Salmos 67

Dios, guía de todas las naciones

(1) Instrucciones para el director musical: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de cuerda.

1 Dios mío,

ten compasión de nosotros

y danos tubendición.

Míranos con alegría

y muéstranos tu amor;

2 así todas las naciones del mundo

conocerán tus enseñanzas

y tu poder para salvar.

3 Dios mío,

¡que te alaben los pueblos!

¡Que todos los pueblos te alaben!

4 ¡Que todas las naciones se alegren

y canten llenas de felicidad!

Tú gobiernas a los pueblos con justicia;

¡tú guías a las naciones de la tierra!

5 Dios mío,

¡que te alaben los pueblos!

¡Que todos los pueblos te alaben!

6 La tierra dará grandes cosechas,

y tú nos bendecirás.

7 Sí, tú nos bendecirás;

a ti te alabarán

los más lejanos países de la tierra.

Salmos 68

Dios victorioso

(1) Himno de David.

1 ¡Vamos, Dios mío,

dispersa a tus enemigos!

¡Haz que huya de tu presencia

esa gente que te odia!

2 ¡Haz que desaparezcan por completo,

como desaparece el humo

tan pronto como sopla el viento!

¡Haz que esos malvados

se derritan como cera en el fuego!

3 Pero a la gente honrada

permítele alegrarse y hacer fiesta,

y estar feliz en tu presencia.

4 ¡Cantemos himnos a Dios!

¡Sí, cantémosle al que manda la lluvia!

¡Hagamos fiesta en su presencia!

¡Él es el Dios de Israel!

5 Dios, que vive en susantotemplo,

cuida a los huérfanos

y defiende a las viudas;

6 les da hogar a los desamparados,

y libertad a los presos;

pero a los que no lo obedecen

les da tierras que nada producen.

7-8 Dios mío,

cuando sacaste de Egipto

a tu pueblo Israel

y lo guiaste por el desierto,

tan pronto llegaste al monte Sinaí,

la tierra tembló

y el cielo dejó caer su lluvia.

9 Dios mío, tú

enviaste abundantes lluvias

y nuestras tierras

volvieron a producir.

10 Y en esa tierra vivimos;

en la tierra que, por tu bondad,

preparaste para los pobres.

11 Tú, Dios mío, hablaste,

y miles de mujeres dieron la noticia:

12 «¡Huyen los reyes,

huyen sus ejércitos!»

Las mujeres, en sus casas,

se reparten las riquezas

que le quitaron al enemigo:

13 objetos de plata y de oro.

Pero algunos israelitas

se escondieron entre el ganado.

14 Cuando tú, Dios todopoderoso,

hiciste que los reyes de la tierra

salieran huyendo,

lo alto del monte Salmón

se llenó de nieve.

15 Las montañas de Basán

son montañas muy altas;

las montañas de Basán

son montañas majestuosas.

16 Ustedes, altas montañas,

¿por qué ven con envidia

la montaña que Dios ha elegido

para vivir allí para siempre?

17 Son miles los carros

que Dios usa para la guerra;

en uno de ellos vino del Sinaí

para entrar en su santuario.

18 Cuando tú, Dios y Señor,

subiste a las alturas,

te llevaste contigo a los presos,

y te quedaste a vivir allí.

¡Todo el mundo, hasta los rebeldes,

te dieron muchos regalos!

19 ¡Benditoseas siempre, nuestro Dios!

Tú, Dios y salvador nuestro,

nos ayudas en nuestros problemas.

20 Tú eres un Dios que salva;

¡tú nos libras de la muerte!

21 ¡A esos enemigos tuyos

que no dejan depecar,

les aplastarás la cabeza

y se la partirás en dos!

22 Dios nuestro,

tú nos has dicho:

«Yo los haré volver de Basán;

yo los haré volver

de las profundidades del mar,

23 para que se empapen los pies

en la sangre de sus enemigos,

¡y hasta los perros de ustedes

lamerán esa sangre!»

