Isaías 64

1-2 El pueblo de Israel continuó su oración:

«¡Dios nuestro,

cómo quisiéramos

que abrieras el cielo y bajaras,

haciendo temblar las montañas

con tu presencia!

Así tus enemigos te reconocerían

como el único Dios.

»¡Cómo quisiéramos

que bajaras como el fuego

que hace hervir el agua

y quema la paja!

Así las naciones temblarían ante ti.

3 »Tus terribles hechos

nos dejaron sorprendidos;

por eso hasta las montañas

temblaron ante ti.

4 »Jamás se ha escuchado

ni se ha visto que otro dios

haya hecho grandesmilagros

a favor de los que en él confían.

5 A ti te agradan

los que hacen el bien con alegría

y se acuerdan de obedecerte.

»Tú estás enojado

porque desde hace tiempo

hemospecadoy te hemos ofendido.

6 Aun nuestras mejores obras

son como un trapo sucio;

hemos caído como hojas secas,

y nuestros pecados

nos arrastran como el viento.

7 No hay nadie que teadore

ni haga nada para apoyarse en ti.

Somos unos malvados;

por eso te has escondido

y nos has abandonado.

8 »Dios, tú eres nuestro padre;

nosotros somos el barro

y tú eres el alfarero:

¡tú eres nuestro creador!

9 »Dios, no te enojes demasiado

ni te acuerdes todo el tiempo

de nuestros pecados:

¡mira que somos tu pueblo!

10 Las ciudades de tu pueblo elegido

son ahora un desierto;

Jerusalén está en ruinas,

completamente destruida.

11 »Nuestro grandioso santuario,

donde nuestros padres te alababan,

ha sido destruido por el fuego.

¡Todo lo que tanto queríamos

ha quedado en ruinas!

12 »Y ahora, Dios nuestro,

no te quedes sin hacer nada;

no te quedes callado

ni nos humilles más».

Isaías 65

Dios condena la idolatría

1 Dios dijo:

«Yo he salido al encuentro

de gente que no me buscaba;

a un pueblo que no me había llamado,

yo le dije: “Aquí estoy”.

2 Siempre he estado dispuesto

a recibir a ese pueblo rebelde,

que va por malos caminos

y sigue sus propios caprichos.

3 Ese pueblo siempre me ofende:

ofrecesacrificiosa losídolos

y quemainciensosobre unos ladrillos.

4 »Este pueblo se sienta en los sepulcros

y pasa la noche en las cuevas

para rendirles culto a sus muertos;

hasta come carne de cerdo

y llena sus ollas con el caldo

que ha ofrecido a los ídolos.

5 »Este pueblo anda diciendo:

“No se metan con nosotros;

somos un pueblo elegido por Dios”.

»Pero son un pueblo tan molesto

como el humo en las narices,

como un fuego que arde todo el día.

6 Por eso llevo la cuenta

de todo lo que hace,

y no me quedaré callado,

sino que le daré su merecido.

7 »Castigaré a este pueblo

por todos los crímenes que ha cometido.

Me ofendió grandemente

al quemar incienso a los ídolos

sobre los montes y las colinas.

Por eso, ajustaremos cuentas,

y le daré su merecido.

Les juro que así será».

Dios da a cada uno su merecido

8 Dios también dijo:

«Cuando las uvas están jugosas,

la gente no las desecha,

porque puede sacar mucho vino.

Por eso yo,

por amor a mis servidores,

no destruiré a toda la nación.

9 Haré que Israel y Judá

tengan muchosdescendientes,

y que habiten esta tierra

llena de colinas y montañas.

Mis elegidos poseerán la tierra,

mis servidores habitarán allí.

10 En la llanura de Sarón

habrá muchas ovejas,

y en el valle de Acor

pastará el ganado

que tendrá mi pueblo fiel.

11 »Pero a ustedes,

que se apartan de mí,

que se olvidan de mi templo,

y ofrecen comida y vino

a los dioses de la buena fortuna

y del destino,

12 no les espera nada bueno.

Porque yo los llamé

y ustedes no me respondieron,

les hablé y no me obedecieron;

hicieron lo que no me gusta,

y eligieron lo que no me agrada».

13 Dios también dijo:

«Mis fieles seguidores tendrán comida,

pero ustedes,

los que se apartan de mí,

sentirán hambre;

mis seguidores tendrán agua,

pero ustedes tendrán sed.

»Mis seguidores se alegrarán,

pero ustedes quedarán avergonzados.

