San Lucas 7

Un capitán romano

1 Cuando Jesús terminó de enseñar a la gente, se fue al pueblo de Cafarnaúm.

2 Allí vivía un capitán del ejército romano, que tenía un sirviente a quien apreciaba mucho. Ese sirviente estaba muy enfermo y a punto de morir.

3 Cuando el capitán oyó hablar de Jesús, mandó a unos jefes de los judíos para que lo buscaran y le dijeran: «Por favor, venga usted a mi casa y sane a mi sirviente.»

4 Ellos fueron a ver a Jesús y le dieron el mensaje. Además, le rogaron: «Por favor, haz lo que te pide este capitán romano. Merece que lo ayudes, porque es un hombre bueno.

5 A los judíos nos trata bien, ¡y hasta mandó construir unasinagogapara nosotros!»

6 Jesús fue con ellos, y cuando estaban cerca de la casa, el capitán romano mandó a unos amigos para que le dijeran a Jesús: «Señor, no se moleste usted por mí, yo no merezco que entre en mi casa.

7 Tampoco me siento digno de ir a verlo yo mismo. Solamente le ruego que ordene que mi sirviente se sane; yo sé que él quedará completamente sano.

8 Yo estoy acostumbrado a dar órdenes y a obedecerlas. Cuando le digo a uno de mis soldados: “¡Ve!”, me obedece y va. Si le digo a otro: “¡Ven!”, me obedece y viene. Y si le digo a uno de mis sirvientes: “¡Haz esto!”, lo hace.»

9 Al escuchar las palabras del capitán, Jesús se quedó admirado y les dijo a quienes lo seguían: «En todo Israel no he encontrado a nadie que confíe tanto en mí, como este capitán romano.»

10 Cuando los mensajeros regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.

El hijo de una viuda

11 Poco después, Jesús y susdiscípulosfueron al pueblo de Naín. Mucha gente iba con ellos.

12 Cuando llegaron a la entrada del pueblo, vieron a unos hombres que llevaban a enterrar a un muchacho. El muerto era el único hijo de una viuda. Mucha gente del pueblo la acompañaba.

13 Cuando Jesús la vio, sintió compasión por ella y le dijo: «No llores.»

14 Entonces se acercó y tocó la camilla. Los hombres dejaron de caminar, y Jesús le dijo al muerto: «¡Joven, te ordeno que te levantes!»

15 El muchacho se levantó y empezó a hablar. Entonces Jesús llevó al muchacho a donde estaba su madre.

16 Al ver eso, la gente tuvo mucho miedo y comenzó a alabar a Dios. Todos decían: «¡Hay unprofetaentre nosotros! ¡Ahora Dios va a ayudarnos!»

17 Y muy pronto la gente de la región de Judea y de sus alrededores supo lo que Jesús había hecho.

Juan el Bautista

18 Losdiscípulosde Juan el Bautista fueron a contarle todo lo que Jesús hacía. Por eso, Juan envió a dos de sus discípulos

19 para que le preguntaran a Jesús si él era elMesías, o si debían esperar a otro.

20 Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron:

—Juan el Bautista nos envió a preguntarte si eres el Mesías, o si debemos esperar a otro.

21 En ese momento, Jesús sanó a muchos que estaban enfermos y que sufrían mucho. También sanó a los que tenían espíritus malos, y a muchos ciegos les devolvió la vista.

22 Luego les respondió a los dos hombres:

—Vayan y díganle a Juan todo lo que ustedes han visto y oído:

Ahora los ciegos pueden ver

y los cojos caminan bien.

Losleprososquedan sanos,

y los sordos ya pueden oír.

Los que estaban muertos

han vuelto a la vida,

y a los pobres se les anuncia

la buena noticia desalvación.

23 »¡Diosbendeciráa los que no me abandonan porque hago todo esto!

24 Cuando los discípulos de Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar con la gente acerca de Juan, y dijo:

«¿A quién fueron a ver al desierto? ¿Era acaso un hombre doblado como las cañas que dobla el viento?

25 ¿Se trataba de alguien vestido con ropa muy lujosa? Recuerden que los que se visten así viven en el palacio de los reyes.

26 ¿A quién fueron a ver entonces? ¿Fueron a ver a unprofeta? Por supuesto que sí. En realidad, Juan era más que profeta;

27 era el mensajero de quien Dios había hablado cuando dijo:

“Yo envío a mi mensajero

delante de ti,

a preparar todo

para tu llegada.”

28 »Les aseguro que en este mundo no ha nacido un hombre más importante que Juan el Bautista. Sin embargo, el menos importante en elreino de Dioses superior a Juan.»

29 Los que habían escuchado a Juan le pidieron que losbautizara, y hasta los cobradores deimpuestoshicieron lo mismo. Así obedecieron lo que Dios había mandado.

30 Pero losfariseosy losmaestros de la Leyno quisieron obedecer a Dios, ni tampoco quisieron que Juan los bautizara.

31-32 Jesús siguió diciendo:

«Ustedes, los que viven en esta época, son como los niños que se sientan a jugar en las plazas, y gritan a otros niños:

“Tocamos la flauta,

pero ustedes no bailaron.

Cantamos canciones tristes,

pero ustedes no lloraron.”

33 »Porque Juan el Bautistaayunabay no bebía vino, y ustedes decían que tenía undemonio.

34 Luego, vine yo, elHijo del hombre, que como y bebo, y ustedes dicen que soy un glotón y un borracho; que soy amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma.

35 Pero recuerden que lasabiduríade Dios se prueba por sus resultados.»

Simón el fariseo

36 Unfariseollamado Simón invitó a Jesús a comer en su casa. Jesús aceptó y se sentó a la mesa.

37 Una mujer de mala fama,que vivía en aquel pueblo, supo que Jesús estaba comiendo en casa de Simón. Tomó entonces un frasco de perfume muy fino, y fue a ver a Jesús.

38 La mujer entró y se arrodilló detrásde Jesús, y tanto lloraba que sus lágrimas caían sobre los pies de Jesús. Después le secó los pies con sus propios cabellos, se los besó y les puso el perfume que llevaba.

39 Al ver esto, Simón pensó: «Si de veras este hombre fueraprofeta, sabría que lo está tocando una mujer de mala fama.»

40 Jesús dijo:

—Simón, tengo algo que decirte.

—Te escucho, Maestro —dijo él.

41 Jesús le puso este ejemplo:

—Dos hombres le debían dinero a alguien. Uno de ellos le debía quinientas monedas de plata, y el otro sólo cincuenta.

42 Como ninguno de los dos tenía con qué pagar, ese hombre les perdonó a los dos la deuda. ¿Qué opinas tú? ¿Cuál de los dos estará más agradecido con ese hombre?

43 Simón contestó:

—El que le debía más.

—¡Muy bien! —dijo Jesús.

44 Luego Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón:

—¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, tú no me diste agua para lavarme los pies. Ella, en cambio, me los ha lavado con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos.

45 Tú no me saludaste con un beso. Ella, en cambio, desde que llegué a tu casa no ha dejado de besarme los pies.

46 Tú no me pusiste aceite sobre la cabeza. Ella, en cambio, me ha perfumado los pies.

47 Me ama mucho porque sabe que sus muchospecadosya están perdonados. En cambio, al que se le perdonan pocos pecados, ama poco.

48 Después Jesús le dijo a la mujer: «Tus pecados están perdonados.»

49 Los otros invitados comenzaron a preguntarse: «¿Cómo se atreve éste a perdonar pecados?»

50 Pero Jesús le dijo a la mujer: «Tú confías en mí, y por eso te hassalvado. Vete tranquila.»

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/7-f6d7dab62e78efb14d88e338e6c3d59c.mp3?version_id=176—

San Lucas 8

Mujeres que ayudaban a Jesús

1 Los días siguientes, Jesús fue por muchos pueblos y ciudades anunciando lasbuenas noticiasdelreino de Dios. Con Jesús andaban también sus docediscípulos

2-3 y muchas mujeres. Estas mujeres ayudaban con dinero a Jesús y a sus discípulos. A algunas de ellas, Jesús las había sanado de diferentes enfermedades y de los espíritus malos. Entre esas mujeres estaba María, a la que llamaban Magdalena, que antes había tenido sietedemonios. También estaban Juana y Susana. Juana era la esposa de Cuza, el administrador del rey Herodes Antipas.

El ejemplo de las semillas

4 Mucha gente había venido de distintos pueblos para ver a Jesús. Él les puso este ejemplo:

5 «Un campesino salió a sembrar trigo. Mientras sembraba, unas semillas cayeron en el camino. La gente que pasaba por allí las pisoteaba, y los pájaros se las comían.