24 En el santuario se ven

los desfiles de mi Dios y Rey.

25 Al frente van los cantores,

seguidos de las que tocan panderetas;

los músicos cierran el desfile.

26-27 Los dirige latribumás joven,

que es la de Benjamín,

y los sigue una gran multitud:

¡Son los príncipes de Judá,

de Zabulón y de Neftalí!

Ustedes, israelitas,

¡bendigan a nuestro Dios,

cuando celebren sus reuniones!

28 Dios mío, Dios mío,

¡demuéstranos tu poder!

¡Déjanos ver la fuerza

que has usado para ayudarnos!

29-31 Dios mío,

por causa de tu templo

los reyes te traen regalos

a la ciudad de Jerusalén.

Reprende a esa nación

que vive sólo para la guerra.

Parece una fiera entre los juncos;

es como una manada de toros,

¡parece una nación de terneros!

Es tanta su ambición por las riquezas

que hasta entre ellos se pelean.

Egipto te enviará su bronce,

y Etiopía te traerá regalos.

32 Gente de todos los reinos,

¡cántenle a Dios!

¡Cántenle himnos a nuestro Dios!

33-34 ¡Reconozcan su poder!

Sobre el cielo de Israel pueden verse

su poder y su majestad.

Nuestro Dios va por el cielo

como si fuera montando un caballo,

y deja oír su potente voz,

que resuena como el trueno.

35 Dios mío, Dios de Israel,

¡qué imponente te ves

al venir de tu santuario!

Tú nos das fuerza y poder.

¡Bendito seas!

Salmos 69

¡Sálvame, Dios mío!

(1) Himno de David. Instrucciones para el director del coro: Este salmo deberá cantarse con la melodía «Los lirios».

1 Dios mío,

¡sálvame, pues siento que me ahogo!

2 ¡Siento que me hundo en el barro

y no tengo dónde apoyarme!

¡Me encuentro en aguas profundas,

luchando contra la corriente!

3 Cansado estoy de pedir ayuda;

tengo reseca la garganta.

Ya los ojos se me cierran,

y tú no vienes a ayudarme.

4 ¡Tengo más enemigos

que pelos en la cabeza!

Muchos me odian sin motivo,

y quieren matarme;

¡me exigen que les devuelva

lo que nunca les robé!

5-6 Dios de Israel y Dios del universo,

tú eres mi Dios.

Tú conoces mis tonterías;

¡no te puedo esconder mis errores!

¡No dejes que por mi culpa

queden en vergüenza

los que confían en ti!

¡No dejes que por mi culpa

sean puestos en ridículo

los que buscan agradarte!

7 Por ti he sido ofendido;

¡me arde la cara de vergüenza!

8 ¡Hasta mis propios hermanos

me ven como a un extraño!

9 El amor que siento por tu templo

me quema como un fuego;

por eso me siento ofendido

cuando te ofenden a ti.

10 Si me aflijo y no como,

tengo que aguantar sus insultos;

11 y si me visto de luto,

tengo que soportar sus ofensas.

12 ¡Toda la gente del pueblo

y hasta los borrachos

hablan mal de mí!

13 Dios mío,

te ruego que me respondas

en el mejor momento.

Yo sé que me amas,

así que ven a salvarme.

14-15 ¡Líbrame de los que me odian!

¡Sácame del barro en que me hundo!

¡Sácame de esta profunda corriente

que me arrastra!

Siento que me traga un remolino;

¡no me dejes morir!

16 Dios mío,

tú me amas y eres bueno;

¡respóndeme!

Tú eres un Dios compasivo;

¡préstame atención!

17 No me des la espalda,

pues estoy en problemas;

¡date prisa!

18 ¡Acércate a mí,

y sálvame de mis enemigos!

19 Tú siempre los estás viendo

y sabes muy bien que me ofenden,

me avergüenzan y me insultan.

20 Cuando escucho sus ofensas,

se me rompe el corazón;

¡no tengo ánimo para nada!