14 Ellos cantarán con el corazón alegre,

mientras que ustedes gritarán y llorarán

con el corazón hecho pedazos.

15 »A mis seguidores les daré

un nombre hermoso;

en cambio, el nombre de ustedes

se usará para maldecir a otros.

16 »Yo soy un Dios fiel,

y prometo que mis fieles seguidores

dejarán de sufrir.

Todo el que pida

unabendiciónen el país,

la pedirá en mi nombre,

porque yo cumplo lo que prometo;

y todo el que haga un juramento

jurará en mi nombre,

porque yo cumplo mis juramentos».

El cielo nuevo y la tierra nueva

17-18 Dios dijo:

«Llénense de alegría,

porque voy a crear algo nuevo.

Voy a crear un cielo nuevo

y una tierra nueva.

Todo lo del pasado será olvidado,

y nadie lo recordará más.

»Voy a crear una nueva Jerusalén;

será una ciudad feliz

y en ella vivirá un pueblo alegre.

19 Yo mismo me alegraré con Jerusalén

y haré fiesta con mi pueblo.

En Jerusalén no habrá más llanto

ni se oirán gritos de angustia.

20 »No habrá niños

que mueran al nacer,

ni ancianos que mueran

antes de tiempo.

Morir a los cien años

será morir joven;

no llegar a esa edad

será una maldición.

21-22 »Mi pueblo construirá casas,

y vivirá en ellas;

sembrará viñedos y campos de trigo,

y comerá pan y beberá vino.

Mi pueblo tendrá una larga vida,

y podrá disfrutar del trabajo de sus manos.

23 »Mi pueblo no trabajará en vano,

ni sus hijos morirán antes de tiempo.

Porque yo losbendeciré

a ellos, a sus hijos y a sus nietos.

24 Antes de que me llamen,

yo les responderé;

antes de que terminen de hablar,

ya los habré escuchado.

25 »El lobo y el cordero comerán juntos,

el león comerá pasto como el buey,

y la serpiente sólo comerá tierra.

No habrá en toda Jerusalén

nadie que haga daño a los demás.

Les juro que así será».

Isaías 66

Dios es el creador

1 Dios dijo:

«El cielo es mi trono;

sobre la tierra apoyo mis pies.

Nadie puede hacerme una casa

donde pueda descansar.

2 Yo hice todo lo que existe,

y todo me pertenece».

El culto que desagrada a Dios

Dios continuó diciendo:

«Yo miro con bondad

a los pobres y afligidos

que respetan mi palabra.

3 Pero hay gente que meadora

ofreciendo un toro ensacrificio,

y después sale y mata a una persona.

»Hay gente que me sacrifica una oveja

y ofrece a losídolosun perro.

Hay gente que me presenta

ofrendasde cereales

y luego me ofende

ofreciendo a los ídolos sangre de cerdos.

Hay gente que me honra conincienso

y luegobendicea un ídolo.

»Esa gente hace lo que quiere,

porque así lo ha decidido;

4 pero también yo decidiré

con qué desgracias castigarlos.

»Llamé, y nadie me respondió;

hablé, y nadie me obedeció;

hicieron lo que no me gusta

y eligieron lo que no me agrada».

La nueva Jerusalén

5 Isaías dijo:

«Ustedes queadorana Dios,

escuchen su mensaje:

“Algunos de sus compatriotas,

que les tienen mucho odio

porque me adoran,

dicen burlonamente:

‘Que Dios muestre su poder,

a ver si se ponen contentos’.

¡Pero esos que los odian

serán avergonzados!

6 ”Una voz resuena en la ciudad,

una voz se oye desde el templo:

es mi voz,

que reprende a sus enemigos.

7 ”Jerusalén ha dado a luz

antes de sentir dolores de parto.

8 ¿Quién ha oído algo parecido?

¿Quién ha visto algo semejante?

Una nación no nace en un solo día.

Un pueblo no surge de repente.

En cambio la ciudad de Jerusalén,

sí nació en un día.

9 Yo no iba a impedirlo,

porque soy el Dios de la vida.

Les juro que así es”».

La felicidad de Israel

10 Dios dijo:

«Ustedes, los que aman a Jerusalén,

y han llorado con ella,

alégrense ahora y únanse a su alegría.

11 »Así Jerusalén, como una madre,

les dará un alimento delicioso,

y los dejará satisfechos.

12 Yo soy el único Dios;

yo haré que la paz

y las riquezas de las naciones

lleguen hasta Jerusalén

como un río desbordado.

