Isaías 32

El reino de justicia

1 Isaías continuó diciendo:

«Llegará el momento en que el rey

y los gobernantes de mi pueblo

actuarán con justicia;

2 brindarán protección y refugio

contra los ataques enemigos,

contra los tiempos difíciles,

y contra la corrupción.

3 »Estarán siempre vigilantes

y escucharán con atención;

4 actuarán con prudencia,

y hablarán con la verdad.

5 »Los malvados y tramposos

serán despreciados

6 porque siempre que hablan, ofenden;

hacen planes perversos,

cometen muchos crímenes,

no dan de comer al hambriento

ni dan de beber al sediento,

¡y hasta mienten contra Dios!

7 »Esos tramposos dicen mentiras

y hacen planes malvados;

con sus mentiras perjudican

a los pobres y necesitados

que reclaman justicia.

8 En cambio, la gente honesta

sólo hace lo bueno,

y por eso es confiable».

Mujeres irresponsables

9 Isaías les dijo a las mujeres:

«Ustedes, mujeres irresponsables,

oigan bien lo que les voy a decir.

Escuchen bien mis palabras,

ustedes, que viven tan tranquilas.

10 Ahora todo parece estar bien,

pero dentro de un año

se pondrán a temblar de miedo,

porque no habrá pan ni vino.

11 »Les repito:

Ustedes, mujeres irresponsables,

que viven tan tranquilas,

comiencen a temblar.

Quítense esos vestidos

y pónganse ropas ásperas

en señal de dolor.

12 Recorran con lágrimas en los ojos

los campos llenos de trigo,

los viñedos llenos de uvas,

13 y los hogares de Jerusalén,

que alguna vez fueron felices.

Porque todo mi país

se llenará de espinos y matorrales.

14 »Mi ciudad, antes llena de gente,

quedará abandonada para siempre.

También quedarán abandonados

el palacio y las fortalezas.

En su lugar vivirán contentos

los asnos salvajes,

y podrá pastar el ganado.

Promesas de paz y seguridad

15 »Pero Dios vendrá a visitarnos,

y con su poder creador

convertirá el desierto en tierra fértil,

y la tierra fértil en un bosque hermoso.

16 Entonces habrá justicia

en todos los rincones del país.

17 La justicia traerá para siempre

paz, tranquilidad y confianza.

18 Mi pueblo vivirá

en un lugar tranquilo y seguro.

19 Aun cuando caiga granizo

y los bosques sean dañados,

aun cuando mi ciudad

vuelva a ser humillada,

20 ustedes vivirán felices.

Sus sembrados tendrán mucha agua,

y los burros y los bueyes

tendrán pastos en abundancia».

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