Esperaba hallar apoyo y consuelo,

y no los recibí;

21 cuando tuve hambre,

me dieron a comer veneno;

cuando tuve sed,

me dieron a beber vinagre.

22 ¡Haz que sus fiestas y banquetes

se conviertan en una trampa para ellos!

23 ¡Haz que se les nublen los ojos

para que no puedan ver!

¡Haz que se queden sin fuerzas!

24 ¡Descarga tu enojo sobre ellos!

¡No los dejes escapar!

25 ¡Que sus casas se queden vacías!

¡Que nadie viva en ellas!

26 Aunque tú ya me afligiste

y me hiciste sufrir,

mis enemigos me persiguen

y se burlan de mí.

27 ¡Págales mal por mal!

¡No los dejes disfrutar

de tu perdón!

28 ¡Bórralos del libro de la vida!

¡No pongas su nombre

en la lista de la gente buena!

29 Dios mío,

¡levántame, dame ánimo!

Yo soy muy pobre y humilde,

30 pero te alabaré con mis canciones,

¡te pondré en alto con mi alabanza!

31 Eso te será más agradable

que recibir muchasofrendas.

32 Cuando vean esto

los pobres que te buscan,

se pondrán muy alegres,

y recobrarán el ánimo.

33 Tú, Dios mío,

atiendes a los pobres;

¡no te olvidas de tu pueblo

que se encuentra cautivo!

34 ¡Que te alaben cielo y tierra!

¡Que te alabe el mar

y todo lo que hay en él!

35 Tú vendrás en ayuda de Jerusalén,

y reconstruirás las ciudades de Judá.

Tu pueblo tomará posesión del país

y se establecerá en él.

36 Losdescendientesde tu pueblo

recibirán el país como herencia;

el pueblo que te ama

se quedará a vivir en él.

Salmos 70

¡Ven pronto en mi ayuda!

(1) Himno de David.

1 Mi Dios,

¡ven pronto a salvarme!

¡Ven pronto en mi ayuda!

2 ¡Pon en completa vergüenza

a los que quieren matarme!

¡Haz que huyan avergonzados

los que quieren hacerme daño!

3 ¡Haz que huyan avergonzados

los que se burlan de mí!

4 Pero que se alegren

y se pongan contentos

todos los que te buscan.

Que siempre reconozcan tu grandeza

aquellos a quienes tú has salvado.

5 Dios mío,

yo soy muy pobre,

y estoy muy necesitado;

¡ven pronto!

Dame tu ayuda,

dame la libertad;

¡no te tardes!

Salmos 71

Tú eres mi refugio

1 Dios mío,

en ti he puesto mi confianza;

no me pongas jamás en vergüenza.

2 Tú eres un Dios justo;

¡rescátame y ponme a salvo!

¡Préstame atención y ayúdame!

3 ¡Protégeme como una roca

donde siempre pueda refugiarme!

Da la orden, y quedaré a salvo,

pues tú eres esa roca;

¡tú eres mi fortaleza!

4-5 Dios mío,

tú eres mi esperanza;

no permitas que yo caiga

en poder de gente malvada y violenta.

Desde que era joven

puse mi confianza en ti;

6 desde antes de nacer

ya dependía de ti.

¡Fuiste tú quien me hizo nacer!

¡Por eso te alabaré siempre!

7 Muchos se asombran al verme,

pero tú eres para mí

un refugio seguro.

8 A todas horas te alabo;

todo el día anuncio tu grandeza.

9 No me desprecies

cuando llegue yo a viejo;

no me abandones

cuando ya no tenga fuerzas.

10 Mis enemigos hablan mal de mí;

me vigilan y piensan hacerme daño.

11 Hasta ordenan a su gente

que me persigan y me atrapen.

Creen que me abandonaste,

y que nadie podrá salvarme.

12 Dios mío,

¡no me dejes solo!

¡Ven pronto en mi ayuda!

13 Pon en vergüenza

a los que me acusan;

¡pon en completo ridículo

a los que buscan mi mal,

y acaba con ellos!