»Jerusalén los llevará en sus brazos,

los alimentará y les mostrará su cariño.

13 »Yo, por mi parte,

los consolaré a ustedes,

como una madre consuela a su hijo.

Así ustedes recibirán consuelo

en la ciudad de Jerusalén».

14 Isaías dijo:

«Cuando vean todo esto,

el corazón se les llenará de alegría

y tendrán nuevas fuerzas.

Porque Dios mostrará

su poder entre sus seguidores

y su enojo entre sus enemigos.

15 Dios llegará en medio del fuego;

sus carros son como un torbellino.

Dios descargará su enojo;

su castigo será como fuego ardiente.

16 Dios juzgará al mundo entero

con el fuego y con la espada,

y serán muchos los muertos».

17-19 Dios dijo:

«Hay gente que entra en los jardines,

y allíadoraa losídolos.

Otros comen carne de cerdo, de ratas

y de otros animalesimpuros.

Pero yo sé bien

lo que esa gente hace y piensa;

por eso, de un solo golpe,

los castigaré.

»Yo mismo vendré,

y les daré una señal

a los que aún queden vivos.

Los enviaré a los pueblos y naciones

para que hablen de mi poder.

Los enviaré a Tarsis,

a Libia y a Lidia,

a Tubal y a Grecia,

y a los más lejanos países del mar.

20 »Ellos harán venir de las naciones

a todos los sobrevivientes de mi pueblo.

A unos los traerán a caballo,

a otros en carruajes,

a lomo de mulas o en camellos.

Serán unaofrendaespecial para mí.

Los traerán hasta Jerusalén

como los israelitas

traen sus ofrendas a mi templo.

Les juro que así será».

21 Dios siguió diciendo:

«A algunos de ellos los elegiré

para que seansacerdotes

y ayudantes en el templo.

22 »La descendencia y el nombre de ustedes

permanecerán para siempre,

así como permanecerán

el cielo nuevo y la tierra nueva

que yo voy a crear.

23-24 »El primer día de cada mes,

y el díasábado, de cada semana,

todos vendrán a adorarme.

»Cuando mi pueblo salga,

verá en el suelo los cadáveres

de los que se rebelaron contra mí.

Allí los gusanos nunca mueren,

y el fuego nunca se apaga.

»¡El mundo entero lo verá

y se llenará de espanto!

Les juro que así será».

Cantares 1

1 Éste es el poema más hermoso de Salomón.

Primer canto

La novia

2 ¡Ay, amado mío,

cómo deseo que me beses!

Prefiero tus caricias,

más que el vino;

3 prefiero disfrutar

del aroma de tus perfumes.

Y eso eres tú:

¡perfume agradable!

¡Ahora me doy cuenta

por qué te aman las mujeres!

4 ¡Vamos, date prisa

y llévame contigo!

¡Llévame ya a tus habitaciones,

rey de mi vida!

Por ti haremos fiesta,

por ti estaremos alegres;

nos olvidaremos del vino

y disfrutaré de tus caricias.

¡Ahora me doy cuenta

por qué las mujeres te aman tanto!

5 ¡Mujeres de Jerusalén!

Yo soy morena, sí,

como las tiendas de Quedar.

Y soy también hermosa,

como las cortinas de Salomón.

6 No se fijen en mi piel morena,

pues el sol la requemó.

Mis hermanos se enojaron contra mí,

y me obligaron a cuidar sus viñas,

¡y así mi propia viña descuidé!

7 Cuéntame, amor de mi vida,

¿a dónde llevas tus rebaños?

A la hora de la siesta,

¿dónde los haces descansar?

No tengo por qué andar

como una vagabunda;

¡no tengo por qué buscarte

entre los rebaños de tus amigos!

Los pastores

8 Si acaso no lo sabes,

mujer bella entre las bellas,

sigue las huellas del rebaño

y lleva a pastar tus cabritos

junto a las carpas de los pastores.

El novio

9 Amada mía,

tu andar tiene la gracia

del trote de las yeguas

que tiran del carro del rey.

10 ¡Preciosas se ven tus mejillas

en medio de tus trenzas!

¡Bellísimo luce tu cuello

entre tan bellos collares!

11 ¡Voy a regalarte

joyas de oro,

incrustadas de plata!

La novia

12 Mientras el rey se recuesta,

mi perfume esparce su fragancia.

13 Mi amado es para mí

como el saquito perfumado

que llevo entre mis pechos.