6 Otras semillas cayeron en un lugar donde había muchas piedras. Las plantas nacieron, pero pronto se secaron porque no tenían agua.

7 Otras semillas cayeron entre espinos. Las plantas brotaron, pero los espinos las ahogaron y no las dejaron crecer.

8 El resto de las semillas cayó en buena tierra. Las plantas nacieron, crecieron y produjeron espigas que tenían hasta cien semillas.»

Después, Jesús dijo con voz muy fuerte: «¡Si ustedes en verdad tienen oídos, pongan mucha atención!»

¿Por qué Jesús enseña con ejemplos?

9 Luego, losdiscípulosle preguntaron:

—¿Qué significa ese ejemplo que contaste?

10 Jesús les respondió:

—A ustedes les he explicado los secretos acerca delreino de Dios. Pero a los demás sólo les enseño por medio de ejemplos. Así, aunque miren, no verán, y aunque oigan, no entenderán.

Jesús explica el ejemplo de las semillas

11 »El ejemplo significa lo siguiente: Las semillas representan el mensaje de Dios.

12 Las que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje, pero cuando viene eldiablohace que se les olvide, para que ya no crean ni reciban lasalvaciónque Dios les ofrece.

13 Las semillas que cayeron entre piedras representan a los que reciben el mensaje con alegría. Pero, como no lo entienden bien, en cuanto tienen problemas dejan de confiar en Dios.

14 Las semillas que cayeron entre espinos representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas, pues viven preocupados por tener más dinero y por divertirse.

15 Las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen el mensaje de Dios y lo aceptan con una actitud obediente y sincera. Estos últimos se mantienen firmes, y sus acciones son buenas.

El ejemplo de la luz

16 »Nadie enciende una lámpara para taparla con una olla, o para ponerla debajo de la cama. Más bien, la pone en un lugar alto, para que alumbre a todos los que entran en la casa.

17 Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse.

18 »Por eso, presten mucha atención, porque a los que saben algo acerca de los secretos del reino se les contarán muchísimas cosas más. Pero a los que no saben nada de los secretos del reino, Dios les hará olvidar hasta lo que creen saber.»

La madre y los hermanos de Jesús

19 La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no podían llegar hasta donde él estaba porque mucha gente lo rodeaba.

20 Entonces alguien le dijo a Jesús:

—Tu madre y tus hermanos están afuera, y quieren hablar contigo.

21 Jesús contestó:

—Mi madre y mis hermanos son todos aquellos que escuchan y obedecen el mensaje de Dios.

La gran tormenta

22 Un día, Jesús subió a una barca con susdiscípulos, y les dijo: «Vamos al otro lado del lago». Entonces partieron,

23-24 y mientras navegaban Jesús se quedó dormido. De pronto se desató una tormenta sobre el lago, y el agua empezó a meterse en la barca. Los discípulos, al ver el grave peligro que corrían, a gritos despertaron a Jesús:

—¡Maestro, Maestro, nos hundimos!

Jesús se levantó, y ordenó al viento y a las olas que se calmaran. Y así fue; todo quedó tranquilo.

25 Luego les dijo a los discípulos:

—¡Ustedes no confían en mí!

Pero ellos estaban tan asustados y asombrados que se decían: «¿Quién es este hombre, que hasta el viento y las olas lo obedecen?»

El hombre con muchos demonios

26 Jesús y susdiscípulosllegaron a la otra orilla del lago, a la región de Gerasa.

27 Cuando Jesús bajó de la barca, le salió al encuentro un hombre de ese lugar, que tenía muchosdemonios.

Ese hombre no vivía en una casa, sino en el cementerio, y hacía ya mucho tiempo que andaba desnudo.

28-29 Como los demonios lo atacaban muchas veces, la gente le ponía cadenas en las manos y en los pies, y lo mantenía vigilado. Pero él rompía las cadenas, y los demonios lo hacían huir a lugares solitarios.

Cuando este hombre vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces Jesús ordenó a los demonios que salieran del hombre, pero ellos gritaron:

—¡Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¿Qué vas a hacer con nosotros? Te rogamos que no nos hagas sufrir.

30 Jesús le preguntó al hombre:

—¿Cómo te llamas?

Él contestó:

—Me llamo Ejército.

Dijo eso porque eran muchos los demonios que habían entrado en él.

31 Los demonios le rogaron a Jesús que no los mandara al abismo, donde se castiga a los demonios.

32 Cerca de allí, en un cerro, había muchos cerdos comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús que los dejara entrar en esos animales, y él les dio permiso.

33 Los demonios salieron del hombre y se metieron dentro de los cerdos. Entonces los cerdos corrieron cuesta abajo, y cayeron en el lago y se ahogaron.

34 Cuando los hombres que cuidaban los cerdos vieron lo que había pasado, corrieron al pueblo y les contaron a todos lo sucedido.

35 La gente fue a ver qué había pasado. Al llegar, vieron sentado a los pies de Jesús al hombre que antes había tenido los demonios. El hombre estaba vestido y se comportaba normalmente, y los que estaban allí temblaban de miedo.

36 Los que vieron cómo Jesús había sanado a aquel hombre, empezaron a contárselo a todo el mundo.

37 Entonces los habitantes de la región de Gerasa le rogaron a Jesús que se fuera de allí, porque tenían mucho miedo.

Cuando Jesús subió a la barca para regresar a Galilea,

38 el hombre que ahora estaba sano le rogó a Jesús que lo dejara ir con él. Pero Jesús le dijo:

39 «Vuelve a tu casa y cuéntales a todos lo que Dios ha hecho por ti.»

El hombre se fue al pueblo y contó todo lo que Jesús había hecho por él.

Una niña muerta y una mujer enferma

40 Cuando Jesús regresó a Galilea, la gente lo recibió con mucha alegría, pues lo había estado esperando.

41 En ese momento llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de lasinagoga. Se acercó a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le suplicó que fuera a su casa,

42 porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo.

Jesús se fue con Jairo. Mucha gente los siguió y se amontonó alrededor de Jesús.

43 Entre esa gente estaba una mujer enferma. Desde hacía doce años tenía una enfermedad que le hacía perder mucha sangre. Había gastado todo su dinero en médicos, pero ninguno había podido sanarla.

44 Ella se acercó a Jesús por detrás, tocó levemente su manto, y enseguida quedó sana.

45 Entonces Jesús le preguntó a la gente:

—¿Quién me tocó?

Como todos decían que no había sido ninguno de ellos, Pedro le dijo:

—Maestro, ¿no ves que todos se amontonan a tu alrededor y te empujan?

46 Pero Jesús volvió a decirles:

—Estoy seguro de que alguien me ha tocado, pues sentí que de mí salió poder.

47 Cuando la mujer vio que ya no podía esconderse, temblando de miedo fue y se arrodilló delante de Jesús. Luego, frente a todos los que estaban allí, contó por qué había tocado el manto de Jesús, y cómo de inmediato había quedado sana.

48 Jesús entonces le dijo a la mujer:

—Hija, fuiste sanada porque confiaste en mí. Puedes irte en paz.

49 Jesús no había terminado de hablar cuando llegó un mensajero, que venía de la casa de Jairo, y le dijo:

—Ya murió su hija. No moleste usted más al Maestro.

50 Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo:

—No tengas miedo. Confía en mí y ella se pondrá bien.

51-53 Cuando llegaron a la casa, todos lloraban y lamentaban la muerte de la niña, pero Jesús les dijo: «¡No lloren! La niña no está muerta; sólo está dormida.» La gente empezó a burlarse de Jesús, pues sabían que la niña estaba muerta. Entonces Jesús entró con Pedro, Santiago, Juan, Jairo y la madre de la niña, y no dejó que nadie más entrara.

54 Tomó de la mano a la niña y le dijo: «¡Niña, levántate!»

55 La niña volvió a vivir, y al instante se levantó. Jesús mandó entonces que le dieran a la niña algo de comer.

56 Los padres estaban muy asombrados, pero Jesús les pidió que no le contaran a nadie lo que había pasado.

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/8-8f9d9e87e9db69c06b2badec1d6cacc2.mp3?version_id=176—

San Lucas 9

Jesús envía a los doce discípulos

1 Jesús reunió a sus docediscípulos, y les dio poder para sanar enfermedades y autoridad sobre todos losdemonios.

2 Luego los envió a anunciar lasbuenas noticiasdelreino de Diosy a sanar a los enfermos.

3 Jesús les dijo:

«No lleven nada para el viaje. No lleven bastón ni mochila, ni comida ni dinero. Tampoco lleven ropa de más.

4 Cuando lleguen a una casa, quédense a vivir allí hasta que se vayan del lugar.

5 Si en alguna parte no quieren recibirlos, cuando salgan de allí sacúdanse el polvo de los pies en señal de rechazo.»

6 Los discípulos salieron y fueron por todos los pueblos de la región, anunciando las buenas noticias y sanando a los enfermos.

