los despidieron.

Bernabé y Saulo en Chipre

4 El Espíritu Santo envió a Bernabé y a Saulo a anunciar el mensaje de Dios. Primero fueron a la región de Seleucia, y allí tomaron un barco que los llevó a la isla de Chipre.

5 En cuanto llegaron al puerto de Salamina, comenzaron a anunciar el mensaje de Dios en lassinagogasde los judíos. Juan Marcos fue con ellos como ayudante.

6 Después atravesaron toda la isla y llegaron al puerto de Pafos. Allí encontraron a Barjesús, un judío que hacía brujerías y que, según decía, hablaba de parte de Dios.

7-8 Barjesús era amigo de Sergio Paulo, un hombre inteligente que era gobernador de Chipre. Sergio Paulo mandó a llamar a Bernabé y a Saulo, pues tenía muchos deseos de oír el mensaje de Dios. Pero el brujo Barjesús, al que en griego lo llamaban Elimas, se puso frente a ellos para no dejarlos pasar, pues no quería que el gobernador los escuchara y creyera en el Señor Jesús.

9 Entonces Saulo, que también se llamaba Pablo y tenía el poder del Espíritu Santo, miró fijamente al brujo y le dijo:

10 «Tú eres un hijo del diablo, un mentiroso y un malvado. A ti no te gusta hacer lo bueno. ¡Deja ya de mentir diciendo que hablas de parte de Dios!

11 Ahora Dios te va a castigar: te quedarás ciego por algún tiempo y no podrás ver la luz del sol.»

En ese mismo instante, Elimas sintió como si una nube oscura le hubiera cubierto los ojos, y se quedó completamente ciego. Andaba como perdido, buscando que alguien le diera la mano para guiarlo.

12 Al ver esto, el gobernador se quedó muy admirado de la enseñanza acerca del Señor Jesús, y en verdad creyó en él.

Pablo y Bernabé en Pisidia

13 En Pafos, Pablo y sus compañeros subieron a un barco y se fueron a la ciudad de Perge, que estaba en la región de Panfilia. Allí, Juan Marcos se separó del grupo y regresó a la ciudad de Jerusalén.

14 Pablo y los demás siguieron el viaje a pie hasta la ciudad de Antioquía, en la región de Pisidia.

Unsábadofueron a lasinagogade la ciudad, y se sentaron allí.

15 Alguien leyó un pasaje de laBibliay, al terminar, los jefes de la sinagoga mandaron a decir a Pablo y a los demás: «Amigos israelitas, si tienen algún mensaje para darle ánimo a la gente, pueden tomar la palabra.»

16 Pablo se puso de pie, levantó la mano para pedir silencio, y dijo:

«Israelitas, y todos ustedes, los que aman y obedecen a Dios, escúchenme.

17 El Dios de Israel eligió a nuestrosantepasadospara hacer de ellos un gran pueblo. Los eligió cuando ellos estaban en Egipto. Luego los egipcios los hicieron esclavos, pero Dios, con su gran poder, los sacó de allí.

18 El pueblo anduvo en el desierto unos cuarenta años, y durante todo ese tiempo Dios los cuidó.

19 Después Dios destruyó a siete países en el territorio de Canaán, y le dio ese territorio al pueblo de Israel.

20 Todo esto sucedió en un lapso de cuatrocientos cincuenta años.

»Luego Dios envió a unos hombres para que fueran loslíderesde la nación, y continuó enviando líderes hasta que llegó elprofetaSamuel.

21 Pero todos le pidieron a Dios que los dejara tener un rey que los gobernara. Dios nombró entonces a Saúl rey de la nación.

»Saúl era hijo de un hombre llamado Quis, que era de latribude Benjamín. Y gobernó Saúl durante cuarenta años.

22 Luego, Dios lo quitó del trono y puso como nuevo rey a David. Acerca de David, Dios dijo: “Yo quiero mucho a David el hijo de Jesé, pues siempre me obedece en todo.”

23 »Dios prometió que undescendientede David vendría asalvaral pueblo israelita. Pues bien, ese descendiente de David es Jesús.

24 Antes de que él llegara, Juan el Bautista vino y le dijo a los israelitas que debían arrepentirse de suspecadosy ser bautizados.

25 Cuando Juan estaba a punto de morir, les dijo a los israelitas: “Yo no soy elMesíasque Dios les prometió. Él vendrá después, y yo ni siquiera merezco ser su esclavo.”

26 »Pónganme atención, amigos israelitas descendientes de Abraham. Y pónganme atención también ustedes, los que obedecen a Dios aunque no son israelitas. Este mensaje de salvación es para todos nosotros.