14 Yo, por mi parte,

siempre confiaré en ti

y te alabaré más todavía.

15 Aunque no alcanzo a entenderlo,

a todas horas diré

que eres un Dios que salva

con grandes actos de justicia.

16 Dios mío,

ahora voy a recordar

tus hechos poderosos,

y hablaré de la justicia

que sólo tú puedes hacer.

17 Desde que yo era joven

tú has sido mi maestro,

y hasta ahora sigo hablando

de las maravillas que has hecho.

18-19 Dios mío,

aunque estoy lleno de canas,

no me abandones;

todavía quiero decirles

a los que aún no han nacido

que tú eres un Dios poderoso.

Eres incomparable,

pues has hecho grandes cosas;

tu justicia llega hasta el cielo.

20 Tú me hiciste pasar

por muchos aprietos y problemas,

pero volverás a darme vida:

¡de lo profundo de la tumba

volverás a levantarme!

21 Me darás mayor poder,

y volverás a consolarme.

22 SantoDios de Israel,

tú eres un Dios fiel.

Por eso te cantaré himnos

con música de arpas

y de otros instrumentos de cuerda.

23 Te cantaré himnos

y gritaré de alegría

porque me salvaste la vida.

24 Todo el día hablaré

de tu poder para salvar,

pues los que buscaban hacerme daño

quedaron avergonzados por completo.

Salmos 72

Himno en honor del rey

(1a) Himno de Salomón.

1 Dios mío,

haz que el rey sea justo

como lo eres tú;

que nuestro futuro rey

actúe con tu misma rectitud.

2 Así el rey gobernará

a la gente humilde

con rectitud y justicia,

3 y en todo cerro y colina

tu pueblo tendrá

prosperidad y justicia.

4 El rey les hará justicia

a los pobres y necesitados;

¡los salvará de sus opresores!

¡Aplastará a quienes los maltratan!

5 ¡Que viva el rey!

¡Que viva mucho tiempo,

como el sol y la luna!

6 ¡Que sea como las lluvias,

que empapan la tierra

y los campos sembrados!

7 ¡Que haya prosperidad y justicia

todo el tiempo que sea rey!

¡Que su reino permanezca

hasta que la luna deje de existir!

8 ¡Que extienda el rey su dominio

de mar a mar y de oriente a occidente!

9 ¡Que lastribusdel desierto

reconozcan su dominio!

¡Que sean humillados sus enemigos!

10 ¡Que le paguenimpuestos

los reyes de Tarsis

y de los puertos lejanos!

¡Que le traigan regalos

los reyes de Arabia y de Etiopía!

11 ¡Que todos los reyes

se arrodillen en su presencia!

¡Que todas las naciones

se pongan a su servicio!

12 El rey librará a los pobres

cuando ellos le pidan ayuda;

salvará a los afligidos

que no tienen quién los ayude.

13 Tendrá compasión de los pobres

y salvará a los necesitados

y a los desvalidos.

14 Los librará de quienes los oprimen

y los tratan con violencia,

porque la vida de ellos

es muy valiosa para él.

15 ¡Que viva el rey!

¡Que reciba todo el oro de Sabá!

¡Que siempre se ore por él!

¡Que a todas horas se lebendiga!

16 ¡Que abunde el trigo en el país!

¡Que se vean ondular los trigales

en lo alto de las montañas!

¡Que haya mucho trigo,

como en el monte Líbano!

¡Que haya gente en las ciudades

como hay hierba en el campo!

17 ¡Que la fama del rey permanezca!;

¡que dure siempre como el sol!

¡Que repitan su nombre las naciones

cuando se bendigan unas a otras!

¡Que todas ellas bendigan al rey!

18 ¡Bendito seas,

Dios de Israel!

Sólo tú haces maravillas.

19 ¡Bendito seas por siempre!

¡Que tu grandeza llene toda la tierra!

¡Que así sea!

20 Aquí terminan los himnos de David, el hijo de Jesé.

Salmos 73

¡Qué bueno es Dios!