Herodes no sabe quién es Jesús

7 El rey Herodes Antipas se enteró de todo lo que estaba sucediendo, y se preocupó mucho porque algunas personas decían que Juan el Bautista habíaresucitado.

8 Otros decían que había aparecido elprofetaElías,o que había resucitado alguno de los antiguos profetas.

9 Pero Herodes dijo: «¿Quién será este hombre, del que tanto se oye hablar? No puede ser Juan el Bautista, porque yo mismo ordené que lo mataran.»

Por eso, Herodes tenía mucho interés en conocer a Jesús.

Jesús da de comer a mucha gente

10 Cuando los doceapóstolesregresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Luego Jesús los llevó al pueblo de Betsaida, pues quería estar a solas con ellos.

11 Pero tan pronto como la gente se dio cuenta de que Jesús se había ido a Betsaida, lo siguió.

Jesús recibió amablemente a toda la gente, y empezó a hablarles acerca delreino de Dios. También sanó a los enfermos.

12 Cuando ya empezaba a oscurecer, los doce apóstoles fueron a decirle a Jesús:

—Envía a esta gente a los pueblos y caseríos cercanos, a buscar un lugar donde puedan comprar comida y pasar la noche. ¡Aquí no hay nada!

13 Jesús les dijo:

—Denles ustedes de comer.

Pero ellos respondieron:

—Sólo tenemos cinco panes y dos pescados. Si fuéramos a dar de comer a toda esta gente, tendríamos que ir a comprar comida,

14 pues hay más de cinco mil personas.

Pero Jesús les dijo:

—Hagan que la gente se siente en grupos de cincuenta.

15 Losdiscípuloshicieron lo que Jesús les ordenó.

16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y losbendijo. Luego los partió y dio los pedazos a los discípulos, para que ellos los repartieran entre la gente.

17 Todos comieron y quedaron satisfechos. Y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas.

¿Quién es Jesús?

18 En una ocasión, Jesús estaba orando solo, y susdiscípulosllegaron al lugar donde él estaba. Jesús les preguntó:

—¿Qué dice la gente acerca de mí?

19 Los discípulos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros dicen que eres elprofetaElías; otros dicen que eres alguno de los profetas antiguos, que haresucitado.

20 Después Jesús les preguntó:

—¿Y ustedes qué opinan? ¿Quién soy yo?

Pedro contestó:

—Tú eres elMesíasque Dios envió.

21 Pero Jesús les ordenó a todos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

Jesús habla de su muerte

22 Jesús también les dijo a susdiscípulos: «Yo, elHijo del hombre, voy a sufrir mucho. Loslíderesdel país, lossacerdotesprincipales y losmaestros de la Leyme rechazarán y me matarán; pero tres días despuésresucitaré.»

23 Después Jesús les dijo a todos los que estaban allí:

«Si alguno quiere ser mi discípulo, tiene que olvidarse de hacer lo que quiera. Tiene que estar siempre dispuesto a morir y hacer lo que yo mando.

24 Si alguno piensa que su vida es más importante que seguirme, entonces la perderá para siempre. Pero el que prefiera seguirme y elija morir por mí, ése sesalvará.

25 De nada sirve que una persona sea dueña de todo el mundo, si al final se destruye a sí misma y se pierde para siempre.

26 »Si alguno se avergüenza de mí y de mis enseñanzas, entonces yo, el Hijo del hombre, me avergonzaré de esa persona cuando venga con todo mi poder, y con el poder de mi Padre y de lossantosángeles.

27 Les aseguro que algunos de ustedes, que están aquí conmigo, no morirán hasta que vean elreino de Dios.»

Jesús se transforma

28 Ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago hasta un cerro alto, para orar.

29 Mientras Jesús oraba, su cara cambió de aspecto y su ropa se puso blanca y brillante.

30 De pronto aparecieron Moisés y elprofetaElías,

31 rodeados de una luz hermosa. Los dos hablaban con Jesús acerca de su muerte en Jerusalén, y de su resurrección y partida al cielo.

32 Pedro y los otros dosdiscípulosestaban muy cansados, pero lograron vencer el sueño y vieron a Jesús rodeado de sugloria, y Moisés y Elías estaban con él.

33 Cuando Moisés y Elías estaban a punto de irse, Pedro le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno que estamos aquí! Si quieres, voy a construir tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Pedro estaba hablando sin pensar en lo que decía.

34 Mientras hablaba, una nube bajó y se detuvo encima de todos ellos. Los tres discípulos tuvieron mucho miedo.

35 Luego, desde la nube se oyó una voz que decía: «¡Éste es mi Hijo, elMesíasque yo elegí! Ustedes deben obedecerlo.»

36 Después de oír la voz, los discípulos vieron que Jesús se había quedado solo. Y durante algún tiempo no le contaron a nadie lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho

37 Al día siguiente, cuando Jesús y sus tresdiscípulosbajaron del cerro, mucha gente les salió al encuentro.

38 Un hombre que estaba entre esa gente se acercó y le dijo a Jesús:

—Maestro, te ruego que ayudes a mi único hijo.

39 De repente un espíritu lo ataca, y lo hace gritar. También lo hace temblar terriblemente y echar espuma por la boca. Cuando por fin deja de atacarlo, el muchacho queda todo maltratado.

40 Le pedí a tus discípulos que sacaran al espíritu, pero no pudieron.

41 Jesús miró a sus seguidores y les dijo:

—¿No pueden hacer nada sin mí? ¿Hasta cuándo voy a tener que soportarlos? Ustedes están confundidos y no confían en Dios.

Entonces Jesús le dijo al hombre:

—Trae a tu hijo.

42 Cuando el muchacho se estaba acercando, eldemoniolo atacó, lo tiró al suelo y lo hizo temblar muy fuerte. Entonces Jesús reprendió al demonio, sanó al muchacho y se lo entregó a su padre.

43 Toda la gente estaba asombrada del gran poder de Dios.

Jesús habla otra vez de su muerte

Mientras la gente seguía asombrada por todo lo que Jesús hacía, él les dijo a susdiscípulos:

44 «Pongan mucha atención en lo que voy a decirles. Yo, elHijo del hombre, seré entregado a mis enemigos.»

45 Los discípulos no entendieron lo que Jesús decía, pues aún no había llegado el momento de comprenderlo. Además, ellos tuvieron miedo de preguntarle qué había querido decir.

¿Quién es el más importante?

46 En cierta ocasión, losdiscípulosdiscutían acerca de cuál de ellos era el más importante de todos.

47 Cuando Jesús se dio cuenta de lo que ellos pensaban, llamó a un niño, lo puso junto a él,

48 y les dijo: «Si alguno acepta a un niño como éste, me acepta a mí. Y si alguno me acepta a mí, acepta a Dios, que fue quien me envió. El más humilde de todos ustedes es la persona más importante.»

Los que están a favor de Jesús

49 Juan, uno de los docediscípulos, le dijo a Jesús:

—Maestro, vimos a alguien que usaba tu nombre para echardemoniosfuera de la gente. Pero nosotros le dijimos que no lo hiciera, porque él no es parte de nuestro grupo.

50 Pero Jesús le dijo:

—No se lo prohíban, porque quien no está en contra de ustedes, realmente está a favor de ustedes.

Jesús regaña a Santiago y a Juan

51 Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús debía subir al cielo, decidió ir hacia Jerusalén.

52 Envió a unos mensajeros a un pueblo de Samaria para que le buscaran un lugar donde pasar la noche.

53 Pero la gente de esa región no quiso recibir a Jesús, porque sabían que él viajaba a Jerusalén.

54 Cuando susdiscípulosSantiago y Juan vieron lo que había pasado, le dijeron a Jesús: «Señor, permítenos orar para que caiga fuego del cielo y destruya a todos los que viven aquí.»

55 Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió.

56 Después, se fueron a otro pueblo.

Los que querían seguir a Jesús

57 Cuando iban por el camino, alguien le dijo a Jesús:

—Te seguiré a cualquier sitio que vayas.

58 Jesús le contestó:

—Las zorras tienen sus cuevas, y las aves tienen nidos, pero yo, elHijo del hombre, no tengo ni siquiera un sitio donde descansar.

59 Después Jesús le dijo a otro:

—¡Sígueme!

Pero él respondió:

—Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre.

60 Jesús le dijo:

# —Lo importante es que tú vayas ahora mismo a anunciar lasbuenas noticiasdelreino de Dios. ¡Deja que los muertosentierren a sus muertos!

61 Luego vino otra persona y le dijo a Jesús:

—Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de mi familia.