27 Sabemos que los habitantes de Jerusalén y los líderes del país no se dieron cuenta de quién era Jesús. Todos los sábados leían los libros de los profetas, pero no se dieron cuenta de que esos libros se referían a Jesús. Entonces ordenaron matar a Jesús y, sin saberlo, cumplieron así lo que los profetas habían anunciado.

28 Aunque no tenían nada de qué acusarlo, le pidieron a Pilato que lo matara.

29 Luego, cuando hicieron todo lo que los profetas habían anunciado, bajaron de la cruz el cuerpo de Jesús y lo pusieron en una tumba.

30 Pero Dios hizo que Jesús resucitara,

31 y durante muchos días Jesús se apareció a todos losdiscípulos. Éstos habían viajado con él desde la región de Galilea hasta la ciudad de Jerusalén. Ahora ellos les cuentan a todos quién es Jesús.

32 »Dios prometió a nuestros antepasados que enviaría a un salvador, y nosotros les estamos dando esa buena noticia:

33 Dios ha cumplido su promesa, puesresucitóa Jesús. Todo sucedió como dice en el segundo salmo:

“Tú eres mi Hijo;

# desde hoy soy tu padre.”

34 »Dios ya había anunciado en la Biblia que Jesús resucitaría, y que no dejaría que el cuerpo de Jesús se descompusiera en la tumba. Así lo había anunciado cuando le dijo:

“Te haré las mismas promesas

que hice a David;

promesas especiales,

¡promesas que se cumplirán!”

35 »Por eso, en otro salmo dice:

“No dejarás mi cuerpo en la tumba;

no dejarás que tu amigo fiel

sufra la muerte.”

36 »La verdad es que David obedeció todo lo que Dios le ordenó. Pero luego murió y fue enterrado en la tumba de sus antepasados, y su cuerpo se descompuso.

37 En cambio, Dios resucitó a Jesús, y su cuerpo no se descompuso.

38 »Amigos israelitas, éste es el mensaje que anunciamos: ¡Jesús puede perdonarles suspecados! La ley de Moisés no puede librarlos de todos sus pecados,

39 pero Dios perdona a todo aquel que cree en Jesús.

40 Tengan cuidado, para que no reciban el castigo que anunciaron los profetas, cuando dijeron:

41 “Ustedes se burlan de Dios,

pero asómbrense ahora y huyan.

Tan terribles serán los castigos

que les daré a los desobedientes,

que no van a creerlo

si alguien se los cuenta.”»

42 Cuando Pablo y sus amigos salieron de la sinagoga, la gente les rogó que volvieran el siguiente sábado y les hablaran más de todo esto.

43 Muchos judíos, y algunos extranjeros que habían seguido la religión judía, se fueron con ellos. A éstos, Pablo y Bernabé les pidieron que nunca dejaran de confiar en el amor de Dios.

44 Al sábado siguiente, casi toda la gente de la ciudad se reunió en la sinagoga, para oír el mensaje de Dios que iban a dar Pablo y Bernabé.

45 Pero cuando los judíos vieron reunida a tanta gente, tuvieron envidia. Entonces comenzaron a decir que Pablo estaba equivocado en todo lo que decía, y también lo insultaron.

46 Pero Pablo y Bernabé les contestaron con mucha valentía:

«Nuestra primera obligación era darles el mensaje de Dios a ustedes los judíos. Pero como ustedes lo rechazan y no creen merecer la vida eterna, ahora les anunciaremos el mensaje a los que no son judíos.

47 Porque así nos lo ordenó Dios:

“Yo te he puesto, Israel,

para que seas luz de las naciones;

para que anuncies mi salvación

hasta el último rincón del mundo.”»

48 Cuando los que no eran judíos oyeron eso, se pusieron muy contentos y decían que el mensaje de Dios era bueno. Y todos los que Dios había elegido para recibir la vida eterna creyeron en él.

49 El mensaje de Dios se anunciaba por todos los lugares de aquella región.

50 Pero los judíos hablaron con las mujeres más respetadas y religiosas de la ciudad, y también con los hombres más importantes, y los convencieron de perseguir a Pablo y a Bernabé, y de echarlos fuera de esa región.

51 Por eso Pablo y Bernabé, en señal de rechazo contra ellos, se sacudieron los pies para quitarse el polvo de ese lugar, y se fueron a Iconio.

52 Los seguidores de Jesús que se quedaron en Antioquía estaban muy alegres, y recibieron todo el poder del Espíritu Santo.

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