14 Mi amado es para mí

como un ramito de flores

de las viñas de En-gadi.

El novio

15 ¡Tú eres bella, amada mía;

eres muy bella!

¡Tus ojos son dos luceros!

La novia

16 ¡Tú eres hermoso, amado mío!

¡Eres un hombre encantador!

Los novios

La verde hierba será

nuestro lecho de bodas,

17 y a la sombra de los cedros

pondremos nuestro nido de amor.

Cantares 2

La novia

1 Yo soy una flor

de los llanos de Sarón;

soy una rosa de los valles.

El novio

2 Mi amada es una rosa

entre las espinas.

La novia

3 Mi amado es un manzano

entre árboles silvestres.

¡Me muero por sentarme a su sombra

y saborear sus deliciosos frutos!

4 Mi amado me llevó

a la sala de banquetes,

y allí me cubrió de besos.

5 ¡Denme a comer uvas!

¡Denme a comer manzanas!

¡Ayúdenme a recobrar las fuerzas,

que me estoy muriendo de amor!

6 ¡Que ponga él su brazo izquierdo

debajo de mi cabeza!

¡Que me apriete contra su cuerpo

con el brazo derecho!

El novio

7 Mujeres de Jerusalén,

quiero que me prometan,

por las gacelas y venaditas

que corren por los bosques,

que no molestarán a mi amada

ni la despertarán de su sueño de amor

hasta que ella sola se despierte.

Segundo canto

La novia

8 ¡Oigo la voz de mi amado!

¡Ya lo veo venir!

Viene saltando por las colinas,

viene brincando por las montañas.

9 Mi amado es como un cabrito.

¡Allí está, tras el muro!

¡Se asoma por las ventanas,

me espía por las rejas!

10 Mi amado me dijo:

«Acompáñame, amada mía;

¡ven conmigo, bella mujer!

11 El invierno ya se ha ido;

las lluvias han terminado.

12 Ya hay flores en los campos;

ha llegado el tiempo de cantar.

¡El arrullo de las tórtolas

se escucha en nuestra tierra!

13 En las higueras hay higos,

y las flores de las viñas

esparcen suave aroma.

Acompáñame, amada mía;

¡ven conmigo, bella mujer!»

El novio

14 Palomita amada,

no te escondas en las rocas.

Muéstrame tu rostro,

déjame oír tu voz.

¡Tu voz es dulce!

¡Tu rostro es bello!

Los novios

15 Las zorras pequeñas

causan daño a nuestras viñas.

¡Ayúdennos a atraparlas,

pues nuestras viñas están en flor!

La novia

16 Mi amado es mío,

y yo soy suya;

mi amado cuida de su rebaño

entre las rosas.

17 Regresa a mí, amado mío,

mientras sopla todavía

la brisa de la tarde,

y las sombras van cayendo.

¡Corre como un venado!

¡Corre como cabrito

por las colinas que nos separan!

Cantares 3

1 En la oscuridad de la noche

busco al amor de mi vida.

En la soledad de mi cuarto

lo busco y no lo encuentro.

2 Me levanto,

recorro la ciudad,

voy por calles y mercados,

buscando al amor de mi vida.

Lo busco y no lo encuentro.

3 Me topo con los guardias,

con los que vigilan la ciudad,

y les pregunto si han visto

al amor de mi vida.

4 Apenas los dejo,

encuentro al amor de mi vida.

Lo abrazo,

no lo suelto,

lo llevo a mi casa,

¡lo hago entrar

en la habitación donde nací!

El novio

5 Mujeres de Jerusalén,

quiero que me prometan,

por las gacelas y venaditas

que corren por el bosque,

que no molestarán a mi amada

ni la despertarán de su sueño de amor

hasta que ella sola se despierte.

Tercer canto

Los amigos

6 ¡Algo viene por el desierto!

¿Qué podrá ser?

Parece una columna de humo

que avanza entre aromas

de flores,inciensoy perfumes.

7 ¡Pero si es Salomón,

y viene en su carruaje real!

Lo escoltan sesenta valientes,

¡los mejores soldados de Israel!

8 Armados con espadas,

son maestros en el combate;

todos llevan la espada lista

por causa de los peligros

que presenta la noche.

9 Este carruaje fue hecho

con finas maderas del Líbano.

Salomón mismo lo mandó hacer.

10 Ordenó que le pusieran

columnas de plata,

soportes de oro,

y un asiento de tela púrpura.

Las mujeres de Jerusalén

decoraron su interior

con gran delicadeza.