62 Jesús le dijo:

—No se puede pertenecer al reino de Dios y hacer lo mismo que hace un mal campesino. Al que se pone a arar el terreno y vuelve la vista atrás, los surcos le salen torcidos.

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/9-140f87134d9dfdf1425b9d7530c957e8.mp3?version_id=176—

San Lucas 10

Jesús envía a setenta y dos discípulos

1 Después, Jesús eligió a setenta y dosdiscípulos, y los envió en grupos de dos en dos a los pueblos y lugares por donde él iba a pasar.

2 Jesús les dijo:

«Son muchos los que necesitan entrar en elreino de Dios, pero son muy pocos los que hay para anunciar lasbuenas noticias. Por eso, pídanle a Dios que envíe más seguidores míos, para que compartan las buenas noticias con toda esa gente.

3 Y ahora, vayan; pero tengan cuidado, porque yo los envío como quien manda corderos a una cueva de lobos.

4 »No lleven dinero, ni mochila ni zapatos, ni se detengan a saludar a nadie por el camino.

5 Cuando lleguen a alguna casa, saluden a todos los que vivan allí, deseándoles que les vaya bien.

6 Si la gente merece el bien, el deseo de ustedes se cumplirá; pero si no lo merece, no se cumplirá su deseo.

7 No anden de casa en casa. Quédense con una sola familia, y coman y beban lo que allí les den, porque el trabajador merece que le paguen.

8 »Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les sirvan,

9 sanen a los enfermos, y díganles que el reino de Dios ya está cerca.

10 Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la calle y grítenles:

11 “No tenemos nada que ver con ustedes. Por eso, hasta el polvo de su pueblo lo sacudimos de nuestros pies. Pero sepan esto: ya está cerca el reino de Dios”.

12 Les aseguro que, en el día del juicio, Dios castigará más duramente a la gente de ese pueblo que a la de Sodoma.»

La gente que no cree

13 Jesús también dijo:

«Habitantes del pueblo de Corazín, ¡qué mal les va a ir a ustedes! ¡Y también les va a ir mal a ustedes, los que viven en el pueblo de Betsaida! Si losmilagrosque hice entre ustedes los hubiera hecho entre los que viven en las ciudades de Tiro y de Sidón, hace tiempo que ellos habrían cambiado su modo de vivir. Se habrían vestido de ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza para mostrar su arrepentimiento.

14 Les aseguro que, en el día del juicio final, ustedes van a recibir un castigo mayor que el de ellos.

15 »Habitantes del pueblo de Cafarnaúm, ¿creen que van a ser bien recibidos en el cielo? No, sino que van a ser enviados a lo más profundo delinfierno.»

16 Luego Jesús les dijo a susdiscípulos: «Cualquiera que los escuche a ustedes, me escucha a mí. Cualquiera que los rechace, a mí me rechaza; y la persona que me rechaza, rechaza también a Dios, que fue quien me envió.»

Los setenta y dos discípulos regresan

17 Los setenta y dosdiscípulosque Jesús había enviado regresaron muy contentos, y le dijeron:

—¡Señor, hasta losdemoniosnos obedecen cuando los reprendemos en tu nombre!

18 Jesús les dijo:

—Yo vi queSatanáscaía del cielo como un rayo.

19 Yo les he dado poder para que ni las serpientes ni los escorpiones les hagan daño, y para que derroten a Satanás, su enemigo.

20 Sin embargo, no se alegren de que los malos espíritus los obedezcan. Alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el libro del cielo.

Jesús alaba a Dios

21 En ese mismo momento, el Espíritu Santo hizo que Jesús sintiera mucha alegría. Entonces Jesús dijo:

«Padre mío, que gobiernas el cielo y la tierra, te alabo porque has mostrado estas cosas a los niños y a los que son como ellos. En cambio, no se las mostraste a los que conocen mucho y sonsabios, porque así lo has querido, Padre mío.»

22 Luego Jesús le dijo a la gente que estaba con él: «Mi Padre me ha entregado todo, y nadie me conoce mejor que él. Y yo, que soy su Hijo, conozco mejor que nadie a Dios, mi Padre, y elijo a las personas que lo conocerán como yo.»

23 Cuando Jesús se quedó a solas con susdiscípulos, les dijo: «Dichosos ustedes, que pueden ver todo lo que sucede ahora.

24 A muchosprofetasy reyes les habría gustado ver y oír lo que ustedes ven y oyen ahora, pero no pudieron.»

Un extranjero compasivo

25 Unmaestrode la Ley se acercó para ver si Jesús podía responder a una pregunta difícil, y le dijo:

—Maestro, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna?

26 Jesús le respondió:

—¿Sabes lo que dicen los libros de laLey?

27 El maestro de la Ley respondió:

—“Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que vales y con todo lo que eres, y cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.”

28 —¡Muy bien! —respondió Jesús—. Haz todo eso y tendrás la vida eterna.

29 Pero el maestro de la Ley no quedó satisfecho con la respuesta de Jesús, así que insistió:

—¿Y quién es mi prójimo?

30 Entonces Jesús le puso este ejemplo:

«Un día, un hombre iba de Jerusalén a Jericó. En el camino lo asaltaron unos ladrones y, después de golpearlo, le robaron todo lo que llevaba y lo dejaron medio muerto.

31 »Por casualidad, por el mismo camino pasaba unsacerdotejudío. Al ver a aquel hombre, el sacerdote se hizo a un lado y siguió su camino.

32 Luego pasó por ese lugar otro judío, que ayudaba en el culto del templo; cuando este otro vio al hombre, se hizo a un lado y siguió su camino.

33 »Pero también pasó por allí un extranjero, de la región de Samaria, y al ver a aquel hombre tirado en el suelo, le tuvo compasión.

34 Se acercó, sanó sus heridas con vino y aceite, y le puso vendas. Lo subió sobre su burro, lo llevó a un pequeño hotel y allí lo cuidó.

35 »Al día siguiente, el extranjero le dio dinero al encargado de la posada y le dijo: “Cuídeme bien a este hombre. Si el dinero que le dejo no alcanza para todos los gastos, a mi regreso yo le pagaré lo que falte.”»

36 Jesús terminó el relato y le dijo al maestro de la Ley:

—A ver, dime. De los tres hombres que pasaron por el camino, ¿cuál fue el prójimo del que fue maltratado por los ladrones?

37 —El que se preocupó por él y lo cuidó —contestó el maestro de la Ley.

Jesús entonces le dijo:

—Anda y haz tú lo mismo.

Marta y María

38 En su viaje hacia Jerusalén, Jesús y susdiscípulospasaron por un pueblo. Allí, una mujer llamada Marta recibió a Jesús en su casa.

39 En la casa también estaba María, que era hermana de Marta. María se sentó junto a Jesús para escuchar atentamente lo que él decía.

40 Marta, en cambio, estaba ocupada en preparar la comida y en los quehaceres de la casa. Por eso, se acercó a Jesús y le dijo:

—Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola, haciendo todo el trabajo de la casa? Dile que me ayude.

41-42 Pero Jesús le contestó:

—Marta, Marta, ¿por qué te preocupas por tantas cosas? Hay algo más importante. María lo ha elegido, y nadie se lo va a quitar.

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/10-d9cc30b4415ba8ea12bfedf00b9aac23.mp3?version_id=176—

San Lucas 11

Jesús enseña a orar

1 Un día, Jesús fue a cierto lugar para orar. Cuando terminó, uno de susdiscípulosse acercó y le pidió:

—Señor, enséñanos a orar, así como Juan el Bautista enseñó a sus seguidores.

2 Jesús les dijo:

—Cuando ustedes oren, digan:

“Padre, que todos reconozcan

que tú eres el verdadero Dios.

”Ven y sé nuestro único rey.

3 ”Danos la comida

que hoy necesitamos.

4 ”Perdona nuestrospecados,

como también nosotros perdonamos

a todos los que nos hacen mal.

”Y cuando vengan las pruebas,

no permitas que ellas

nos aparten de ti.”

5 También les dijo:

«Supongamos que, a medianoche, uno de ustedes va a la casa de un amigo y le dice: “Vecino, préstame por favor tres panes.

6 Un amigo mío, que está de viaje, ha llegado y va a quedarse en mi casa; ¡no tengo nada para darle de comer!”

7 Supongamos también que el vecino le responda así: “¡No me molestes! La puerta ya está cerrada con llave, y mi familia y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte los panes.”

8 Si el otro siguiera insistiendo, de seguro el vecino le daría lo que necesitara, no tanto porque aquél fuera su amigo, sino para no ser avergonzado ante el pueblo.

9 »Por eso les digo esto: pidan a Dios y él les dará, hablen con Dios y encontrarán lo que buscan, llámenlo y él los atenderá.

10 Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.