(1a) Himno de Asaf.

1 Dios es muy bueno con Israel

y con la gente sincera.

2 Yo estuve a punto depecar;

poco me faltó para caer,

3 pues me llené de envidia

al ver cómo progresan

los orgullosos y los malvados.

4 ¡Tan llenos están de salud

que no les preocupa nada!

5 No tienen los problemas de todos;

no sufren como los demás.

6 Se adornan con su orgullo

y exhiben su violencia.

7 ¡Tan gordos están

que los ojos se les saltan!

¡En la cara se les ven

sus malos pensamientos!

8 Hablan mal de la gente;

¡de todo el mundo se burlan!

Tan grande es su orgullo

que sólo hablan de violencia.

9 Con sus palabras ofenden

a Dios y a todo el mundo.

10 ¡Pero hay gente que los consulta

y cree todo lo que dicen!

11 Piensan que el Dios altísimo

no lo sabe ni llegará a saberlo.

12 ¡Así son los malvados!

¡No se preocupan de nada,

y cada vez son más ricos!

13 ¡De nada me sirvió hacer el bien

y evitar los malos pensamientos!

14 ¡Esos malvados

me golpean a todas horas!

¡En cuanto amanece me castigan!

15 Si hubiera pensado como los malvados,

habría traicionado al pueblo de Dios.

16 Traté de entender esto,

pero me resultó muy difícil.

17 Entonces fui al santuario de Dios,

y fue allí donde entendí

cómo terminarán los malvados:

18 Dios los ha puesto en peligro,

y van hacia su propia desgracia.

19 En un abrir y cerrar de ojos

terminarán por ser destruidos;

el terror acabará con ellos.

20 Cuando Dios entre en acción,

hará que sean olvidados

como se olvida una pesadilla.

21 Dios mío,

yo estuve muy afligido;

me sentí muy amargado.

22 He sido muy testarudo;

me he portado mal contigo:

¡me he portado como una bestia!

23 A pesar de todo,

siempre he estado contigo;

tu poder me mantiene con vida,

24 y tus consejos me dirigen;

cuando este mundo llegue a su fin,

me recibirás con grandes honores.

25 ¿A quién tengo en el cielo?

¡A nadie más que a ti!

Contigo a mi lado,

nada me falta en este mundo.

26 Ya casi no tengo fuerzas,

pero a ti siempre te tendré;

¡mi única fuerza eres tú!

27 Los que se apartan de ti

acabarán por ser destruidos;

los que no te sean fieles

acabarán perdiendo la vida.

28 Pero yo estaré cerca de ti,

que es lo que más me gusta.

Tú eres mi Dios y mi dueño,

en ti encuentro protección;

¡por eso quiero contar

todo lo que has hecho!

Salmos 74

Dios mío, libera a tu pueblo

(1a) Himno de Asaf.

1 Dios y pastor nuestro,

¿por qué nos rechazas?

¿Vas a estar siempre enojado

con este pueblo que es tu rebaño?

2 ¡No te olvides de nosotros!

Hace mucho tiempo nos compraste;

somos el pueblo que rescataste

para que fuéramos tuyos.

¡No te olvides de Jerusalén,

la montaña donde habitas!

3 Ven a ver tu templo:

para siempre ha quedado en ruinas;

¡todo lo destruyó el enemigo!

4 En el centro de tu ciudad,

tus enemigos rugieron como leones

y agitaron victoriosos sus banderas.

5 Como si fueran leñadores,

hacha en mano lo derribaron todo;

6 con hachas y martillos

destrozaron las paredes

talladas en madera.

7 No respetaron tu templo

sino que le prendieron fuego.

8 Lo redujeron a cenizas,

como a todas lassinagogasdel país.

9 Ya no vemos ondear nuestras banderas;

ya no hayprofetasentre nosotros,

ni hay tampoco quien sepa

cuánto más debemos aguantar.