11 ¡Salgan, mujeres de Jerusalén!

¡Vengan a ver al rey Salomón!

Lleva puesta la corona

que su propia madre le hizo

para el día de su boda,

¡para el día más feliz de su vida!

Cantares 4

El novio

1 ¡Eres bella, amada mía!

¡Eres sumamente bella!

Son tus ojos dos palomas

que se asoman tras el velo.

Son tus negros cabellos

cabritos que juguetean

en los montes de Galaad.

2 Son blancos tus dientes,

como ovejas recién bañadas

listas para la trasquila.

3 Son rojos tus labios

cual cinta escarlata,

y melodiosas tus palabras.

Tus mejillas, tras el velo,

son rojas como manzanas.

4 Tu cuello me recuerda

a la torre de David,

hecha de piedras labradas

y adornada con mil escudos

de valientes guerreros.

5 Tus pechos son dos gacelas,

¡son dos gacelas

que pastan entre las rosas!

6 Mientras sopla todavía

la brisa de la tarde,

y las sombras van cayendo,

subiré a la colina

de las suaves fragancias.

7 ¡Qué bella eres, amada mía!

¡Todo en ti es perfecto!

8 ¡Vamos, novia mía,

baja del Líbano conmigo!

Baja de las cumbres de los montes,

baja de las cuevas de los leones,

de los montes de los leopardos.

9 Amada mía,

desde que me miraste

mi corazón te pertenece.

Es tuyo desde que lo envolviste

entre los hilos de tu collar.

10 ¡Qué dulces son tus caricias,

amada mía!

¡Son más dulces que el vino!

¡Más fragantes tus perfumes

que todas las especias!

11 Son tus labios un panal,

amada mía;

de tu lengua brotan leche y miel.

Hay en tus vestidos

la dulce fragancia

de los bosques del Líbano.

12 Tú eres un jardín cerrado,

amada mía;

eres un jardín cerrado,

¡eres sellado manantial!

13 El paraíso de tus pechos

es un huerto de manzanos.

Hay en él nardos y azahares,

14 los más variados aromas,

y las más finas especias.

15 Eres la fuente de los jardines,

¡el manantial de agua viva

que baja del monte Líbano!

La novia

16 ¡Despierta, viento del norte!

¡Ven acá, viento del sur!

¡Soplen sobre mi jardín

y esparzan su fragancia!

¡Ven a tu jardín, amado mío,

y prueba sus deliciosos frutos!

Cantares 5

El novio

1 Ya estoy dentro de mi jardín,

amada mía;

y encuentro en él bálsamo ymirra.

Allí pruebo la miel de mi panal,

y bebo vino y leche.

Los pastores

¡Vamos, amigos,

coman y beban!

¡Queden saciados de amor!

Cuarto canto

La novia

2 En medio de mis sueños

mi corazón despertó

y alcancé a oír una voz.

Era la voz de mi amado,

que estaba a la puerta:

El novio

«Amada mía;

mi preciosa palomita,

¡déjame pasar!

Tengo la cabeza bañada en rocío;

¡me corre por el cabello

la lluvia de la noche!»

La novia

3 «Pero ya me quité la ropa,

¡tendría que volver a vestirme!

Ya me lavé los pies;

¡me los ensuciaría de nuevo!»

4 Mi amado metió la mano

por un hoyo de la puerta;

¡todo mi ser se estremeció!

5 Salté de la cama

para abrirle a mi amado;

¡por las manos y los dedos

me corrían gotas de perfume,

y caían sobre la aldaba!

6 Al oír la voz de mi amado,

sentí que me moría.

Le abrí la puerta,

pero él se había marchado;

¡ya no estaba allí!

Me dispuse a seguirlo:

lo busqué y no lo encontré;

lo llamé y no me respondió.

7 Me topé con los guardias,

con los que vigilan la ciudad;

y ellos me hirieron, me golpearon,

¡y me dejaron desnuda!

8 Mujeres de Jerusalén,

quiero que me prometan

que, si encuentran a mi amado,

le digan que…

¡Que me estoy muriendo de amor!

Las mujeres de Jerusalén

9 ¿Qué tiene de especial tu amado,

mujer bella entre las bellas?

¿En qué es diferente tu amado

del resto de los hombres,

que nos pides tales promesas?

La novia

10 Tan elegante es mi amado,

y tan rosada es su piel,

que entre diez mil hombres

es fácil reconocerlo.

11 Su cabeza es oro puro;

sus cabellos son rizados

y negros como un cuervo.