11 »¿Alguno de ustedes le daría a su hijo una serpiente si él le pidiera un pescado?

12 ¿O le daría un escorpión si le pidiera un huevo?

13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan.»

Jesús y el jefe de los demonios

14 Jesús expulsó a undemonioque había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el hombre empezó a hablar.

La gente estaba asombrada por lo que hizo Jesús,

15 pero algunas personas dijeron: «Jesús libera de los demonios a la gente porque Beelzebú, el jefe de los demonios, le da poder para hacerlo.»

16 Otros querían ponerle una trampa a Jesús. Por eso le pidieron unmilagroque demostrara que había sido enviado por Dios.

17 Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:

«Si los habitantes de un país se pelean entre ellos, el país se destruirá. Si los miembros de una familia se pelean entre sí, la familia también se destruirá.

18 Y siSatanáslucha contra sí mismo, destruirá su propio reino. Ustedes dicen que yo expulso a los demonios por el poder de Satanás.

19 Si eso fuera verdad, entonces ¿quién les da poder a losdiscípulosde ustedes para echar fuera demonios? Si ustedes me responden que Dios les da ese poder, eso demuestra que están equivocados.

20 Y si yo echo fuera a los demonios con el poder de Dios, eso demuestra que elreino de Diosya está aquí.

21 »Es muy difícil robar en la casa de un hombre fuerte y bien armado.

22 Pero si un hombre más fuerte que él lo vence, le quitará las armas, le robará todo y lo repartirá entre sus amigos.

23 »Si ustedes no están de acuerdo con lo que hago, entonces están contra mí. Si no me ayudan a traer a otros para que me sigan, es como si los estuvieran ahuyentando.

El espíritu malo que regresa

24 »Cuando unespíritu malosale de una persona, viaja por el desierto buscando dónde descansar. Al no encontrar ningún lugar, dice: “Mejor regresaré a mi antigua casa, y me meteré de nuevo en ella.”

25 Cuando regresa, la encuentra limpia y ordenada.

26 Entonces va y busca a otros siete espíritus peores que él, y todos se meten dentro de aquella persona y se quedan a vivir allí. ¡Y esa pobre persona termina peor que cuando sólo tenía un espíritu malo!»

¿Para quién es la bendición?

27 Mientras Jesús hablaba, llegó una mujer y le gritó:

—¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamantó!

28 Pero Jesús le respondió:

—¡Dichosa más bien la gente que escucha el mensaje de Dios, y lo obedece!

Una señal milagrosa

29 Mucha gente se acercó para escuchar a Jesús. Entonces él les dijo:

«Ustedes me piden como prueba una señal, pero son malos y no confían en Dios. La única prueba que les daré será lo que le pasó a Jonás.

30 Así como él fue señal para los habitantes de la ciudad de Nínive, así yo, elHijo del hombre, seré una señal para la gente de este tiempo.

31 »La reina del Surse levantará en el día del juicio, y hablará contra ustedes para que Dios los castigue. Ella vino desde muy lejos para escuchar las sabias enseñanzas del rey Salomón, ¡y ustedes no quieren escuchar mis enseñanzas, aunque soy más importante que Salomón!

32 »En el juicio final, la gente de la ciudad de Nínive también se levantará, y hablará contra ustedes. Porque esa gente sí cambió de vida cuando oyó el mensaje que le anunció Jonás. ¡Pero ustedes oyen mi mensaje y no cambian, a pesar de que soy más importante que él!»

La luz del cuerpo

Jesús también les dijo:

33 «Nadie enciende una lámpara para esconderla, o para ponerla debajo de un cajón. Todo lo contrario: se pone en un lugar alto, para que alumbre a todos los que entran en la casa.

34 Los ojos de una persona son como una lámpara que alumbra su cuerpo. Por eso, si miran con ojos sinceros y amables, la luz entrará en su vida. Pero si sus ojos son envidiosos y orgullosos, vivirán en completa oscuridad.

35 Así que, tengan cuidado, no dejen que se apague la luz de su vida.

36 Si todo su cuerpo está iluminado, y no hay en él ninguna parte oscura, entonces la vida de ustedes alumbrará en todos lados, como cuando una lámpara los ilumina con su luz.»

¡Qué mal les va a ir!

37 Cuando Jesús terminó de hablar, unfariseolo invitó a comer en su casa. Jesús fue y se sentó a la mesa.

38 El fariseo se sorprendió mucho al ver que Jesús no se había lavado las manos antes de comer.

39 Pero Jesús le dijo:

—Ustedes los fariseos se lavan por fuera, pero por dentro son malos, no ayudan a nadie y roban a la gente.

40 ¡Tontos! Dios hizo las cosas de afuera y también las de adentro.

41 La mejor forma de estar completamentelimpioses compartir lo que uno tiene con los pobres.

42 »¡Qué mal les va a ir! Ustedes se preocupan por dar a Dios, comoofrenda, la décima parte de las legumbres, de la menta y de la ruda que cosechan en sus terrenos. Pero no lo aman ni son justos con los demás. Deben dar a Dios la décima parte de todo, pero sin dejar de amarlo y sin dejar de ser justos.

43 »¡Qué mal les va a ir a ustedes, los fariseos! Cuando van a lasinagoga, les encanta que los traten como si fueran las personas más importantes. Les gusta que en el mercado la gente los salude con gran respeto.

44 »¡Qué mal les va a ir! Porque ustedes son como tumbas ocultas,que la gente pisa sin saberlo.

45 Entonces, unmaestrode la Ley le dijo a Jesús:

—Maestro, todo esto que dices contra los fariseos, nos ofende también a nosotros.

46 Jesús le dijo:

—¡Qué mal les va a ir a ustedes también! Porque imponenmandamientosmuy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.

47 »¡Qué mal les va a ir a ustedes, que construyen monumentos para recordar a losprofetasque sus mismosantepasadosmataron!

48 Así ustedes están aprobando lo que hicieron sus antepasados: ellos mataron a los profetas, y ustedes construyen sus monumentos.

49 »Por eso Dios ha dicho sabiamente acerca de ustedes: “Yo les enviaré profetas yapóstoles, pero ustedes matarán a algunos de ellos, y a otros los perseguirán por todas las ciudades.”

50 Así que ustedes se han hecho culpables de la muerte de todos los profetas del mundo,

51 comenzando por la muerte de Abel y terminando por la muerte del profeta Zacarías, a quien mataron entre el templo y el altar de lossacrificios. Les aseguro que todos ustedes serán castigados por esto.

52 »¡Qué mal les va a ir a ustedes, los maestros de la Ley! Porque saben muy bien lo que significa conocer a Dios, pero no hacen nada por conocerlo, ni dejan que otros lo conozcan.»

53 Cuando Jesús salió de esa casa, los maestros de la Ley y los fariseos comenzaron a seguirlo, y a hacerle muchas preguntas,

54 aunque en realidad le estaban poniendo una trampa, para ver si decía algo malo y así poder atraparlo.

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/11-4e61a85c461b36feb32dd55f15ac0ff5.mp3?version_id=176—

San Lucas 12

Consejos

1 Mientras muchísimas personas rodeaban a Jesús y se atropellaban unas a otras, él les dijo a susdiscípulos:

«Tengan cuidado de las mentiras que enseñan losfariseos. Ellos engañan a la gente diciendo cosas que parecen verdad.

2 Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse.

3 Lo que ustedes digan en la oscuridad, se sabrá a plena luz del día; lo que digan en secreto, lo llegará a saber todo el mundo.

A quién debemos tenerle miedo

4 »Amigos míos, no tengan miedo de la gente que puede quitarles la vida. Más que eso no pueden hacerles.

5 Tengan más bien temor de Dios, pues él no sólo puede quitarles la vida, sino que también puede enviarlos alinfierno. A él sí deben tenerle miedo.

6 »Cinco pajaritos apenas valen unas cuantas monedas. Sin embargo, Dios se preocupa por cada uno de ellos.

7 Lo mismo pasa con ustedes: Dios sabe hasta cuántos cabellos tienen. Por eso, ¡no tengan miedo! Ustedes valen más que muchos pajaritos.

Hablar de Jesús

8 »Si ustedes les dicen a otros que son mis seguidores, yo, elHijo del hombre, les diré a losángelesde Dios que ustedes en verdad lo son.

9 Pero si le dicen a la gente que no son mis seguidores, yo les diré a los ángeles de Dios que ustedes no lo son.

10 »Si ustedes dicen algo contra mí, que soy el Hijo del hombre, Dios los perdonará. Pero si dicen algo malo en contra del Espíritu Santo, Dios no los perdonará.

11 »Cuando los lleven a lassinagogas, o ante los jueces y las autoridades, para ser juzgados, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a defenderse.