10 Dios nuestro,

¿hasta cuándo el enemigo

va a seguir ofendiéndote

y burlándose de ti?

11 ¡Demuéstrales tu poder!

¡No te quedes allí

cruzado de brazos!

12 Desde tiempos antiguos

tú has sido nuestro Dios y rey;

en repetidas ocasiones

nos has dado la victoria.

13 Tú, con tu poder,

dividiste el mar en dos;

¡a los monstruos del mar

les partiste la cabeza!

14 Tú aplastaste contra el suelo

las cabezas del monstruo Leviatán,

y con su cuerpo sin vida

alimentaste a las fieras.

15 Tú hiciste que brotaran

ríos y manantiales,

pero también secaste por completo

ríos que parecían inagotables.

16 Tuyos son el día y la noche,

pues hiciste el sol y la luna;

17 tú fijaste los límites de la tierra,

y estableciste las estaciones del año.

18 Dios nuestro,

el enemigo se burla de ti;

gente malvada te ofende.

¡No se lo perdones!

19 Este pueblo tuyo

es frágil como una mariposa;

¡no te olvides de nosotros,

ni dejes que nos devoren

nuestros feroces enemigos!

20 Acuérdate de tupacto,

porque en todas partes hay violencia.

21 No dejes que avergüencen

al pobre y al humilde;

haz que tus enemigos te alaben.

22 ¡Vamos, Dios nuestro, defiéndete!

Esos malvados no dejan de ofenderte;

¡no se lo perdones!

23 ¡No les perdones a tus enemigos

tanto griterío y alboroto!

Salmos 75

Dios hace justicia

(1) Himno de Asaf.

Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse con la melodía «No destruyas».

1 ¡Gracias, nuestro Dios!

Hablamos de tus maravillas,

pues estás cerca de nosotros.

2 Tú has dicho:

«Ya he puesto la fecha

cuando voy a hacer justicia.

3 Podrá temblar la tierra

con todos sus habitantes,

pero yo mantendré firmes sus bases.

4 A los orgullosos les mando

que no se crean tan importantes;

a los malvados les ordeno

que no sean orgullosos,

5 que no presuman de su poder

ni se sientan superiores».

6 Los elogios no vienen del este,

ni del oeste ni del sur;

7 vienen de Dios, que es el juez.

A unos les quita el poder,

y a otros se lo da.

8 Dios está muy enojado

y está listo para castigar.

Cuando pierda la paciencia,

dará rienda suelta a su enojo

y todos los malvados de la tierra

tendrán su merecido.

9 Yo siempre hablaré

del Dios de Israel,

y le cantaré himnos.

10 Dios acabará con el poder

de todos los malvados,

pero aumentará el poder de los justos.

Salmos 76

Dios es el vencedor

(1) Himno de Asaf.

Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de cuerda.

1 En Judá se conoce a Dios;

en Israel se reconoce su fama.

2 En Jerusalén se halla su templo;

allí estableció su residencia.

3 Allí Dios hace pedazos

todas las armas de guerra.

4-6 Dios de Israel,

tú eres un Dios maravilloso;

eres más grande

que las montañas eternas.

Todos los hombres de guerra

se quedaron sin sus armas;

cayeron en el campo de batalla.

Ninguno de esos valientes

pudo siquiera defenderse.

Cuando tú los reprendiste,

su poder militar se derrumbó.

7 Sólo tú inspiras temor.

Cuando tu furia se desata,

no hay quién pueda hacerte frente.

8-9 Cuando tú, Dios mío,

decidiste hacerles justicia

a todos los pobres de la tierra,

dictaste tu sentencia desde el cielo,

y la tierra, temerosa,

prefirió guardar silencio.

10 Cuando te enojas,

hasta el hombre más furioso;

se rinde ante ti y te alaba.

11 Cumplámosle a nuestro Dios

todas nuestras promesas;

y ustedes, naciones vecinas,

tráiganleofrendasal Dios admirable;

12 él humilla a los gobernantes

y hace que tiemblen de miedo

todos los reyes de la tierra.