12 Sus ojos son dos palomas

bañadas en leche

y sentadas junto a los arroyos.

13 Sus mejillas son un huerto

de hierbas aromáticas.

Sus labios parecen rosas,

y por ellos corre miel.

14 Por brazos tiene

un par de barras de oro

adornadas con topacios.

Su cuerpo es tan terso

como el pulido marfil,

y lo adorna un cielo de zafiros.

15 Son sus poderosas piernas,

dos pilares de mármol

apoyados sobre bases de oro puro.

Su presencia es majestuosa

como los cedros del Líbano.

16 Hay dulzura en sus labios;

¡es un hombre encantador!

¡Así es mi amado,

mujeres de Jerusalén!

¡Así es mi amado!

Cantares 6

Las mujeres de Jerusalén

1 Dinos entonces,

mujer bella entre las bellas,

¿a dónde se ha ido tu amado?

¿Qué rumbo tomó?

¡Vamos juntas a buscarlo!

La novia

2 Mi amado ha venido a su jardín,

al huerto de hierbas aromáticas,

para juguetear entre las flores

y para cortar rosas.

3 Yo soy de mi amado,

y mi amado es mío;

mi amado cuida de su rebaño

entre las rosas.

Quinto canto

Cántico del novio

4 Eres bella, amada mía;

bella como la ciudad de Tirsá,

hermosa como Jerusalén,

majestuosa como las estrellas.

5 ¡Por favor, ya no me mires,

que tus ojos me conquistaron!

Son tus negros cabellos

cabritos que juguetean

en los montes de Galaad.

6 Son tus blancos dientes

cabritas recién bañadas.

Son perfectos,

no te falta ninguno.

7 Tus mejillas, tras el velo,

son rojas como manzanas.

8 Puede haber sesenta reinas,

y más de ochenta mujeres;

9 pero mi palomita amada

es una mujer singular;

¡es una mujer perfecta!

Es la hija preferida de su madre.

Hasta las mujeres mismas

la ven y la felicitan;

reinas y princesas

no se cansan de alabarla.

Los amigos

10 ¿Y quién es esta hermosura?

Es admirable, como la aurora;

bella es, como la luna,

y esplendorosa como el sol;

¡majestuosa como las estrellas!

La novia

11 Bajé al jardín de los nogales

para ver las nuevas flores del valle,

los retoños de las vides

y los manzanos en flor.

12 Pero, antes de darme cuenta,

¡mi pasión me condujo

hasta el carro de mi príncipe!

Los amigos

13 Danza, Sulamita;

danza para nosotros:

¡queremos verte danzar!

La novia

¿Por qué me quieren ver danzar?

¿Por qué quieren que baile en público?

Cantares 7

El novio

1 Princesa mía,

lucen bellos tus pies

en las sandalias.

Las curvas de tus caderas

son la obra maestra

de un experto joyero.

2 Tu ombligo es una copa

llena del mejor vino.

Tu vientre, un montón de trigo

rodeado de rosas.

3 Tus pechos son dos gacelas,

4 tu cuello me recuerda

a una torre de marfil.

Tienen tus ojos el brillo

de los manantiales de Hesbón.

Afilada es tu nariz,

como la torre del Líbano

orientada hacia Damasco.

5 Tu cabeza sobresale

como la cumbre del monte Carmelo;

hilos de púrpura

parecen tus cabellos;

¡cautivo de tus rizos

ha quedado el rey!

6 ¡Eres muy bella, amada mía!

¡Eres una mujer encantadora!

7 Eres alta como palmera,

y tus pechos son dos racimos.

8 He pensado en treparme

y hacer míos esos racimos.

Tus pechos se volverán

dos racimos de uvas,

y tu aliento tendrá

fragancia de manzanas.

9 Habrá en tus labios

el gusto del buen vino

que al correr moja y acaricia

los labios y los dientes.

La novia

10 Yo soy de mi amado,

y su pasión lo obliga a buscarme.

11 Ven conmigo, amado mío,

acompáñame a los campos.

Pasaremos la noche

entre flores de azahar.

12 Cuando amanezca,

iremos a los viñedos

y veremos sus retoños,

los capullos abiertos,

y los granados en flor.

¡Allí te entregaré mi amor!

13 Ya esparcen las mandrágoras

la fragancia de sus frutos;

hay a nuestra puerta

fruta fresca y fruta seca.

Amado mío,

¡los frutos más variados

los he guardado para ti!