12 Porque en el momento preciso, el Espíritu Santo les dirá lo que deben decir.»

El rico tonto

13 Uno de los que estaban allí le dijo a Jesús:

—Maestro, ordénale a mi hermano que me dé la parte de la herencia que me dejó nuestro padre.

14 Jesús le respondió:

—A mí no me corresponde resolver el pleito entre tu hermano y tú.

15 Luego miró Jesús a los que estaban allí, y les dijo: «¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.»

16 Y enseguida Jesús les puso este ejemplo:

«Las tierras de un hombre muy rico habían dado una gran cosecha.

17 Era tanto lo que se había recogido, que el rico no sabía dónde guardar los granos.

18 Pero después de pensarlo dijo: “Ya sé lo que haré. Destruiré mis viejos graneros, y mandaré a construir unos mucho más grandes. Allí guardaré lo que he cosechado y todo lo que tengo.

19 Después me diré: ¡Ya tienes suficiente para vivir muchos años! ¡Come, bebe, diviértete y disfruta de la vida lo más que puedas!”

20 »Pero Dios le dijo: “¡Qué tonto eres! Esta misma noche vas a morir, y otros disfrutarán de todo esto que has guardado.”

21 »Así les pasa a todos los que amontonan riquezas para sí mismos. Se creen muy ricos pero, en realidad, ante Dios son pobres.»

Las preocupaciones

22 Después Jesús les dijo a susdiscípulos:

«No se pasen la vida preocupados por lo que van a comer o beber, o por la ropa que van a ponerse.

23 La vida no consiste sólo en comer, ni el cuerpo existe sólo para que lo vistan.

24 »Miren a los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen graneros para guardar las semillas. Sin embargo, Dios les da de comer. ¡Recuerden que ustedes son más importantes que las aves!

25 »¿Creen ustedes que por preocuparse mucho vivirán un día más?

26 Si ni siquiera esto pueden conseguir, ¿por qué se preocupan por lo demás?

27 »Aprendan de las flores del campo: no trabajan para hacerse sus vestidos y, sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón, con todas sus riquezas, se vistió tan bien como ellas.

28 »Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios!

29 »No se desesperen preguntándose qué van a comer, o qué van a beber.

30 Sólo quienes no conocen a Dios se preocupan por eso. Dios, el Padre de ustedes, sabe que todo eso lo necesitan.

31 »Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey. Todo lo demás, él se lo dará a su debido tiempo.

La riqueza verdadera

32 »¡No tengan miedo, mi pequeño grupo dediscípulos! Dios, el Padre de ustedes, quiere darles su reino.

33 Vendan lo que tienen, y repartan ese dinero entre los pobres. Fabríquense bolsas que nunca se rompan, y guarden en el cielo lo más valioso de su vida. Allí, los ladrones no podrán robar, ni la polilla podrá destruir.

34 Recuerden que la verdadera riqueza consiste en obedecerme de todo corazón.

Los sirvientes

35-36 »Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos, con las lámparas encendidas, pendientes de que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato.

37-38 ¡Qué felices serán cuando llegue el dueño a la casa, en la noche, o en la madrugada! Les aseguro que el dueño hará que sus sirvientes se sienten a la mesa, y él mismo les servirá la comida.

39 »Si el dueño de una casa supiera a qué hora se va a meter un ladrón, lo esperaría para no dejarlo entrar.

40 Ustedes deben estar listos, porque yo, elHijo del hombre, vendré a la hora que menos lo esperen.»

41 Pedro entonces le preguntó:

—Señor, ¿esa enseñanza es sólo para nosotros, o para todos los que están aquí?

42 El Señor Jesús le respondió:

—El sirviente responsable y atento es aquel a quien el dueño de la casa deja encargado de toda su familia, para que les sirva la comida a tiempo.

43 ¡Qué feliz es el sirviente si su dueño lo encuentra cumpliendo sus órdenes!

44 Les aseguro que el dueño hará que ese sirviente administre todas sus posesiones.

45 Pero supongamos que el sirviente piensa: “Mi amo salió de viaje y tardará mucho en volver”, y entonces comienza a golpear a los otros sirvientes y sirvientas, y a comer y a beber hasta emborracharse.

46 Cuando vuelva su amo, en el día y la hora en que menos lo espere, lo castigará como se castiga a los sirvientes que no obedecen.

47 »El sirviente que conoce las órdenes de su dueño y no las cumple, recibirá un castigo severo.

48 Pero el sirviente que, sin saberlo, hace algo que merece castigo, recibirá un castigo menor. Dios es bueno con ustedes, y espera que ustedes lo sean con él. Y así como él se muestra muy generoso con ustedes, también espera que ustedes le sirvan con la misma generosidad.

Jesús advierte a sus discípulos

49 »Yo he venido para encender fuego en el mundo.¡Y cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo!

50 Pero primero tengo que pasar por una prueba muy difícil, y sufro mucho hasta que llegue ese momento.

51 ¿Creen ustedes que vine para establecer la paz en este mundo? ¡No! Yo no vine a eso. Vine a causar división.

52 En una familia de cinco, tres estarán en contra de los otros dos.

53 El padre y el hijo se pelearán, la madre y la hija harán lo mismo, y la suegra y la nuera serán enemigas.»

Las señales de Dios

54 Jesús le dijo a la gente:

«Cuando ustedes miran hacia el oeste, y ven una nube en el cielo, dicen: “¡Va a llover!”; y en verdad llueve.

55 Y si ven que sopla viento desde el sur, dicen: “¡Va a hacer calor!”; y así pasa.

56 ¿A quién tratan de engañar? A ustedes les basta mirar el aspecto del cielo y de la tierra para saber si el tiempo será bueno o malo. ¡Pero miran lo que yo hago, y no son capaces de entender que son señales de Dios!

Paz con el enemigo

57 »Elige hacer lo correcto.

58 Si alguien te acusa de hacer algo malo en su contra, arregla el problema con esa persona antes de que te entregue al juez. De lo contrario, el juez le ordenará a un policía que te lleve a la cárcel.

59 Te aseguro que sólo saldrás cuando hayas pagado hasta el último centavo.»

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/12-2224c2d0106880fbca66c1c989582bce.mp3?version_id=176—

San Lucas 13

Cambiar de vida

1 Por aquel tiempo, algunos le dijeron a Jesús que Pilato, el gobernador romano, había mandado matar a varios hombres de la región de Galilea. Esto les había sucedido mientras ellos estaban en el templo ofreciendosacrificiosa Dios.

2 Jesús les dijo:

«¿Creen ustedes que esos hombres murieron porque eran más malos que los demás habitantes de Galilea?

3 ¡De ninguna manera! Y si ustedes no cambian su manera de vivir ni obedecen a Dios, de seguro morirán.

4 Acuérdense de los dieciocho que murieron cuando se les vino encima la torre que se derrumbó en Siloé. ¿Creen ustedes que eso les pasó porque eran más malos que todos los habitantes de Jerusalén?

5 ¡De ninguna manera! Y si ustedes no cambian su manera de vivir ni obedecen a Dios, también morirán.»

La higuera

6 Además, Jesús les puso este ejemplo:

«Un hombre había sembrado una higuera en su viñedo. Un día, fue a ver si el árbol tenía higos, pero no encontró ninguno.

7 Entonces le dijo al encargado del viñedo: “Tres años seguidos he venido a ver si esta higuera ya tiene higos, y nunca encuentro nada. Córtala, pues sólo está ocupando terreno.”

8 El encargado le dijo: “Señor, deje usted la higuera un año más. Aflojaré la tierra a su alrededor, y le pondré abono.

9 Si el próximo año da higos, la dejará vivir; si no, puede ordenar que la corten.”»

Jesús sana a una mujer

10 Unsábado, Jesús estaba enseñando en unasinagoga.

11 Allí había una mujer que tenía dieciocho años de estar jorobada. Unespíritu malola había dejado así, y no podía enderezarse para nada.

12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «¡Mujer, quedas libre de tu enfermedad!»

13 Jesús puso sus manos sobre ella, y en ese momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios.

14 El jefe de la sinagoga se enojó mucho con Jesús, por lo que Jesús había hecho en un día de descanso obligatorio. Por eso, le dijo a la gente que estaba reunida: «La semana tiene seis días para trabajar, y uno para descansar. Ustedes deben venir para ser sanados en uno de esos seis días, pero no en sábado.»

15 Jesús contestó: «¿A quién tratan de engañar? Ustedes llevan a su buey o a su burro a beber agua el día sábado,

16 y esta mujer vale mucho más que un buey o un burro, porque esdescendientede Abraham. SiSatanásla tuvo enferma durante dieciocho años, ¿por qué no podría ser sanada en un día sábado?»

17 Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron avergonzados. El resto de la gente, en cambio, se puso muy feliz al ver las cosas tan maravillosas que Jesús hacía.

La semilla de mostaza

18 Jesús también les dijo:

«¿Cómo les puedo explicar qué es elreino de Dios? ¿Con qué puedo compararlo?

19 Se puede comparar con la semilla de mostaza: Cuando un hombre va y la siembra en su terreno, ella crece y se convierte en un árbol grande, tan grande que hasta los pájaros vienen y hacen nidos en sus ramas.»

La levadura

20 Jesús también les dijo:

«¿Con qué más puedo comparar elreino de Dios?

21 Se puede comparar con lo que sucede cuando una mujer pone un poquito de levadura en un montón de harina. ¡Ese poquito hace crecer toda la masa!»

La entrada estrecha

22 Durante el viaje hacia Jerusalén, Jesús pasaba por los pueblos y aldeas y enseñaba a la gente.

23 Un día, alguien le preguntó:

—Señor, ¿serán pocos los que se van asalvar?

Jesús contestó:

24 «Traten de entrar por la entrada estrecha. Porque muchos querrán entrar alreino de Diosy no podrán.

25 Cuando Dios cierre la puerta, si ustedes están afuera ya no podrán entrar. Tocarán a la puerta y dirán: “¡Señor, ábrenos!” Pero yo les diré: “No sé quiénes sean ustedes, ni de dónde vengan.”

26 Y ustedes dirán: “Nosotros comimos y bebimos contigo; además, tú enseñaste en las calles de nuestro pueblo.”

27 Pero yo les contestaré: “¡Ya les dije que no los conozco! ¡Gente malvada, apártense de mí!”

28 »Ustedes se quedarán afuera, y llorarán y les rechinarán de terror los dientes, porque verán en el reino de Dios a susantepasadosAbraham, Isaac y Jacob, y a losprofetas.

29 De todas partes del mundo vendrán a la gran cena que Dios dará en su reino.

30 Allí, los que ahora son los menos importantes, serán los más importantes. Y los que ahora son importantes, serán los menos importantes.»

Jesús y Herodes

31 En ese momento llegaron unosfariseos, y le dijeron a Jesús:

—¡Huye, porque el rey Herodes Antipas quiere matarte!

32 Jesús les dijo:

# —Vayan y díganle a esa zorraque hoy y mañana estaré expulsandodemoniosy curando a los enfermos, y que el tercer día ya habré terminado.

33 Aunque, en verdad, hoy, mañana y pasado mañana deberé seguir mi viaje hasta llegar a Jerusalén. Después de todo, allí es donde matan a losprofetas.

Jesús llora por la gente de Jerusalén

34 »¡Habitantes de Jerusalén! ¡Ustedes matan a losprofetasy a los mensajeros que Dios les envía! Muchas veces quise protegerlos a ustedes, como la gallina que cuida a sus pollitos debajo de sus alas, pero ustedes no me dejaron.

35 Por eso su templo quedará abandonado. Y les aseguro que no volverán a verme, hasta que digan: “¡BenditoelMesíasque viene en el nombre de Dios!”»

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/13-21a85adc0557cbcfb7011a7b0497e4e2.mp3?version_id=176—

San Lucas 14

Jesús sana a un enfermo

1 Unsábado, Jesús estaba cenando en la casa de un jefe de losfariseos. Todos los que estaban presentes lo vigilaban muy atentos.

2 De pronto, un hombre que tenía las piernas y los brazos hinchados se paró delante de él.

3 Jesús miró a losmaestros de la Leyy a los fariseos, y les preguntó: «¿Se debe, o no se debe sanar a un enfermo el día de descanso?»

4 Ellos se quedaron callados.

Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió.

5 Después, les preguntó a los que estaban presentes: «Si uno de sus hijos, o uno de sus bueyes, se cayera en un pozo, ¿no es cierto que lo sacarían de inmediato, aunque fuera sábado?»

6 Pero ellos no pudieron decir nada.

Los invitados a la cena

7 Jesús se había dado cuenta de que los invitados a la cena llegaban y se sentaban en los mejores lugares. Por eso les dio este consejo:

8 «Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el mejor lugar. Porque si llega alguien más importante que tú,

9 el que te invitó te dirá: “Dale tu puesto a este otro invitado.” Eso sería muy vergonzoso para ti, y tendrías que sentarte en el último lugar.

10 »Por eso, cuando alguien te invite, busca el último puesto. Así, cuando llegue el que te invitó, te dirá: “Amigo, ven siéntate aquí; este lugar es mejor.” De esa manera, recibirás honores delante de los demás invitados.

11 El que se crea superior a los demás, será puesto en el lugar menos importante. El que es humilde será puesto en un lugar más importante.»

12 Luego, Jesús le dijo al hombre que lo había invitado:

«Cuando hagas una fiesta o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus otros familiares, ni a tus vecinos más ricos. Si haces eso, también ellos te invitarán a ti, y de esa manera te recompensarán por haberlos invitado.

13 En el futuro, cuando hagas una fiesta, invita a los pobres, a los tullidos, a los cojos y a los ciegos.

14 Ellos no podrán darte nada a cambio, pero Dios tebendecirá. Él te dará un premio cuandoresucitentodos los que practican la justicia.»

La gran cena

15 Al oír esto, uno de los invitados le dijo a Jesús:

—¡Labendiciónmás grande será participar en la gran fiesta delreino de Dios!

16 Jesús le respondió:

—En cierta ocasión, un hombre organizó una gran cena e invitó a mucha gente.

17 Cuando llegó la hora, envió a su sirviente para que llamara a los invitados y les dijera: “Vengan, ya todo está listo.”

18 »Pero cada uno de los invitados dio una excusa, y rechazó la invitación. Uno dijo: “Dile a tu amo que por favor me disculpe, pues acabo de comprar un terreno y necesito ir a verlo.”

19 »Otro dijo: “Le ruego que me disculpe, pues hoy compré cinco yuntas de bueyes y tengo que probarlas.”

20 »Otro más dijo: “Acabo de casarme; dile que no puedo ir.”

21 »El sirviente regresó y le contó a su amo todo esto. El amo se enojó mucho y le dijo: “Ve enseguida a las calles y callejones de la ciudad, y trae a cenar a los pobres, a los tullidos, a los ciegos y a los cojos.”

22 »Cuando el sirviente regresó, le dijo: “Señor, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía queda lugar en la casa.”

23 »El amo le ordenó: “Ve por las calles y callejones, y obliga a la gente a entrar. Quiero que mi casa se llene.

24 Pero ninguno de los que invité la primera vez probará un bocado de mi cena.”»

Condiciones para ser discípulo de Jesús

25 Una gran cantidad de gente caminaba con Jesús. De pronto, él se volvió y les dijo:

26 «Si alguno de ustedes quiere ser midiscípulo, tendrá que amarme más que a su padre o a su madre, más que a su esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos o a sus hermanas. Ustedes no pueden seguirme, a menos que me amen más que a su propia vida.

27 Si ustedes no están dispuestos a morir en una cruz, y a hacer lo que yo les diga, no pueden ser mis discípulos.

28 »Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿qué es lo primero que hace? Pues se sienta a pensar cuánto va a costarle, para ver si tiene suficiente dinero.

29 Porque si empieza a construir la torre y después no tiene dinero para terminarla, la gente se burlará de él.

30 Todo el mundo le dirá: “¡Qué tonto eres! Empezaste a construir la torre, y ahora no puedes terminarla.”

31 »¿Qué hace un rey que sólo tiene diez mil soldados, para defenderse de otro rey que lo va a atacar con veinte mil? Primero tendrá que ver si puede ganar la batalla con sólo diez mil soldados.

32 Y si ve que no puede ganar, aprovecha que el otro rey todavía está lejos y manda mensajeros a pedir la paz.

33 »Por eso, piénsenlo bien. Si quieren ser mis discípulos, tendrán que abandonar todo lo que tienen.

La sal del mundo

34-35 »La sal es buena, pero cuando pierde sus capacidades se tira a la basura, pues ya no sirve ni para el horno de barro ni para hacer combustible con el estiércol.¡Si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!»

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/14-073d3ff270ac4138751b02757e2aee62.mp3?version_id=176—

San Lucas 15

La oveja

1 Mientras Jesús enseñaba, se le acercaron muchos de los que cobrabanimpuestospara el gobierno de Roma, y también otras personas a quienes losfariseosconsideraban gente de mala fama.

2 Al ver esto, los fariseos y losmaestros de la Leycomenzaron a criticar a Jesús, y decían: «Este hombre es amigo de lospecadores, y hasta come con ellos.»

3 Al oír eso, Jesús les puso este ejemplo:

4 «Si alguno de ustedes tiene cien ovejas, y se da cuenta de que ha perdido una, ¿acaso no deja las otras noventa y nueve en el campo y se va a buscar la oveja perdida?

5 Y cuando la encuentra, la pone en sus hombros

6 y vuelve muy contento con ella. Después llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “¡Vengan a mi casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la oveja que había perdido!”

7 »De la misma manera, hay más alegría allá en el cielo por una de estas personas que se vuelve a Dios, que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan volverse a él.»

La moneda

8 Jesús les puso otro ejemplo:

«¿Qué hará una mujer que, con mucho cuidado, ha guardado diez monedas, y de pronto se da cuenta de que ha perdido una de ellas? De inmediato prenderá las luces y se pondrá a barrer la casa, y buscará en todos los rincones, hasta encontrarla.

9 Y cuando la encuentre, invitará a sus amigas y vecinas y les dirá: “¡Vengan a mi casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la moneda que había perdido!”

10 »De la misma manera, losángelesde Dios hacen fiesta cuando alguien se vuelve a Dios.»

El padre amoroso

11 Jesús también les dijo:

«Un hombre tenía dos hijos.

12 Un día, el hijo más joven le dijo a su padre: “Papá, dame la parte de tu propiedad que me toca como herencia.” Entonces el padre repartió la herencia entre sus dos hijos.

13 »A los pocos días, el hijo menor vendió lo que su padre le había dado y se fue lejos, a otro país. Allá se dedicó a darse gusto, haciendo lo malo y gastando todo el dinero.

14 »Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre.

15 Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca.

16 Al joven le daban ganas de comer aunque fuera la comida con que alimentaban a los cerdos, pero nadie se la daba.

17 »Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.

18 Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él.

19 Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.”

20 Entonces regresó a la casa de su padre.

»Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos.

21 El joven empezó a decirle: “¡Papá, me he portado muy mal contra Dios y contra ti! ¡Ya no merezco ser tu hijo!”

22 »Pero antes de que el muchacho terminara de hablar, el padre llamó a los sirvientes y les dijo: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo. Pónganle un anillo, y también sandalias.

23 ¡Maten el ternero más gordo y hagamos una gran fiesta,

24 porque mi hijo ha regresado! Es como si hubiera muerto, y ha vuelto a vivir. Se había perdido y lo hemos encontrado.”

»Y comenzó la fiesta.

25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando regresó, se acercó a la casa y oyó la música y el baile.

26 Llamó a uno de los sirvientes y le preguntó: “¿Qué pasa?”

27 »El sirviente le dijo: “Es que tu hermano ha vuelto sano y salvo, y tu papá mandó matar el ternero más gordo para hacer una fiesta.”

28 »Entonces el hermano mayor se enojó mucho y no quiso entrar. Su padre tuvo que salir a rogarle que entrara.

29 Pero él, muy enojado, le dijo: “He trabajado para ti desde hace muchos años, y nunca te he desobedecido; pero a mí jamás me has dado siquiera un cabrito para que haga una fiesta con mis amigos.

30 ¡Y ahora que vuelve ese hijo tuyo, después de malgastar todo tu dinero con prostitutas, matas para él el ternero más gordo!”

31 »El padre le contestó: “¡Pero hijo! Tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.

32 ¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto, pero ha vuelto a vivir; como si se hubiera perdido, pero lo hemos encontrado.”»

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/15-05d40b1d16ea641c9914c4f567e55a8c.mp3?version_id=176—

San Lucas 16

El empleado astuto

1 Jesús también les dijo a susdiscípulos:

«Había una vez un hombre muy rico, que tenía un empleado encargado de cuidar todas sus riquezas; pero llegó a saber que ese empleado malgastaba su dinero.

2 Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es todo esto que me han dicho de ti? Preséntame un informe de todo mi dinero y posesiones, porque ya no vas a trabajar más para mí.”

3 »El empleado pensó: “Ahora que mi patrón me despide del trabajo, ¿qué voy a hacer? No soy fuerte para hacer zanjas, y me da vergüenza pedir limosna.

4 ¡Ya sé lo que haré, para que algunos me reciban en sus casas cuando me despidan!”

5 »El empleado llamó a cada uno de los que le debían algo a su patrón, y al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi patrón?”

6 Aquel hombre contestó: “Le debo cien barriles de aceite de oliva.” El empleado le dijo: “Aquí está tu cuenta. Rápido, siéntate y, en lugar de cien barriles, anota cincuenta.”

7 Luego le preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto le debes a mi patrón?” Ese hombre respondió: “Diez mil kilos de trigo.” El empleado le dijo: “Toma tu cuenta y anota ocho mil kilos.”

8 »Al saber esto, el patrón felicitó al empleado deshonesto por ser tan astuto. Y es que, para atender sus propios negocios, la gente de este mundo es más astuta que los hijos de Dios.

9 »Por eso a ustedes, que son mis discípulos, yo les aconsejo que usen el dinero obtenido en forma deshonesta para ganar amigos. Así, cuando se les acabe ese dinero, Dios los recibirá en el cielo.

10 »Al que cuida bien lo que vale poco, también se le puede confiar lo que vale mucho. Y el que es deshonesto con lo de poco valor, también lo será con lo de mucho valor.

11 Si a ustedes no se les puede confiar algo que vale tan poco, como el dinero ganado deshonestamente, ¿quién les confiará lo que sí es valioso?

12 Y si no se les puede confiar lo que es de otra persona, ¿quién les dará lo que será de ustedes?

13 »Nadie puede ser esclavo de dos amos, porque preferirá a uno más que a otro. Y si obedece a uno, desobedecerá al otro. No se puede servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.»

Otras enseñanzas de Jesús

14 A losfariseosles gustaba mucho el dinero. Por eso, cuando escucharon todo lo que Jesús decía, se burlaron de él.

15 Entonces Jesús les dijo:

«Ustedes tratan de aparecer delante de los demás como personas muy honestas, pero Dios los conoce muy bien. Lo que la mayoría de la gente considera de mucho valor, para Dios no vale nada.

16 »Hasta la época de Juan el Bautista, la gente ha tenido que obedecer laLeyy la enseñanza de losProfetas. Desde entonces, se anuncian lasbuenas noticiasdelreino de Dios, y todos luchan por entrar en él.

17 »Sin embargo, es más fácil que desaparezcan el cielo y la tierra, a que deje de cumplirse el detalle más insignificante de laLey.

18 »Si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer, cometepecado, porque es infiel en el matrimonio. Si un hombre se casa con una mujer divorciada, también comete pecado.»

Lázaro y el hombre rico

Jesús también dijo:

19 «Había una vez un hombre muy rico, que vestía ropas muy lujosas. Hacía fiestas todos los días, y servía las comidas más caras.

20 En cambio, junto a la entrada de su casa había un hombre pobre, llamado Lázaro, que tenía la piel llena de llagas. Unas personas lo sentaban siempre allí,

21 y los perros venían a lamerle las llagas. Este pobre hombre tenía tanta hambre que deseaba comer, por lo menos, las sobras que caían de la mesa del hombre rico.

22 »Un día, el hombre pobre murió y losángeleslo pusieron en el sitio de honor, junto a suantepasadoAbraham. Después murió también el hombre rico, y lo enterraron.

23 Cuando ya estaba en elinfierno, donde sufría muchísimo, el que había sido rico vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro sentado junto a él.

24 »Entonces llamó a Abraham y le dijo: “¡Abraham, antepasado mío, compadécete de mí! Ordénale a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y me refresque la lengua. Sufro muchísimo con este fuego.”

25 Pero Abraham le respondió: “Tú eres midescendiente, pero recuerda que, cuando ustedes vivían, a ti te iba muy bien y a Lázaro le iba muy mal. Ahora, él es feliz aquí, mientras que a ti te toca sufrir.

26 Además, a ustedes y a nosotros nos separa un gran abismo, y nadie puede pasar de un lado a otro.”

27 El hombre rico dijo: “Abraham, te ruego entonces que mandes a Lázaro a la casa de mi familia.

28 Que avise a mis cinco hermanos que, si no dejan de hacer lo malo, vendrán a este horrible lugar.”

29 Pero Abraham le contestó: “Tus hermanos tienen laBiblia. ¿Por qué no la leen? ¿Por qué no la obedecen?”

30 El hombre rico respondió: “Abraham, querido antepasado, ¡eso no basta! Pero si alguno de los muertos va y habla con ellos, te aseguro que se volverán a Dios.”

31 Abraham le dijo: “Si no hacen caso de lo que dice la Biblia, tampoco le harán caso a un muerto que vuelva a vivir.”»

—https://d1b84921e69nmq.cloudfront.net/439/32k/LUK/16-8986987d8c3a84e3878aa0b9bf986ca2.mp3?version_id=176—